16

36 2 0
                                    

Athan estaba molesto.
Y estaba seguro que era un problema netamente suyo, su padre aún le permitía quedarse el tiempo que el desease dentro de su oficina y todavía le dejaba dormir en su regazo, aún practicaban juntos pociones, hechizos e incluso se había asegurado de convencer a su padre de salir a realizar vuelos nocturnos varias veces a la semana durante su estancia en Hogwarts con el fin de pasar con su padre el mayor tiempo posible sin parecer demasiado pegajoso o caprichoso, sin embargo le quemaba el hecho de que había otra persona por la que ahora su padre se preocupaba quizá con la misma cantidad de cuidado.

Aquel hombre sin memoria y palabras ácidas.
Sin memoria, por supuesto, era una forma de decirlo de todos modos, ya que parecía recordar todo a excepción de lo que podía serles en realidad útil.

Y por sobre todo, Athan sentía ridícula la idea de que dentro de ese cuerpo de casi cincuenta años estuviese hablando un adolescente de dieciseis aún cuando sabía que era totalmente posible.

Luego podría poner dentro de la lista de cosas que odiaba la actitud del sujeto. Siempre a la defensiva a pesar de que había sido tratado con consideración desde el primer momento en que llegó.
A pesar de que su padre no había dormido o comido en algunas ocasiones mientras leía libro tras libro para encontrar lo que podría estar manteniendolo inconsciente y que había sido, él mismo, quien había estabilizado su núcleo mágico y se había asegurado de que hubiese comida en su estómago y un techo cálido y seguro sobre su ingrata cabeza.

Y luego estaban los comentarios despectivos que le dirigía de vez en cuando y a espaldas de su padre, siempre mirandolo hacia abajo como si tratase de decirle que de algún modo era superior.

Athan podía decir con total seguridad que despreciaba a Severus Snape a nivel celular.

Especialmente a esta versión tan diferente de la que había escuchado hablar a su padre y parecía mas un hermanastro odioso que alguien adulto. Al menos no un adulto con la experiencia y conocimiento que comentaba y admiraba su padre.

-Seguro ya escuchó decir al sanador que mi salud se encuentra en perfectas condiciones, espero no haya olvidado su ofrecimiento de llevarme por una varita.- Dijo Severus y Athan rodó los ojos con hartazgo dado al comentario recurrente.

-Lo recuerdo, talvez desees ir y arreglarte antes de salir.- Dijo su padre y Athan contuvo un bufido ante el tono tan tranquilo que había usado, pareciendo que los comentarios hechos con ese tono ácido que usaba Severus no le molestaran en lo más mínimo.

Vió a Severus caminar con algo de prisa hacia su habitación y Athan soltó un suspiro.

-¿En serio debemos llevarlo?- Preguntó Athan y su padre elevó una ceja.

-Si no mal recuerdo esta tarde vienen tus amigos a casa-

-Pero... Entonces tendré que quedarme.- dijo Athan con el entrecejo fruncido sintiendo su propio labio inferior en posición para hacer un puchero.

-Precisamente, hijo.-

-Aún puedo cancelar su visita-

-Athan, se que Severus no te agrada y que no te ha dado razones, pero no es peligroso, y sobre todo, no lo es para mi y aún si hubiese podido tener alguna ventaja sobre mi, esta se encuentra enterrada en algún lugar en su memoria.- Le dió un ligero apretón en el hombro -Así que no te preocupes demasiado, regresaremos en una pieza.-

Athan soltó otro suspiro que sonó un poco a un bufido y su padre rió.

- Además... No podemos mantenerlo encerrado aquí.-

-Bueno... Decir que no podemos...-

-Ya ha estado encerrado por bastante tiempo, y ciertamente fuí yo mismo quien le insistió en que permaeciera tranquilo hasta que se hubiera recuperado para poder tener una varita.-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Días del futuro PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora