506 - Melizabeth

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“... Si todavía le tienes miedo a los aviones.”

Nunca hay que subestimar el poder de convencimiento de Elizabeth.

Aquella noche también le conté sobre como pasé todo el fin de semana pensando en ir a ver a mi madre y al final no pude. Ella me dijo que debía hacerlo, que fuera a verla, que eso la haría feliz, yo aún dudaba, pero al final ella me terminó de convencer. Sin embargo, no sé cómo lo hice, pero logré hacer que viniera conmigo a acompañarme. En realidad no fue tan difícil porque ella también ansiaba verla.

Así que ahora nos encontrábamos en el avión esperando a que despegara. Ir así era muchísimo más rápido que en el auto.

Miré a Ellie disimuladamente y pude notar como jugaba con sus dedos nerviosa. O aún le tenía miedo a los aviones, o le ponía nerviosa ir a la ciudad, o ambas cosas. Pensé que en éstos diez años ella había ido al menos una vez a conocerla, pero resulta que nunca tuvo la más mínima intención de ver la ciudad por si misma. Ésta sería la primera vez que iría. No sabía como darle apoyo, no podía tomarle la mano por que se vería muy íntimo y tal vez le incomodara.

En cuanto el avión empezó a despegar y ella se aferró al asiento supe que nunca superó ese miedo, tal vez porque solo había subido dos veces en su vida a uno y ésta era la segunda. Puse mi mano sobre la suya con suavidad y ella me miró. Los ojos de Elizabeth reflejaban sus nervios y miedo.

—Tranquila, todo estará bien.

Ella entrelazo su mano a la mía, y así la mantuvo las siguientes dos horas de vuelo.

Finalmente cuando llegamos y salimos del aeropuerto en el taxi directo al hospital de salud mental, Elizabeth miraba por la ventana los grandes edificios con un lindo brillo de asombro en sus ojos. Yo la miraba a ella y cada cierto tiempo a la maceta con los girasoles en mis manos, estaba nervioso, pero tenerla a ella a mi lado haciéndome compañía me daba más seguridad.

—¿Estás lista? Ya hemos llegado.

—Yo lo estoy, ¿Tú lo estás?

—Lo estoy.