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“Recuerdo lo que te enamoró.”

Íbamos caminando tranquilamente hacia mi casa cuando un maullido llamó nuestra atención.

¿Eso es un gatito?, ¿Dónde está? —Me preguntó Elizabeth con un brillo en los ojos, ama mucho a los gatos a pesar de que no puede tener uno gracias a que su madre es alérgica. Comienzo a buscar al minino con la mirada—. Mira, ¡Allá está! —Ella señala hacia una de las ramas de un árbol muy alto, allí, apenas visible, está un gatito negro maullando—. Mel, vamos, hay que ayudarlo.

Arrastrado por mi novia vamos hacia donde está el árbol.

—¿Como lo vamos a bajar? —Pregunto, viendo alrededor y como todos ignoran al pobre gatito.

—Voy a subir.

—¡¿Qué?! No. ¿Y si te caes?

—Mel, alguien tiene que bajarlo —Suspiro, me saco el teléfono del bolsillo y se lo doy—. ¿Qué vas a...?

—¿Alguien tiene que bajarlo, no? Pues definitivamente no voy a dejar que subas tú y te caigas.

Sin dejarla protestar comienzo a subir el árbol con mucho esfuerzo, es muy alto y no tiene cómo subir, es muy liso, pero me las ingenio. ¿Cómo fue que ese gato subió aquí? Me preguntó cuando estoy casi a su altura y veo hacia abajo, está mucho más alto de lo que me había imaginado. Trago saliva y sigo subiendo mientras el gato sigue maullando y Elizabeth me mira con preocupación desde abajo. Al estar a la altura del gato sube a mi cabeza y se acuesta allí.

—Genial —Murmuro mientras comienzo a bajar con cuidado de hacer un mal movimiento con la cabeza y hacerlo caer. Milagrosamente logro bajar—. Listo, sano y a salvo.

—¡Oh, Mel, eres un héroe! —Supongo que al final vale la pena cuando mi querida novia toma al gatito en brazos con cuidado, me da un beso en la mejilla y me mira con amor. Solo por eso lo vale.

506 - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora