15

118 9 0
                                    

-Bien, respira profundo, visualiza tu recuerdo más feliz.- Le dijo en voz baja Harry desde su espalda a su hijo mientras este permanecía con los ojos cerrados.-Siente esa felicidad llenarte tal como la primera vez.-

El encantamiento patronus le había dado a Harry un nuevo nivel de confianza en sí mismo durante su adolescencia, cuándo su hogar en Hogwarts ya no parecía un lugar seguro en vista de que un asesino prófugo parecía ir tras su cabeza y los dementores que lo buscaban parecían afectarlo más que a cualquier otro estudiante, por supuesto, el prófugo en realidad no había estado buscándolo a él sino al supuestamente muerto "Colagusano"quien había sido uno de sus mejores amigos y había entregado a sus padres y su cabeza en bandeja de plata a Lord Voldemort.

Entonces Harry había apreciado cada oportunidad de ser un poco más capaz de protegerse y a las personas que amaba, de ser un poco más fuerte y el saber que él podía crear un encantamiento patronus corpóreo y fuerte cuando muchas personas apenas lograban crear algo de niebla y que otras eran incapaces de obtener eso tan siquiera lo había llenado de orgullo, aún cuando luego ese orgullo había sido empañado por la vergüenza al enterarse de las posibles situaciones que podrían evitar que alguien obtuviera un patronus y no había sido sino hasta que tuvo que enseñar en el "Ejército de Dumbledore" que había logrado sentirse a gusto con sigo mismo por ello, como si de algún modo estuviese retribuyendo un poco de todo lo que se le había dado.

Saber que le estaba enseñando ese mismo encantamiento a su hijo lo llenaba de dicha, sabía que Athan era capaz de lograrlo, después de todo siempre había sido considerado un superdotado y de hecho tras varios días de intento, ya había salido algo muy parecido a un escudo desde la punta de su varita.

Él sabía sin lugar a dudas que Athan lo lograría.

-¡Lo tengo!- Dijo el muchacho ahora con una leve sonrisa en su rostro, la molestia de los intentos fallidos en días anteriores parecía haber desaparecido.
-Estoy seguro de que ahora sí lo tengo.-

-Adelante.- Respondió Harry y con un asentimiento de cabeza Athan gritó el hechizo.

-¡¡Expecto Patronum!!-

Harry observó maravillado como entre la niebla inicial la figura de un enorme cocodrilo se hiso visible solidificándose conforme pasaba el tiempo.

-Lo logré, papá, lo logré, es idéntico al tuyo.- Dijo Athan emocionado mientras observaba al cocodrilo reptar frente a el por un momento antes de dejar caer el encantamiento.

Por alguna razón que aún no lograba comprender ( y tampoco había puesto ningún empeño en buscar una razón) la forma de su patronus había cambiado, no lo había notado sino hasta hace poco menos de un año, cuando el recuerdo que usó para llamar al patronus ya no fueron sus padres sino su hijo.

Recordaba con claridad haber pensado que sería una serpiente cuando había visto salir de su varita una figura alargada en lugar del usual ciervo, su sorpresa fué grande en cuanto un poderoso cocodrilo se había casi materializado frente a él.

Saber que el patronus de su hijo tenía la misma forma le hacía saber que el recuerdo que había usado se refería a él, no pudo sino hacerlo sentirse feliz.

El patronus de Athan era idéntico al de su padre tal como el del mismo Harry había sido idéntico al de su propio padre hasta hace un tiempo.

Vió a Athan cerrar nuevamente sus ojos mientras regulaba su respiración antes de lanzar el encantamiento una vez más, la figura del cocodrilo completamente sólida desde el principio, reptando de forma confiada y pesada frente a ellos y una sonrisa espectacular dividiendo el rostro de su hijo.

Días del futuro PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora