Rutina

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Ya se ha vuelto por medio mes mi rutina salir de la universidad el ir a la casa de la señora Adela, hoy nos tocó clases con el esposo de ella, estoy en la salida hablando con el señor Marcus que me ha encontrado saliendo.

M: hola, te llevo.
-- eh, no muchas gracias, ya voy a tomar un taxi.
M: no fue una pregunta ni tampoco una sugerencia, vamos.

Bueno ahorrarse los pasajes no es tan mala idea, yo le sigo y allí está esa lujoso auto que siempre veo en el garaje cuando él está en la casa.

Yo me iba en los asientos de atrás pero él me dijo que me fuera en el asiento de adelante con él, toma mi bolso y lo pone en los asientos de atrás.

M: para que vayas más cómoda.
Él parece notar mi incomodidad - tranquila, no te haré nada, no te tocaré, ni te voy a empezar a coquetear, relájate, tienes la emisora del auto, pon la música que quieras, de seguro mi música te parecerá horrible.
-- gracias, pero así estoy bien.
M: la oferta seguirá abierta, vamos a tardar un poco, tengo que entrar a mi oficina a recoger unos papeles así que tardaremos más, tienes problema con eso?
-- sólo no quiero llegar tarde.
M: estás con tu uno de tus jefe, simplemente no vas a llegar tarde, no tendrás que darle justificación a tu jefe porque, estás con él.
-- ok, está bien.
M: bien, pon música, el camino será estresante, siempre hay trancones, así que ponte cómoda.

Pongo música, convencida por él.

M: tienes buenos gustos musicales, no soy mucho del reggaeton actual, pero esos, esos son clásicos, aún se escuchaban en mi juventud, así que, que buenos gustos tienes muchachita.

Vamos escuchando, él de vez en cuando tarareaba alguna canción, llegamos a un edificio que es el lugar donde él trabaja, se baja del coche, y solo me dice que tardará un poquito.

Pongo música de Adele, es mi cantante favorita, pongo Skyfall, es buenísima, cuando la escuchas con audiculares y los ojos cerrados, sientes que te elevas con esa canción y con su maravillosa voz, pero ahora, sólo la escucho con los ojos cerrados en el auto del señor Marcus.

Después de unos minutos él regresa, ya estaba sonando otra canción.

M: bien, ahora sí, directo a casa.

El señor Marcus conduce y va contándome algunos casos y como los ha resuelto y lo complicado que ha sido, me dice que no están fácil llegar a donde él está, realmente es complicado, pero el esfuerzo a válido la pena.

Por fin llegamos a la casa, Carmen no está afuera hoy, agradezco al señor Marcus y me dirijo a la cocina, allí se encuentra Carmen lavando unos platos.

-- hola, ¿cómo estás hoy?
C: muy bien, me encuentro bien, hoy saldré temprano, pedí la tarde libre, hoy voy a pasar tiempo con mis hijos y mis nietos, hoy cumple años mi nieto mayor, cumple 5 años, tampoco soy tan vieja, por cierto allí en la mesa te deje jugo.

-- gracias, yo no he dicho nada, tu solita lo insinuaste.
( Digo mientras me tomo el jugo que Carme me tenía sobre la mesa )
C: yo dejare todo listo, la cena quedará   preparada, tu solo tendrás que calentar y servirles al señor Marcus y a Adela, ya los hijos se encargarán cuando lleguen de servirse su propia comida, ellos llegan bastante tarde.
-- perfecto, no hay problema, iré a barrer el patio y a limpiar la cabaña.

C: ve.

Salgo a barrer dispuesta a hacer mi trabajo tranquila, me pongo los audífonos y pongo musica, empiezo a barrer feliz de la vida escuchando mi música bailable, me empiezo a mover mientras le doy la espalda a la cabaña, sin ni siquiera observar quien estaba allí o si había alguien allí realmente, estoy súper entonada, termino de barrer y recoger la basura, increíble que en esta casa no tengan un sopla hojas o algo así, pero bueno, luego de mirar orgullosa mi trabajo, pasó a la cabaña, hace bastante sol, así que al entrar a la sombra, no veo mucho, me quito los audífonos y los pongo en mi bolsillo.

-- ahh puta madre, que puto sol más fuerte.

A: en la otra vida no eras tan grosera o mejor dicho no eras grosera, eras más bien sumisa.

Me toma por sorpresa escucharla detrás mío, con una copa de vino en sus manos.

-- cómo puede decir eso? Ni siquiera me conoce en esta y ahora va a conocer mi vida pasada que se supone que hasta yo desconozco.

A: creo que tú y yo nos hemos encontrado y no es casualidad, parece que tenemos una promesa o deuda pendiente.

-- yo que tengo que ver?

A: no te hagas (deja la copa de vino en la mesa) desde que nos vimos sentimos algo, tu cara de sorpresa y mi dramática reacción al verte, no te dice algo? Tienes sueños concurridos, a noche no tuviste un sueño extraño?

-- dé que me habla?

A: dios ya quedé como una loca, lo siento si te confundí, me defiendo a mi favor, me he tomado yo sola una botella de vino, así que discúlpame.

-- al menos en la otra vida no tomaba y no decía cosas raras borracha.

A: perdona que has dicho?
Ella se pone de pie y camina hacia mí- nunca dije cosas raras, tú sabes de lo que estoy hablando, Larissa...

Pecados del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora