Baby bear

02

Para este punto de su existencia, YoungHo se había rendido en buscar una niñera para Hyuck.

Su bebé era un caramelo.

Uno ácido, ¡Pero caramelo al final!

Muchas de las que contrató, le ponían excusas de no poder cuidarlo y es así como le paga a su madre para que lo cuide. Es su abuela, no su niñera, está para mimarlo y amarlo, no tiene por qué hacer esas cosas..

---- lo digo en serio, ella tiene mucha paciencia.

Estaba hablando con Taeyong sobre eso, ya que el profesor le preguntó por su retoño. Le había recomendado una amiga, que buscaba trabajo urgente.

---- ¿Ya cuidó niños? -  Taeyong dejó de sonreír - lo sabía. No dejaré a mi niño con alguien irresponsable.

---- no tener experiencia no significa irresponsabilidad.

---- no quiero que nada le pase, Tae.

---- confia en mi, ella es genial.

Terminó pasadole su número y John se contactó cuando ya estaba en el auto, dispuesto a volver a su hogar.

Contestaron del otro lado, oyendo a alguien agitado. ¿Por qué..?

---- ¿Hola?

---- Hola, Soy Suh YoungHo. Taeyong me pasó tu número por un trabajo de niñera, estoy buscando una.

Escuchó la sorpresa, deteniendo el ruido del fondo.

---- oh, sí. Sí, estoy buscando trabajo..

---- ¿Crees poder cuidar a un niño de tres años? Aún no comienza la escuela, es en unos días, estarías toda la mañana con él y cuando la comience, debes dejarlo y traerlo.

La muchacha cerró una puerta y suspiró.

---- claro, puedo encargarme.

---- te paso la dirección. Mañana no tengo que trabajar tanto como hoy y quiero ponerte a prueba, ¿Estás de acuerdo?

---- por supuesto, estaré a la hora que me pida.

Bien, eso fue fácil.

A Johnny no le gustaba ser tan brusco al hablar, pero en base a otras experiencias, hablar de esa manera le aseguraba las intenciones de la otra persona.

Su personalidad con los niños era completamente diferente, pero con adultos era más duro y directo.

Solo con su cachorro era más tierno y suave de lo usual, porque Donghyuck era bastante sensible si lo miraba mal o le hablaba fuera del típico tono "tierno".

Ahora quedaba solo ver cómo sería esa chica cuidando a su pequeño. No quería volver a contratar a personas que no cumplían con sus horas de trabajo, cómo le había pasado en ocasiones anteriores.

Decir que su hijo era un ángel, era una vil mentira. Donghyuck tenía sus cositas, sus caprichos y malas actitudes, pero todas dignas de un niño juguetón de apenitas tres años. No era tan malvado, solo tenía mucha energía que gastar.

Así es como llegó a casa, estacionando el auto en la cochera y bajando de este cansado.

---- ¡Papá!

Donghyuck le saludó por al ventana, moviendo su manito rápidamente mientras su sonrisa se hacía cada vez más grande, logrando que sus ojitos sean más pequeños.

Buscó las llaves y entró a la casa, sintiendo un delicioso aroma a budín de naranja. Oh, cómo amaba los budines de su mamá.

Una pulga se aferró a su pierna, carcajeando infantilmente cuando John siguió caminando hasta la cocina, ignorandole.