Aquel grito sin dueño

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Lo único que le devolvió la lucidez a Adela logrando romper el momento del que la joven y ella disfrutaban fue el grito sin dueño, el grito que solo Adela imaginó en su cabeza, al imaginar lo que dirían sus hijos si llegasen a verle con una chiquilla de casi su misma edad, de lo que podrían pensar sus familiares y todo su círculo social, allí fue cuando escuchó ese grito que pareció oír retumbando por toda la casa "mamá" pero solo existió en su mente como momento de lucidez.

La joven se encuentra confundida y Adela reprochandose todo, se encuentra bajo su regadera dejando engañarse con creer que el agua se llevará todas sus culpas y restregando su piel casi como si quisiera arrancarla de sus huesos para borrar el tacto, las caricias de esa mujer que le habían erizado la piel y su centro de placer humedecer, humedad que ya había olvidado, humedad que ella con su dedo recorrió para luego olerlo, ya había olvidado a qué olía el placer y el deseo.

Terminó de bañarse y se fue a la cama, ambas almas se hacían compañía desde la distancias de sus camas, Helen lloraba porque no entendía y Adela porque no entendía nada y porque había fallado de nuevo, porque había sucumbido ante el encanto y la atracción de aquella joven, de aquellos labios que provocaban besar sin parar, ambas lloraron hasta quedarse dormidas.

¿Por qué reprimirse a sentir?
¿Por qué no dejarse llevar?
Quizás porque desde que el amor es ciego y la locura le acompaña todos le tememos a guiarnos a tomar el arma que nos hace matar lo que ya éramos para construir lo que el otro necesita, desarmar lo que ya somos para ser alguien que desconocemos, es la más grande locura con más incertidumbre, Adela no estaba dispuesta aún a desarmarse, a dejar lo que ya era para construir a alguien que desconocía por completo, a alguien que haría locuras por amor, alguien que se iba a desarmar para completar un pasado que ni siquiera les correspondía.

El siguiente día llegó, Helen no tenía clases, pero si que ir a trabajar, así que se levantó con un ánimo poco manejable, tomó su desayuno y se marchó a su trabajo, al llegar encuentra al señor Marcus, y la señora Adela muy sonrientes desayunando frente a sus hijos, la mayor le da una mirada incomoda a Helen, la que no duda en desaparecer de ese retrato falso de familia feliz, sin antes haber saludado y marcharse rápidamente a limpiar el patio que le cayeron hojas, Carmen llega a donde está perdida Helen ya que lleva los audífonos puestos, Carmen toca el hombro de Helen para que le preste atención.

_ que pena contigo Carmen, dime qué necesitas?
C: que me acompañes a desayunar, traje desayuno para ti y para mí.
_ yo desayuné en casa.
C: me vas a hacer ese desplante (hace pucheros)
_ está bien, está bien, desayunemos.
Ambas nos sentamos a desayunar a solas mientras ella me cuenta sobre su familia y me enseña foto de su nieto en su teléfono.
_ los niños son lindos, yo no soy muy gustosa de niños, pero no los traumatizo, de hecho soy muy buena cuidandolos, solo que sé disimular mi poca paciencia con ellos, mi manera de quererlos es muy extraña.
C: si eso veo, algún día te llevaré a mi casa y verás como te enamoras de mi nieto, es adorable, y hasta ganas de tener uno te darán.

Yo toso fuerte ya que el chocolate se me ha ido por dónde no debía.

C: muchacha ya sé que no te gustan los niños pero tampoco para que te ahogues ( dice mientras soba mi espalda) has de tener muchos pretendientes, eres joven, hermosa, trabajadora, los hombres te han de llover mijita.
(Cambia de un mal tema a otro peor)

_ no, sé equivoca, de hecho, estoy tan concentrada en mis estudios y mi trabajo que ni siquiera le doy importancia a los pretendientes, y sobre los hijos, quien sabe, puede que me antoje tener uno, pero uno nada más, y eso se va a demorar muchísimo, y solo quizás si encuentro el amor.

C: ay no mija sabe qué, dejé esas pendejadas del amor, eso no sirve para nada, de amor no se vive, de plata si, de amor no, el amor en su mayoría te da golpes como para matarte, viva su vida feliz, libre, en conclusión, no sé enamore.

_ muchas gracias por el consejo, pero creo que muy tarde, ya me enamoré.

C: cuente haber quien es el afortunado?

_ solo le puedo decir que esa persona es mayor que yo, vive mejor que yo, pero no me interesan sus comodidades, solo me interesa esa persona, pero esa persona ya tiene quien le quiera y esa persona parece no quiere soltar por nada en el mundo a quien le hace añicos la vida y yo solo estaría como juguete para que se divierta y para curar heridas.

C: comenzamos mal, y lo que empieza mal termina mal, mejor coja sus sentimientos y arranquelos y siga con su vida.

_ Carmen gracias, ojalá fuera tan fácil, pero gracias por sus consejos.

Carmen es una mujer muy metida, pero razón a de tener en sus palabras, por algo están esas canas en su cabello indicando sabiduría y mucho camino recorrido.

Quizás lo mejor para la joven es seguir los consejos de aquella señora, para que no se vea envuelta en tanto sufrimiento, pero como siempre el amor es ciego y al parecer sordo, ella solo se deja llevar por ese río disfrazados de lindas emociones que la llevará a vivir una vida que para nada esperaba...

Hola mis amores perdón la demora, l@s amo mucho...

Pecados del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora