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“Donde dejamos el primer amor.”

No podía simplemente imaginarme que durante diez años hubiera estado viviendo en un mundo donde la señora Angie Goddess, la madre de Elizabeth, ya no existiera. Donde la persona que nos vio crecer a ambos y enamorarnos lentamentes, ya no estuviera. No podía sólo creer que aquella mujer que solía hablarnos durante horas sobre cómo su esposo la enamoró y me daba consejos para enamorar a Elizabeth, estuviera muerta. Parecía una pesadilla.

Me quedé helado tras esas palabras, recordándola.

Recordando todas las veces que me pidió quedarme un rato más a hablar, todas las veces que salía corriendo por su cámara para tomarnos una foto a Elizabeth y a mi, todas las veces que me pidió que la ayudara con su jardín y que me explicó todo lo que sabia sobre plantas medicinales y donde encontrarlas, todas las veces que me pidió cuidar a su hija y no romper su corazón, todas las veces que me invitó a quedarme a pasar la noche con Elizabeth.

Me quedé nada más que viendo la mesa mientras sentía algo romperse dentro de mi. Todo éste tiempo pensando que me odiaba, pero que aún seguía aquí y resulta que ni siquiera está viva.

—¿Por qué no me lo dijiste? —Le pregunté en casi un susurro.

—No sabia si aún tenías el mismo número, y no quería molestarte, apenas te habías ido a hacer tú nueva vida, no quería arruinartelo en la primera semana que rehiciste tu vida.

—Elizabeth, claro que no me hubieras molestado, me hubiese encantado saber que una de las personas que mejor me ha tratado en esta vida había muerto, hubiera vuelto inmediatamente aunque fuera por dos días al velorio y al entierro, incluso habría podido llevarte conmigo... —Ella seguía sin mirarme, de verdad se veía arrepentida— ¿Que pasó después de eso?, ¿Que hiciste?, ¿Como lograste seguir adelante con los gastos? Pudiste llamarme...

—Lo sé, lo siento por no haber hecho nada de eso. Pero ya te lo dije, no quería arruinarte nada con eso... Simplemente creí que no decirte nada era lo mejor. Y sobre cómo seguí adelante... Durante mucho tiempo no lo logré, fue difícil, pero llegó un momento donde comencé a refugiarme en las plantas y en los gatos, tengo cuatro actualmente, entonces abrí la floristería con ayuda de tú mamá, que me dio muchos consejos antes de enfermar también.

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Dado que necesitaba que la conversación de ellos siguiera aquí, hagamos que la frase «Donde dejamos el primer amor.» haga referencia al hecho de que la mamá de Elizabeth fue la primera persona en ver cómo el amor, el primer amor, de esos dos floreció. Ella los vió crecer hasta el día de su muerte, ellos dejaron su primer amor en esa casa, la casa de Elizabeth y su madre; El 506.

LittleStar.

506 - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora