Capítulo 19-

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─ ¿Pero tú sabes lo que les pasa a mis primos? ─Interroga David, dando otra calada al cigarro

─Sí─ Admite Nuria─ Lo sé pero...

David dirige la mirada hacia la chica, con curiosidad. Y alza las cejas a modo de interrogante.

─Prometeme que no les dirás nada.

─Lo prometo─ Susurra David, expulsando el humo e imprimiendo en sus ojos verdes una gran curiosidad.

─Hoy hace seis años que su madre les abandonó. Aquí lo sabe todo el mundo. Fue la noticia del año, una sorpresa mayúsucula. En serio.

David mira al infinito un instante. Eso explica muchas cosas.

─ ¿Les abandonó? ─Interroga finalmente, dando otra calada.

─ ¿No sabíais eso? Quiero decir, vuestra tía no es...

─Ya sabemos que no es su madre. Es de nuestra familia, es muy joven, nunca estuvo embarazada─ Ironiza en seguida David─ Claro que lo sabemos. Pero no sabíamos lo que le había pasado a su madre... De verdad.

─Se largó. ─Suspira Nuria─ Todo el mundo habló de eso durante meses. Ni te imaginas que de rumores.

─¿Se largó? ─Repite David─ ¿Sin más?

**

*Narrador en primera persona*

Jesús asiente suavemente ante mi pregunta.

─Sin más. Llegamos y no estaba. Ni siquiera se despidió.

Jugueteo distraídamente con un mechón de mi pelo, reflexionando sobre mis próximas palabras.

─Sin explicaciones. ─Susurro.

─Sin explicaciones─ Confirma Jesús. ─Se fue y ya está. Punto.

Guardo silencio a sabiendas de que posiblemente vaya a seguir hablando, porque parece pensativo.

─Dejó a dos niños de diez años y a una niña de meses con un hombre que apenas tenía tiempo para pasar por casa por su trabajo. ─Me dice.

Aunque dudo que realmente me lo esté diciendo a mí. Parece estar simplemente martirizándose, recordando lo que ocurrió.

─Nos dejó a todos solos y perdidos. Incluido a mi padre. No podíamos vivir sin ella. Ninguno de los cuatro. Ni mis hermanos, ni mi padre, ni yo. Y se marchó sin avisar. No se despidió.

─De tu padre sí. ¿O no? ─Indago con suavidad, acariciándole la mejilla.

─Nunca nos lo contó. ─Suspira Jesús─ Nunca nos contó nada.

─ ¿Piensas que eso es rarísimo o soy yo la loca? ─Suelto sin pensármelo.

Jesús me mira fijamente unos segundos y me recoloca un mechón de pelo detrás de la oreja.

─Claro que es rarísimo. Pero no habla de mi madre y ya está. Es como si nunca hubiese existido, supongo. No hablamos de ella. Fue... Cuando se marcho todo fue un caos. Estuvimos muy perdidos y tu tía fue la que nos ayudó. Mi madre nos... No lo sé. Está claro que fue lo más bonito y lo más triste que pasó por nuestra vida. Y una cosa anula a la otra, según mi padre─ Sentencia, con una sonrisa agridulce─ Menuda gilipollez. Pero Dani y yo nos lo creímos con diez años. Una cosa anula a la otra, no vuelves a hablar de ella y punto. Se fue.

 Asiento una vez.

─La del disco era ella.

─Cantaba muy bien─ Me explica mi acompañante, dando unos toquecitos en mi rodilla, sin mirarme─ Era una persona increíble, ¿Sabes?

¿Sabes lo que quieres?(Gemelier)(Jesús y Daniel Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora