Capítulo 50-

7.8K 486 163
                                    

Capítulo 50.

11 de julio de 2016.

─Hoy hace un puto mes que no veo a mi hermana, tío. ─Se queja David.

Está solo con Dani en la piscina del jardín.

─No me puedo creer que mi propia madre me esté separando de mi hermana.

─Bueno, tu madre y la decisión de un juez─ Le dice Dani─ Si solo fuese por tu madre...

─Nah, es lo mismo─ Continua David─ Aunque solo fuese por mi madre, se hubiese llevado a Lore a rastras o a saber la que hubiese montado. Cuando se pone histérica se pone histérica y a la mierda.

─ ¿Y has hablado con tu padre?

─Ayer por la noche... ─Le cuenta David─ Dijo que saludos para todos de parte de Lore y que nos echa de menos y blablablá. Lo de siempre.

─No me puedo creer que tu madre no la deje ni llamarnos por teléfono.

─Esa es otra. Es que le ha quitado hasta el móvil, joder.

─Pues raro que no se esté subiendo ya por las paredes.

Los dos se miran y se echan a reír evocando la imagen de Lore aquel día que estaban en la playa un sábado y se le acabo la batería de mañana. Se pasó histérica todo el día.

*Narrador en primera persona, Lorena*

Entro al amplio recibidor de la discográfica y miro a mi alrededor, intrigada. ¡Qué sitio tan impresionante! Es bastante más grande de lo que pensaba y todo. Me acerco a la recepcionista algo cortada. Aunque su expresión me inspira cierta confianza y familiaridad.

─Perdone─ Sonrío con amabilidad─ Soy Lorena Martínez, estoy buscando a mi padre.

La mujer me estudia unos instantes con atención y luego me sonríe.

─Oh, claro. La hija del jefe. Lo llamo ahora mismo. ─Me dice con diversión. ─Lleva diez minutos preguntando si has llegado o no has llegado.

Tiene un acento sevillano que me hace sentir muy bien. Me echo a reír con sinceridad.

─Pues ya estoy aquí. Es que me he perdido.

La mujer descuelga un momento el teléfono y habla a gran velocidad.

─Sí, tu padre te espera. Ven, que te acompaño, bonita. ¿Cómo has dicho que te llamas?

─Lore─ Simplifico con educación.

─Yo soy Ana─ Me explica─ Seguro que a partir de ahora te veré mucho por aquí.

Sonrío.

─Pues seguro. Me gusta este sitio y mi padre últimamente se pasa el día aquí. ─Comento, encogiéndome de hombros.

─Este es su despacho─ Me indica Ana, señalándome una gran puerta muy elegante─ Tú misma.

Asiento una vez y le sonrío despidiéndome de ella.

─Y encantada, Ana─ Añado, provocando que se gire y me guiñe un ojo con confianza.

Dios, como me suena esta mujer. ¿La habré visto en alguna parte?

─Hola, cariño─ Escucho en seguida la voz de mi padre─ Que raro que tu madre te haya dejado venir sola, eh. Es la primera vez que te veo sin ella a unos metros.

─Bueno, con Julia me deja salir. Y con los del barrio que he ido conociendo. Y ahora... Sabe que solo son unas horas─ Sonrío a medias, encogiéndome de hombros. ─No me da tiempo a ir a Sevilla y volver. Y está empezando a ceder bastante así que...

¿Sabes lo que quieres?(Gemelier)(Jesús y Daniel Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora