Capítulo 31-

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9 de DICIEMBRE. (Saaaaaaaaalto temporal se ha dicho!)

Me paso las manos por la cara con desesperación. Jodido el examen de filosofía de mañana. Buf. Me aparto el pelo de delante de los ojos y me centro de nuevo en la impensable montaña de apuntes. Pero es que no puedo. Me levanto y doy unas cuantas vueltas a la habitación, pensativa. Estamos con los finales y en una semana escasa nos vamos a Punta Cana. El día 17, para pasar allí el cumpleaños de Lucía, que es el 18, siete años cumple la peque de la casa.

Este mes las cosas han ido increíblemente bien. Quiero decir, sin apenas líos y problemas. Ahora estamos todos más o menos bien y es genial. Hugo parece haber asumido que Elena es historia para él, pero a saber si para siempre. En el instituto saben que Dani y Elena están juntos, y también que mi hermano está con Nuria. Cosa que me alegra mucho. Nunca había visto a mi hermano así con una chica y me alegro muchísimo por él. Adriana y Marcos están a punto de llegar también a algo parecido a una relación, que ya caerá vamos. Y aparte de eso Diana y Sofía se llevan ahora muy bien con Elena y Nuria. Y Jesús y yo pues...

Me muerdo el labio inferior al pensar en el chico con el que comparto casa. Seguimos muy bien. No creo que nadie pueda hacerme sentir lo que me hace sentir él y todo va muy bien con él, pero... No dejo de escuchar rumores sobre si Jesús se ha liado con esta o con otra porque no es muy "normal" que Jesús Oviedo lleve tanto tiempo sin estar con ninguna chica. En fin. Siempre hay una pega.

Cojo otra hoja de los apuntes y comienzo a leer, todavía de pie en medio de la habitación.

Aún por encima filosofía no es una asignatura que me emocione especialmente.

─Hola, cariño... ─Escucho mientras alguien me rodea la cintura desde atrás, dejando un beso en mi cuello.

Me giro en seguida entre sus brazos, dedicándole una sonrisa.

─ ¿Nos han dejado solos? ─Adivino con una carcajada, al vigilar en el reloj-despertador de mi mesilla que es casi la hora en la que Lucía se va normalmente a gimnasia.

─Solísimos. ─Anuncia mientras sonríe con picardía.

─Mira que bien, así estudiamos más tranquilos filosofía─ Suelto, picándolo.

Pone la mano derecha en mi mejilla, sonriente. Y luego se acerca para dejar un beso rápido en mi boca.

─Claro... ─Me responde con ironía─ De hecho vengo a estudiar filosofía contigo.

Le echo la lengua y él suelta una carcajada, pero no lo dejo apartarse mucho y en seguida le correspondo con otro beso más largo que el anterior. Me acerca aún más a él y finalmente me apoyo en el hueco justo debajo de su cuello.

─Pregunta─ Suelto unos segundos después, sin separarme de él.

─Dime─ Me responde con cariño.

─¿Quién es Elisabeth? ─Interrogo, cruzando los dedos sin que me vea y suplicando mentalmente que no se enfade.

Ya hemos discutido alguna vez por preguntas similares a esta.

Lo escucho suspirar y cierro los ojos deseando que no acabemos riñendo por eso.

─ ¿A ti quién te cuenta esas cosas? –Me pregunta con una sonrisa de diversión.

Ahogo un suspiro de alivio. Menos mal que no se ha enfadado.

─No sé, las chicas. No saben que estoy contigo y siempre comentan. Lo de Elisabeth se lo escuché a una de clase. ─Explico encogiéndome de hombros.

─No es nadie, Lore...na. ─Sonríe él, abrazándome más fuerte y acariciándome el pelo─ Lo de siempre. No te preocupes. Y deja de hacerle caso a rumores que se inventan cuatro tontos que se aburren─ Añade como última recomendación.

¿Sabes lo que quieres?(Gemelier)(Jesús y Daniel Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora