Capítulo 54+Epílogo

12.2K 587 201
                                    

Capítulo 54-

Llego corriendo a su antigua casa.

Tengo que sacudir las manos para que dejen de temblarme de una vez y suspirar con fuerza para no comenzar a hiperventilar.

Tiene que estar aquí.

Algo me dice que tiene que estarlo.

Me late el corazón tan fuerte que creo que se me va a salir del pecho mientras me agacho a comprobar si la llave sigue en el escondite de siempre. Y suspiro de puro alivio al comprobar que así es.

Abro la puerta con manos temblorosas y vuelvo a cerrarla detrás de mí en completo silencio. Atravieso el pasillo para salir por la puerta trasera al jardín, obligándome a recordar que respirar es bueno para la salud y que tengo que hacerlo.

Y entonces lo veo.

Después de más de un mes está ahí, a escasos metros de mí. Está estirado en una de las tumbonas del jardín, con un bañador de quicksilver y una camiseta negra de manga corta, lisa, mirando su móvil con gran concentración. Lleva puestos los auriculares y ni siquiera se percata de que estoy allí hasta que he llegado casi a su lado, cuando levanta la vista y me mira.

─Lore... ─Suelta, con una expresión digna de ser fotografiada, como si no se creyese que de verdad estoy allí.

La verdad es que no me lo creo ni yo.

─Hola... ─Sonrío, ladeando la cabeza.

Y antes de que acabe de pronunciar la única palabra que he conseguido que saliese de mi boca ya me está abrazando.

─Joder, Lore. Eres tú. ─Me susurra, abrazándome con fuerza.

Hoy voy servida de abrazos.

Sonrío, colocando mis brazos en su cuello.

─Te echaba de menos. ─Le suelto sin pensármelo. ─Muchísimo.

─Porque no sabes lo que te he echado de menos yo a ti─ Responde acariciándome la mejilla con suavidad.

Y nos quedamos mirándonos un instante, con incomodidad.

─¿Te quedas? ─Me pregunta.

Y yo asiento, haciéndole sonreír con esa sonrisa de siempre, con mi sonrisa de siempre.

─ ¿Te pensabas que te ibas a librar de mí tan fácilmente? ─Pregunto, guiñándole un ojo.

─No me lo puedo creer─ Me dice, abriendo mucho los ojos─ No me puedo creer que hayas vuelto, que estés aquí.

─Pues sí que he vuelto─ Sonrío─ Y quiero que me perdones.

─Joder─ Ríe él─ Estás perdonada. Estás perdonada desde antes de irte, Lore. ─Añade, agarrándome de golpe como hacía siempre para que yo enroscase mis piernas en su cintura.

Y este momento no iba a ser una excepción.

─ ¿Voy a tener que aguantar que vengas a dormir conmigo todas las noches? ─Me pregunta con tono de picardía.

Y yo niego con la cabeza, agarrándome a él con más fuerza.

─Voy a vivir con mi madre aquí, en el pueblo─ Le digo, poniendo mi mano entre su pelo como tanto echaba de menos. ─Me ha dado permiso para volver a veros.

Jesús abre mucho los ojos y luego me sonríe, acercándose un poco más a mí.

─Tema solucionado entonces─ Prueba a decir, reduciendo otro centímetros nuestra distancia.

¿Sabes lo que quieres?(Gemelier)(Jesús y Daniel Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora