Embarazo

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Pov Alina

A pasado una semana desde que me dieron el alta y no me e movido de la cama nada mas para ir al baño o bañarme, cosa que lo e echo sentada en una silla especial.

Pobre de Samael que se banca mis ataques de locura, igualmente esta ahí a lado mio, lo amo.

—Sam quiero que te masturbes o me lo hagas a mi.

—¿Otra vez lo mismo Rojita? Me muero por probarte, pero no podes excitarte sino pueden llegar antes los gemelos y no queremos eso.

—¿Por que sos tan malo conmigo? ¿No me amas?

Dios estas hormonas me van a volver loca, ya tengo ganas de llorar y se que estoy siendo una caprichosa.

—No llores bebe, por favor, no soy malo vos misma escuchaste lo que dijo el doctor, no la hagas mas difícil y obvio que te amo.

Se me acerca y me abraza.

—Estoy enojada andate Samael.

—¿Que? ¿Por que?

—Por que ahora en este momento no quiero verte, estoy así por tu culpa.

—A pero bien que te encantaba que este en tu interior moviendome.

—Andate! Me estas excitando y estoy enojada.

Sale de la habitación, y me siento sola y vacía.

Lo llamo por teléfono, ¿No se fue de verdad o si?

Le digo que vuelva y en un parpadeo esta entrando.

—¿Que paso Rojita?

—Perdon por haberte tratado así, las hormonas me están volviendo loca, vivo cachonda y sos un pecado andante con ese culo firme y esos músculos que quiero pasar la lengua todo el tiempo, así no se puede.

—Jajaja bueno amor ya veras que pronto voy a poder atenderte como quiero.

Me guiña un ojo y se acuesta a mi lado, apoya la cabeza cerca de la panza y comienza a hablarles haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas por la escena tan tierna.

—Hola bebes de mama y papa, oh veo que están activos, vengo a pedirles algo, ayuden a mama a que no se sienta mal por las hormonas.

—Callate Grandullón no tienen la culpa de mi locura.

—Shh estoy en una charla con nuestros hijos.

Les susurra y ellos se mueven suavemente, solo ellos saben de que hablan.

La semana que viene tenemos control con la ginecóloga, ya quiero que el los vea.

—Ya quiero que llegue el martes para que los veas.

Levanta la cabeza y me sonríe.

—Mientras que estabas dormida te hicieron una, juro que fue lo mejor que e visto en mi jodida vida.

—Oh, ¿enserio?

—Sip, fue muy emotivo sentir sus latidos y verlos moverse como una viboriya.

—Hay no los compares con un reptil.

Se ríe y se pone a horcajadas encima mio sin aplastar a los bebés.

—Deja de mirarme como tu próxima cena mi cielo, no puedo darte lo que tanto querés por ahora, pero cuando ellos lleguen te voy a dar tanto placer que no podrás sentarte muñeca.

Dios que calor hace acá.

—No ayudas a mi lívido fortachón.

—Te amo Rojita.

Encuentrame En La Tierra +18 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora