Parte 14

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Los sábados, Ash no solía hacer gran cosa. Solía estar de resaca tras pasarse los viernes bebiendo en fiestas, o solía despertar en habitaciones desconocidas para ella, con tipos desnudos a su lado.

Ese sábado no despertó al lado de nadie, ni con resaca. No había salido de fiesta la noche anterior.

Después de la última discusión con Zoe, Ash no había vuelto a hablar con ninguna de las chicas. Ni quería hacerlo.

Además, no le apetecía ir a una fiesta ella sola. Por ello, se había quedado en su casa y había dormido hasta las tres de la tarde, momento en el que Syra entró en su habitación para asegurarse de que seguía viva.

"Syra, es muy temprano" gimoteó Ash cuando la chica entró en su habitación y abrió las cortinas.

Syra sonrió, negando con su cabeza. Ash enterró el rostro bajo una almohada cuando la luz cegadora del sol entró en la habitación.

"Ashley, llevas durmiendo por lo menos catorce horas. Son las tres y veinte de la tarde" le habló Syra, con voz de madre.

Aquello sí que captó la atención de Ash, haciendo que levantara la cabeza de la almohada, dejando ver su rostro medio adormilado y su pelo alborotado.

"Ah, v-vaya, no sabía que era tan tarde" dijo, aún algo extrañanda ante la idea de haber dormido tanto.

Sabía que estaba cansada, pero ¿dormir más de medio día?

"No te preocupes, es sábado. Pero, aún así, ya sabes que tu madre me pide que te despierte los fines de semana a las nueve de la mañana" le dijo, guiñándole un ojo, y Ash sonrió, agradecida de que no la hubiera despertado tan pronto "Te he hecho la comida, puedes bajar cuando quieras"

Ash dio una vuelta en la cama, cual croqueta, enredándose entre las mantas y sábanas que tenía cubriéndole el cuerpo.

"Gracias, Syra" murmuró con voz dormida "Bajo enseguida"

La chica asintió y se retiró de la habitación, mientras Ash se estiraba en la cama y luego se sentaba en el borde de ésta, con las piernas colgando.

Miró su teléfono, con miedo a encontrar otro mensaje de aquel dichoso número que no paraba de atormentarla últimamente.

Nada. 0 mensajes nuevos.

Aquello la alivió un poco, porque no quería empezar el día agobiada con aquellos mensajes idiotas. Pero aún así, se desanimó a su vez.

Porque 0 mensajes nuevos significaba también '0 mensajes nuevos de Justin'

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Justin despertó poco después de las seis de la mañana, se podría decir que era madrugador.

Se revolvió en la cama, con cuidado de no aplastar a Jazmyn, quien había dormido a su lado aquella noche y se levantó despacio.

Miró por la ventana y vio que aún faltaba un rato para que comenzara a amanecer. Perfecto.

Era la hora perfecta para hacer eso que tenía ganas de hacer : salir a correr. Era algo que siempre le ayudaba a calmar su mente, a evadirse un rato de todas las movidas que él tenía en su mente.

Se permitía concentrarse sólo en su respiración y en su cuerpo. Y eso necesitaba en ese momento, despejarse.

A oscuras para no despertar a Jazmyn, Justin sacó unos pantalones cortos de deporte, una camiseta de un equipo de fútbol y unas Nike.

Se fue al baño para vestirse más cómodamente. Cuando estuvo listo, volvió a la habitación para tomar su teléfono y sus auriculares.

Le dio un beso a Jazzy en la mejilla, la arropó bien con la manta y salió de la habitación, bajando las escaleras con rapidez, y saliendo por la puerta principal de casa, sin hacer ni un ruido.

El aire frío de octubre le recorrió el cuerpo cuando salió a la calle, pero no le dio importancia.

Se colocó los auriculares y se puso música. Echó un vistazo al cielo que ya comenzaba a adquirir un par de tonos rosados.

Comenzó a correr por la calle, con un ritmo suave, y fue subiendo la velocidad en cuestión de segundos.

Apenas había gente a esas horas, por lo que se sentía más cómodo. Recorrió la calle de su vecindario y, al comprobar que se sentía con energía, decidió dar una vuelta más larga y dirigirse al parque que había a un par de minutos de su casa.

Corrió por las aceras vacías, disfrutando de esa sensación que sentía en el pecho al correr, del aire que le entraba en los pulmones. Entró en aquel parque, que era más bien como un Central Park, pero mucho más pequeñito.

Corrió por los senderos a través de los árboles, con la música retumbando en sus oídos, y esquivando al resto de personas que también habían decidido ir a correr aquella mañana.

Dio un par de vueltas al recinto, sin dejar de correr en un ritmo rápido pero no exagerado, perdido en su música de Sam Smith.

Y siguió corriendo de vuelta a su casa, deteniéndose en una tienda cercana para comprar algo de desayunar a su madre y a Jazmyn.

Llegó a casa algo sudado y acalorado, a pesar de que el clima afuera no era muy cálido.

Abrió la puerta y al comprobar que ya eran las ocho y diez de la mañana, se sorprendió. ¿Había estado casi una hora y media fuera?

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"¿No quieres una rosquilla, Justin?" le ofreció Jazmyn, sacudiendo un trozo de rosquilla blanca mordisqueada.

Justin sonrió y negó con la cabeza, bebiendo sólo un pequeño sorbo de café. No tenía mucha hambre.

"No, princesa. Cómetela tú, la he comprado para ti" le dijo, y ella pareció aliviarse por la respuesta de su hermano.

Jazmyn le dio otro mordisco a la rosquilla mientras se acomodaba en el sofá negro. Pattie también estaba sentada, en el sillón de al lado, con un libro en el regazo. Aún así, parecía tener la mirada perdida, con la mente mucho más lejos de aquellas páginas del libro.

Evidentemente, la noticia de Jeremy había destruido a su madre por dentro, porque ella en el fondo esperaba que su marido volviera a ser el mismo hombre del que se había enamorado.

Pero claro que eso no iba a pasar.

Jazmyn también parecía estar algo triste, por lo que Justin iba a intentar mimarlas un poco aquel día, darles cariño a sus chicas favoritas.

El rubio y Jazzy vieron un par de películas, la mayoría elegidas por ella, claro. Se pasaron gran parte de la tarde acurrucados en el sofá, mirando las películas. Su madre finalmente se unió a ellos en la última película, cuando ellos estaban viendo Grease.

A Jazmyn y a su madre les encantaba esa película. A él no le entusiasmaba tanto, pero hizo el esfuerzo de verla con ellas.

Pattie se quedó medio dormida a mitad de la película. Jazzy, al contrario, no podía evitar sonreír en las escenas en las que los protagonistas de Grease bailaban.

Justin las abrazó a ambas, deseando pasar tiempo con ellas más a menudo.

Por eso, cuando su teléfono sonó anunciando una llamada, Justin la rechazó sin siquiera molestarse en averiguar quién le llamaba.

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Ash se sintió tremendamente estúpida cuando, después de darle mil vueltas al asunto, y decidir que lo echaba de menos, se animó a llamar a Justin aquella tarde.

Se sintió aún más idiota cuando él rechazó su llamada al instante.

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Heyy! Por aquí os dejo el capítulo 14, espero que lo disfrutéis mucho.

He estado un par de días sin actualizar, pero ya me tenéis aquí! Y, además, mañana salgo a vacaciones de verano, así que estaré algo más activa.

Antes de despedirme, quiero pediros que sigáis apoyando a nuestro Justin real y pidiendo por él. Está pasando por un mal momento, algo muy duro para él, así que necesita sentirse querido por nosotrxs. Dadle mucho amor, lo necesita.

Nada más que decir, nos vemos muy pronto por aquí.

Candy

Used to  ~Jb~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora