~Tenía los ojos café, su típica sonrisa y un carácter de mierda. Pero cuando estabamos juntos, esos ojos brillaban por mí, esa sonrisa me pertenecía, su carácter se iba a la mierda y para mí era lo más tierno que podía existir.~
• Lenguaje explicito...
Conocer a alguien y saber lo difícil que sería estar en una relación, pero aún así arriesgarse. De eso se trata el verdadero amor, de saber los riesgos y aún así tomarlos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El pelinegro se tiró a la cama después de dejar su mochila a un lado, habían vuelto hace apenas unos minutos, estaba bastante cansado.
Puso su brazo en sus ojos y trató de dormir un poco, pero le fue imposible al sentir el peso sobre él. Ni siquiera abrió sus ojos, solo llevó sus manos a la cintura del menor y lo abrazó contra su pecho.
Jaemin levantó su cabeza del pecho de su novio y se inclinó hasta que sus labios chocaron con los de Jeno en un beso, se estuvieron besando por unos cuantos minutos hasta que decidieron separarse y Jaemin volvió a poner su cabeza en el pecho de su novio.
—Hazme mimitos— dijo el pelirosa tomando la mano de Jeno para luego ponerla sobre su cabeza.
El mayor soltó una risita y empezó a acariciar suavemente los cabellos rosados— ¿Tienes sueño?
Jaemin hizo un puchero y me mantuvo con los ojos cerrados— Si, quiero dormir abrazadito a ti.
—¿No quieres mejor hacer otra cosa?
El menor abrió sus ojos y luego le dio un golpe leve en el brazo— Ya deja eso, sabes que no estoy de la mejor manera ahora.
—Seguro haciendo el amor se te quita.
—¿Tú no estás cansado?
—Nunca estoy cansado para hacer el amor contigo.
—Amor, es que... No lo sé, no tengo ganas.
—Pero déjame hacerlo a mi modo, podemos empezar tranquilos y si no te gusta pues lo dejamos y ya ¿Qué dices?
El menor se quedó callado y escondió su rostro en el cuello del pelinegro, solo sintió los dedos largos acariciar sus muslos lentamente.
—Si no quieres pues no.
—Es que de verdad me encantaría estar contigo, pero no sé qué me pasa.
—Por eso te digo, vamos despacio ¿No quieres?
—Si quiero, quiero que me toques, pero no quiero tener sexo.
—Está bien, precioso, podemos simplemente hacer el amor a nuestra manera ¿O no?
Jaemin asintió y se abrazó más al cuerpo musculoso. Jeno no dijo nada más y empezó a acariciar la piel suave del más bajito, mientras le daba besitos en sus hombros y cuello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.