Ashley tiró las llaves de cualquier manera al entrar en casa, e hizo lo mismo con la pesada mochila que llevaba al hombro.
Cerró la puerta de la calle de un portazo. Estaba agotada después de todo lo ocurrido aquella mañana, y tan sólo tenía ganas de meterse en su cama y dormir toda la tarde.
O todo el mes, a poder ser.
Sin embargo, el mundo aún tenía planeadas un par de cosas para ella.
Ash fue directa hacia las escaleras que llevaban a la planta de arriba, concretamente a su dormitorio y a su deseada cama. Estaba tan perdida en su mente que casi le dio un infarto del susto cuando vio una figura observándola fijamente desde el salón.
"Joder, mamá" exclamó la chica, llevándose una mano al pecho "¿Cuánto tiempo llevas ahí? Casi me matas del susto"
Trató de sonreír para aligerar el ambiente, pero su sonrisa forzada se desvaneció al ver el rostro serio de su madre.
"¿Pasa algo?" frunció el ceño, bajo la mirada matadora de la mujer. Ash rezó para que no se avecinaba una regañina por cualquier tontería.
No se encontraba con fuerzas.
"¿Cuánto tiempo más pensabas ocultármelo?" fueron las palabras de Emma, su madre, quien se levantó del sillón.
Se plantó frente a su hija, cruzándose de brazos. Ashley empalideció.
"¿Ocultar qué?" casi tartamudeó, sintiendo que iba a echarse a temblar como un flan. Su mente estaba tan embotada que no era capaz de pensar en nada.
"No te hagas la tonta conmigo, Ashley" le dijo. Se llevó la mano al bolsillo del pantalón, sacó su teléfono y le mostró una foto.
A la chica se le pusieron los pelos de punta al ver su contenido. Era una foto de ella con Justin, la misma noche de la fiesta. Y sintió escalofríos al ver que la persona que le había mandado la foto era la misma que había estado acosándola a ella durante semanas.
Zoe.
Aparecían en la calle, en dirección al coche de Justin. Ash recordaba ese momento, cuando él, sabiendo que estaba nerviosa, la apoyó contra uno de los coches que había estacionados y comenzó a besarla.
Ash, ahora sabiendo quién era la responsable de aquellas fotos y mensajes, no sintió miedo. Sino que sintió odio, odio hacia la chica que había fingido ser su amiga durante tantos meses, y que ahora parecía ser una psicópata.
Zoe estaba cruzando una línea demasiado peligrosa. Estaba haciendo cosas que nadie cuerdo sería capaz de hacer.
"¿Ahora no vas a decir nada?" le espetó Emma a su hija, y Ash volvió a la realidad tras haberse quedado cegada por el odio "¿Otra vez, Ashley? ¿Estás volviendo a dejar que cualquier hombre te meta mano como si fueras una puta?"
Ash sacudió la cabeza, sintiendo que aquellas palabras se le clavaban como un puñal.
Sí, hasta antes de conocer a Justin, ella era bastante abierta a acostarse con cualquiera. No era algo de lo que estuviera orgullosa, pero le dolió lo indecible saber que aquella era la imagen que su madre tenía de ella.
"E-eso no es así. M-mamá, él no es..." comenzó a decir, pero Emma la interrumpió.
"¿Qué vas a decirme? ¿Que él es especial? No seas idiota, Ashley" le interrumpió su madre, agitando las manos con indignación "¿Acaso sabes la vergüenza que me provoca ver estas fotos? Por Dios... pensaba que ya habías asentado la cabeza, que por fin habías dejado de hacer estas cosas. ¡Y ahora resulta que he vivido engañada, y que tú has seguido siendo una cualquiera todo este tiempo!"
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Used to ~Jb~
FanfictionNunca hubiera imaginado que te fijarías en alguien como yo. Tú podrías tener a cualquier chico que quisieras al alcance de tu mano, ¿por qué me elegiste a mí, Ashley?