VALIENTE

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— ¿Me estás tomando el pelo?

— Es lo contrario. Me gusta. Un omega con orgullo, te pareces a él.

Jungkook, que apartó la mano de Jimin, sonrió con frialdad.

¿Qué? Se refiere a Marcel.

— Está bien, si no fallas, seré tuyo. Toma el control de mí tanto como quieras.

Su hermosa sonrisa estaba emocionada. Aunque tomó el inhibidor, es probable que entre en celo. Después de sentir una mirada tan extraña y evitarla, Jimin sonrió y respondió desafiante.

— Estoy deseando que llegue. Haré lo mejor que pueda con eso como consuelo.

Tal vez sean todas esas dulces promesas. Promete el futuro con él. No puede compartir el amor, pero sería extraño sentir la alegría de tener un punto de contacto así.

Cuando dejó la compañía de Jungkook y miró una revista de trabajo en el quiosco de la estación para encontrar su próximo trabajo, Kenneth se acercó por detrás suyo y lo llevó a un lugar donde no había nadie más, en su auto, hablaron.

— ¿Por qué fuiste a la empresa? Prometiste que no te enredarías más.

— Acaba de conocer a Kim Jimin, un estudiante del pasado.

— Qué harás cuando llegue el ciclo de calor. También serás atrapado por Jungkook.

— Debo tomar inhibidores antes de verlo. Más bien, temo que descubra que mi hijo es Julian.

— Ah, no te preocupes por eso. Son mis subordinados con los que Jungkook ordena averiguar sobre ti.

— Entonces, ¿por qué me dijiste dónde estaba en primer lugar?

— Al principio, otro subordinado estaba a cargo, pero cambié porque también había un problema con Julian. Jungkook no conoce la conversación que hemos tenido, así que no hay necesidad de preocuparse de que Julian se filtre en ella.

— Lo sé. Pero, ¿qué pasa con el problema de Julian?

— Por favor espere un poco más. Ambas familias todavía están discutiendo cuándo se llevará a cabo la boda. Por favor, espera con esto hasta entonces.

Kenneth le entregó el sobre. Jimin lo empujó hacia atrás.

— No me paguen de nuevo. Nunca haré nada que moleste al marqués. Quiero ganar dinero yo mismo.

Lo prometió con Jungkook. Nunca caerá. Ganará dinero por su cuenta para mantener a sus seres queridos. Lo hará y le ganará. Y le pedirá. Que vuelva a ser la persona del pasado.

— ¿Pero te despidieron de nuevo por Jungkook?

— Es porque le dices mi trabajo.

— Si no se lo digo, contratará a otro detective.

— ¿Me odia?

— ... Creo que sí.

— Entonces haces todo lo posible por averiguar mi próximo trabajo y se lo haces saber. No importa cuánto me despidan, encontraré el próximo trabajo. Mientras tanto, algún día su odio desaparecerá. Castigándome... Espero que los sentimientos de autoconfianza que tiene por perder a Marcel sean un poco más ligeros que antes.

— Quieres aliviar el corazón de Jungkook.

— No es solo eso. Lo mismo me ocurre a mí. Cuando soy castigado por él, siento que he lavado los pecados llamados Marcel. Sé que no será una expiación, pero siento la ilusión de que haya menos culpa por no dejarle saber la existencia de Julian... Después de que se case con Claire, en cualquier caso, nunca volveré a aparecer frente a él.