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Un pequeño cachorro omega de pelaje café se encuentra deambulando por un bosque lleno de nieve blanca y en su desesperación decidió llamar a su alma gemela y sulmate un cachorro de pelaje negro con manchas blancas, y ese otro lobito bonito viene corriendo hacia el muy rápido y chillando por qué no, sabe en dónde está y quiere regresar con su padre el lobo alfa el líder de su manada..
El lobito café lo mira con su mirada totalmente triste y se echa sobre sus cuatro patas mientras que el lobito negro le da mimos con su pequeño hocico para qué deje de llorar y se calme un poquito, pero es algo imposible su alma gemela sigue llorando y chillando por qué sus dos destinados no, están con el para darle sus besitos y caricias mientras el duerme en su regazo brindándole su paz y tranquilidad.
El lobito negro le lame con su pequeña lenguita sus saladas lágrimas y también le da besitos así, cómo sus destinados lo hacen o hacían cuando aún tenían vida pero, todo sus intentos de reanimarlo son en vano pues su pequeño amigo no, deja de llorar, el lobito negro ya no, sabe que más hacer y se termina echando con el a ahí a su lado con una de sus patitas sobre su espalda y su hocico en la cabeza de ese lobito de color café.
De pronto se hace de noche y la nieve cae con más fuerza a tal punto de darles muchísimo frío ya qué su pelo no, están caliente cómo el de los machos alfa o los omegas mayores a ellos dos, el lobito negro le ayuda a levantarse y le pide que lo siga pues tienen qué buscar un lugar en dónde pasar la noche en medio de ese bosque oscuro y lejano ninguno de los dos comprenden cómo fue qué llegaron a ese lugar muy bonito pero muy a la vez solitario...
Su caminar fue algo largo y difícil pues en su camino tuvieron qué pasar muchas cosas feas ya qué ellos pensaron ser los únicos en ese lugar pero.. no, no están solos y es por que hay más animales muchísimo más grandes qué ellos y los han seguido en todo su camino y sus pequeñas patitas ya les duelen mucho..
Cuándo por fin lograron llegar a una pequeña cueva muy bonita para su gusto y lo raro de todo eso es que en esa cueva había un gran nido echo de muchas flores bonitas y una gran manta muy blanca con una media luna dibujada en ella un fogata alumbra la cueva y ese calor les llegó asta ella mismos brindándoles algo de calor y ya no, sentir tanto frío en la cueva también había mucha comida en una mesa de piedra y mucha agua también pero lo más rico de esa mesa fue el riquísimo olor a leche caliente que sale de unos tazones ese vapor de la leche los tentó demasiado a tal punto de ingresar en la cueva pero antes de eso se miran entre ambos y miran si, no, hay nadie al rededor y les quiera hacer daño ..
Y cómo nadie salió o simplemente tenía dueño ellos dos decidieron entrar en la cueva y llegar hasta dónde se encontra la mesa de piedra y comer de esa rica comida más la rica leche caliente, todos saben qué a los lobitos bebés les gusta muchísimo la leche calientita y sabrosa para poder dormirse tranquilos y sin ninguna pesadilla que los moleste durante su descanso.
La fruta era muy grande y jugosa también habían unos panes en forma de media luna y tenían mucha miel por dentro y otros tenían chocolate o también mermeladas de frutos rojos todo un manjar para dos pequeños cachorros omegas sin el cuidado de su manada
