De la vida muggle al mundo de Harry Potter (Fred Weasley, Harry, Draco y tu)

30. Puntos de colores

-No te vayas - me dijo Stefano que aún me seguía abrazando.
-Tengo sueño - le dije y me soltó.
-Esta bien, ve - me dijo bostezando, pues ya eran las 2 o 3 de la mañana.
-Hasta mañana Nano - le dije riéndome.

No sabía si Stefano se había molestado de verdad o me estaba haciendo una broma, hasta que luego de un incómodo silencio...

-Hasta mañana Pancracia - me dijo Stefano desordenando mi cabello con su mano.

Fui a mi cuarto y ahí me esperaban Aldora y unas cuantas lechuzas más.

-Hola... ¿Quieren comida? - les dije a las lechuzas, se acercaron a mí y empezaron a comer las semillas del plato de Aldora.
-Quiero que lleven estos regalos a mis amigos y... creo que cada uno podrá llevar uno - les dije - tú llevaras esto para Harry Potter, tú para Hermione Granger, tu para...

Terminé de especificarles los nombres a las lechuzas, Aldora iría para los gemelos.
Una a una empezaron a salir por mi ventana - Feliz navidad!!! - dije cuando la última lechuza se fue y cerré la ventana de mi habitación, me sentía tonta hablando a las lechuzas como si de verdad me entendieran, pff.
Fui a dormir pero no podía porque el recuerdo de Stefano besándome se me venía a la mente y atrás estaban Fred y Draco molestos.
No podía estar con Stefano, no podía estar con nadie.
Tal vez con el tiempo aclare mis pensamientos, pero todavía pensaba en que estaba muy chiquita para todo esto.

Pasaron los minutos y al fin pude conciliar el sueño.

*Al día siguiente*

Desperté por un rayo de sol que daba a mi cara pero no me quería levantar, me sentía pesada como para levantarme de mi cama, me estiré y volteé hacia la izquierda.

-AAAH!!! - grité horrorizada y quité la mano de Stefano que aplastaba mi hombro y que me hacía sentir pesada.

Stefano se cayó de la cama por el grito.

-¡¿QUE HACES AQUÍ?! - le dije.
-No podía dormir, shhh no grites que vas a despertar a todo el vecindario y por cierto, Feliz navidad! - me dijo tranquilamente aún tirado en el piso.
-¿Cómo sabías dónde estaba mi habitación? - le pregunté a Stefano.
-Al grano Nano - le dije seria - jajaja al grano, Nano ¿entiendes? grano, Nano ¡riman! - me empecé a reír pero luego me puse seria.
-A veces me asustas - dijo Stefano

Stefano por fin se paró y se sentó en el borde de mi cama, golpeó un sitio al costado de él para que yo me sentara ahí.

-Como te decía - continuó Stefano - mmm... he estado en esta casa gran parte de mi infancia y sé todas y cada una de las partes de tu casa como sé que me llamo Stefano Brown.
-¿Ah? - le pregunté confundida - Esta es la 1° vez que vienes.
-No exactamente.
-Explícate - le dije.
-He venido a tu casa y hemos jugado desde que tengo memoria pero tal vez tu no te acuerdas porque recuerda que eres 2 años menor que yo.
-¿De verdad? - le pregunté.
-Si, es más creo que tenemos fotos.
-Yo no tengo muchas fotos - le dije.
-Claro que las tienes, en ellas también sale Ed pero tampoco se acuerda porque en esos tiempos ustedes eran unos descerebrados sin memoria - dijo Stefano.
-Tenía 2 o 3 años según tu... ¿que querías que hiciéramos al respecto? ¿acordarme? Jaja - le dije.
-Ja-Ja - Stefano hizo una risa falsa.
-Creo que el que da más miedo eres tu.
-Miedosa - me dijo.
-Claro que no - le tiré una almohada.
-Oyee!!! - Stefano me devolvió el golpe con la almohada.
-¡¿Oye?! - le dije impactada - Oye TU!!! tu explicación de mi infancia jamás contada y perdida y tu tour por mi casa no justifica que estés aquí.
-Ehhhh, relájate ¡es Navidad! - dijo Stefano calmado y despeinado por los almohadazos, se veía taaan lindo *¿En que estoy pensando? ____ no!* pensé
-No - le dije.
-¿Que tanto me miras? - dijo Stefano.
-Tienes algo en la nariz...
-Quítalo - dijo Stefano desesperado.