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El resto del viaje fue lento y en silencio, las calles estaban algo atrasadas por la cantidad de nieve que iba cubriendo de a poco, pero aún se podía ver la ruta.

Johnny miró por el espejo a su hijo, encontrándose con su mirada y siendo Donghyuck quien le sonriera con dulzura.

---- ¿Que vas a comer, pumpkin? - Bajó el volumen de la música para oír la respuesta - ¿Waffles? ¿Un cupcake? Tal vez..¿Una porción de pastel?

---- checho..- acarició su pancita - tengo mucha hambre..

¿Cómo no morir de ternura con esa carita?

---- ya llegamos, aguarda un minuto, ¿Bien?

Tras recibir un asentimiento, volvió a concentrarse en la calle y solo se desvío un momento cuando escuchó el ruido en el vidrio.

Minji había caído dormida en el asiento, despertando abruptamente tras el golpe en su cabeza.

---- ¿Dormiste bien? - consulto Suh mientras aguantaba la risa - te ves cansada.

---- sí, sí.. - golpeó sus mejillas, borrando rastro de vergüenza y espabilandose - lo siento.

---- ¿Por qué? Yo también duermo, Min. - carcajeó - asegúrate de dormir bien, este chiquillo no tiene compasión por nadie.

Sí, el adorable niño de osos chocolate y brillantes, de sonrisa encantadora y lunarcitos hermosamente ubicados, era un pequeño demonio cuando se lo proponía. Eso decía John, pero con Minji era otra historia, era tranquilo y algo curioso, lo típico en su edad, no malicioso, bromista o llorón como con su padre.

---- lo sé...- solo un día tuvo que experimentar eso. Mejor que no vuelva a pasar - yo..¿Puedo preguntarte algo?

YoungHo asintió, doblando en una esquina.

---- ¿tu ex no pudo venir por alguna razón en especial?

La curiosidad le picaba, no la culpen. No preguntaba con malas intenciones, YoungHo lo sabía.

Es que, era raro que se dijera "en tales fechas va a venir" y tener a su pequeño esperando por la llegada de su madre, la cual de un momento a otro canceló su viaje y no le explican al pequeño lo que sucede.

También sería estresante para Donghyuck que eso pasara seguido, y según su abuela, sucedía repetidas veces.

Minji no queria ver al pequeño con cara larga, con tristeza y aburrimiento. Iba perdiendo su chispa, ya no parecía un ratito de sol y eso no le gustaba. Bien, ella no quisiera tener hijos, pero si le aseguraran que sería igual de amable, tierno, encantador y servicial que Donghyuck, no dudaría en tener uno.

Al apsar mucho tiempo con el, un alzó fuerte fue creándose y le daba cierta molestia en el corazón que ya no quisiera jugar tanto como antes. Prefería acompañarle mirando una serie mientras pedía mimos en el cabello o que lo arropara con suaves y calentitas mantas.

¿Eso no era preocupante?

Si bien no es de su incumbencia saber sobre la vida privada de John, era el padre del niño que cuidaba y quería lo mejor para él.

¿De eso se trata ser niñera, verdad? Cuidarlo y acompañarlo, estar cuando sus papás no pueden estar y quererlos.

---- e-eh..- aparcó con cuidado, dejando lugar para otro auto frente a él - tiene un buen trabajo y a veces..el hecho de que no esté con su hijo más de dos semanas cada, no sé..¿Cinco meses? Hace que le importe e interese más el trabajo que la felicidad de Donghyuck. - suspiró rendido - terminamos bien pero..a veces me molesta que venga dos veces al año y se dedique a criticar como crío a mi hijo cuando ella no está presente. Podría ser muy malo y no haberle enseñado a Donghyuck que ella es su mamá, pero no..ella es su mamá, se lo dije y él la quiere como una. - sus ojos cafés divagaban en las calles pintadas de blanco, ignorando el enojo que crecía dentro suyo - Y sin embargo Krystal solo se dedica a querer controlar cada minima cosa en mi vida, incluído el hijo que yo solo intento educar de la mejor manera.

Baby bearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora