¿Sabes lo que quieres?(Gemelier)(Jesús y Daniel Oviedo)

Capítulo 11

─Ay, que sí, mamá... ─Escuchamos protestar levemente a una voz dulce y femenina─ Si no te preocupases tanto...

─Bueno, cariño, es lo normal... Vete a clase anda.

Me decido y llamo dos veces, con decisión.

La misma voz que ha pronunciado la frase se alza con seguridad.

─Adelante.

─Bueno, yo me voy entonces... Adiós, mamá. ─Susurra una chica con unos ojos azules impresionantes y un pelo precioso, girándose.

Nos cruzamos con ella en la puerta del despacho. Es Nuria. La chica nos dedica una sonrisa leve y un saludo imperceptible con un movimiento de cabeza al ver que no estamos con ninguno de los Oviedo. Y sale de la habitación con su elegancia habitual.

No me pierdo la mirada que mi hermano le dedica, estudiándola de arriba abajo. Y ahogo una carcajada interiormente. ¡Solo faltaba! Yo enrollándome con Jesús, Dani enamoradísimo de Elena y solo faltaba que mi hermano se liase con esta otra. Me muerdo el labio inferior mientras mi hermano saluda a la directora. De todas formas, menudo panorama, no puedo dejar de pensar en lo que ha pasado durante el recreo, en lo bien que he estado con Jesús. Madre mía. Da igual Galicia, Sevilla o China, los líos se vienen conmigo y con David a donde sea.

Escuchamos a la directora hablarnos durante pocos segundos de lo contenta que está de que estemos aquí, de que espera que estemos bien, de la responsabilidad y blablá. Y enseguida nos manda subir otra vez a clase.

─Oye, David... ─Me atrevo a decir mientras subimos hacia nuestras clases─ Ayer he hablado con Julia. Me llamó por Skype. ─Aclaro al ver cómo me mira, sorprendido.

─A mi Rubén me ha hablado esta mañana para preguntarme si tenemos pensado volver a usar Instagram o a desbloquear en Whatsapp, si tenemos pensado volver a hablar con alguien de allí, ya sabes. ─Me suelta a bocajarro.

Los dos suspiramos al unísono. Pero la respuesta está clara.

─ No le contesté. ¿Y Julia que te dijo? ─Pregunta finalmente él.

─Nada. Se va a cambiar de instituto, que todo era diferente, que todo el mundo la miraba raro─ Añado, con una sonrisa triste─ A todos, que todo el mundo preguntaba. No lo sé.

Le resumo un par de detalles más de la conversación, afectada.

─Supongo que eso es todo, Lore─ Me suelta David, pensativo. ─No hay nada más.

Guardamos silencio unos instantes.

─He abierto mi Instagram, ¿Sabes?

Lo miro. Yo no borré tampoco mi cuenta. Simplemente la cerré, pero creo que aún tengo la aplicación en el móvil y sigo sabiéndome la contraseña.

─ ¿Y? ─Interrogo, sin demasiada curiosidad.

─Mensajes, comentarios y me gustas a tutiplén. ─Se limita a contestar David─ "¿Dónde estáis tú y Lore?" "¿De verdad no vais a volver?" "¿Os sentís muy culpables?"

"En Sevilla, no se sabe, sí" Respondo mentalmente. Pero no digo nada.

Me encojo de hombros, a cambio.

─Fin del tema, ¿no? ─Adivino, al ver la expresión de mi hermano.

No sé cuantas veces dijo esa frase mi hermano mientras estábamos aún en Galicia, después de que ocurriese todo.

David asiente.

─Fin del tema─ Confirma, dirigiéndose a su clase─ Te veo a la salida, Lore, te quiero.