18 de diciembre.
Jesús sacude suavemente mi hombro y luego me da un montón de besos en la mejilla.
─Cariño, arriba... ─Susurra en voz muy baja.
─ ¿Qué...? ─Pregunto, bostezando y frotándome los ojos.
Y veo que Jesús ya se ha puesto un bañador de Quicksilver y una camisa blanca, y también que mi hermano y Dani, vestidos de forma similar a Jesús, están ya también en la que es mi habitación.
─ ¿Qué hacéis? ─Interrogo, levantándome con cuidado de no despertar a Lucía.
─Pues venir a felicitar a Lucía, solo faltabas tú. ¿La despertamos ya? ─Me comenta mi hermano, en un tono de voz ultra bajo.
Asiento en seguida, retirándome el pelo de la cara.
**
─ ¿Y cuántos años cumples, bonita? ─Le pregunta la camarera, con acento propio de la zona.
─Siete─ Le responde Lucía, súper animada, mirando la tarta de princesitas que mi tío se ha ocupado de que nos sirvan después de la comida.
─Ala, que mayor ya... ─Le sonríe la camarera─ Pues muchísimas felicidades, guapa. ─Le dice, dándole un toquecito en la cabeza.
Lucía le sonríe en respuesta, con esa sonrisa que consigue que cualquiera esté dispuesto a quererla y a darle lo que pide, con esa sonrisa que la hace aún más adorable.
─Muchas gracias─ Contesta la niña, mientras mi hermano coge el mechero que le tiende otro camarero y comienza a encender las siete velitas de la tarta.
Y después de cantarle el cumpleaños feliz y de que se una a la causa más de medio comedor, de que la gente felicite con sonrisas agradables a la pequeña y de que esta sople las velas sonriente, disfrutamos un rato de la tarta y nos levantamos para volver a nuestras habitaciones a descansar antes de bajar a la playa.
─ ¡He pedido un deseo sobre vosotros! ─Nos informa Lucía mientras subimos.
─ ¿Ah, sí? ─Pregunto con interés, mirando a mi hermano y a los gemelos de forma interrogante─ ¿Sobre nosotros cuatro?
Ella asiente.
─Pero no lo digo que sino no se cumple, ¿Verdad, mami?
─Verdad, cariño─ Le responde mi tía, dándole muchos besos─ ¿Vas a descansar un rato con Lore a vuestra habitación?
Lucía asiente con energía y en seguida me da la mano para seguir el pasillo hasta nuestro cuarto.
Lucía se acuesta y yo bajo un poco la persiana para que duerma tranquila. Luego me tumbo en mi cama y me pongo a mirar el móvil. En España es ya por la tarde-noche así que me entretengo hablando un rato con las chicas. Y a los pocos minutos siento como se abre la puerta y dirijo mi vista allí para encontrarme con Jesús.
─Oye, tus padres han pagado una cama para ti también, ¿eh? ─Lo pico con una carcajada, entre susurros para no despertar a Lucía de la siesta.
─Me gusta más la tuya─ Me informa, encogiéndose de hombros y estirando luego los brazos para abrazarme con fuerza─ ¿Qué tal? ¿Te gusta Punta Cana?
Asiento en seguida.
─Me encanta─ Río, llevando mi mano derecha hasta su mejilla para acariciarla con suavidad.
─ ¿Y a ti?
─También─ Me responde, dirigiendo sus besos hasta mi boca y bajando sus brazos hacia mi cintura. ─Volvemos cuando quieras.
ESTÁS LEYENDO
¿Sabes lo que quieres?(Gemelier)(Jesús y Daniel Oviedo)
Teen Fictionhttps://www.youtube.com/watch?v=sXTvgtOQDgU