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Intento de secuestro

Pov Alina

Han pasado dos semanas desde que Samael me confeso su pasado y debo decir que todavía no me la creo.

Fue impactante que me confesara que soy la encarnación de su mujer, pero todavía no me dijo que siente por mi.

Estos días fueron maravillosos y aunque se que tengo que dejar fluir las cosas no puedo evitar pensar en si siente algo por mi o solo siente cariño por ser un recuerdo de alguien de su pasado.

Hemos disfrutado plenamente de los días en la playa, en dos días volveremos a la rutina y tengo un poco de temor al que cambie la cercanía entre nosotros.

Ahora estoy sentada en la arena esperando a Samael y en cuanto venga le preguntare que pasara con nosotros a la vuelta, si la cercanía quedara en este lugar o seguiremos como estamos.

Esta preparando unos sándwich mientras tomo sol, por que dijo que me e encargado de la comida todos estos días así que ahora quería hacer algo el.

No me negué.

Siento que me tapan el sol, abro los ojos pensando que es Samael y al enfocar es como un espectro, no termina siendo humano.

Toco el dije y siento un estruendo al mirar es Samael derribando el vidrio y venir corriendo.

—Vendras con nosotros preciosa, nos divertiremos contigo.

Con voz retorcida pienza que le tendré miedo, deje de temerle a las escorias hace mucho tiempo, siento una electricidad recorrerme el cuerpo y agolparse en mis manos.

En el momento en que quieren agarrarme explotan, mis manos cubriéndome y no entiendo lo que sucedió.

Samael se acerca a toda velocidad y al ponerse a mi lado jadeando me dice.

—Por todo lo oscuro Rojita, ¿Como hiciste eso?

—¿Que cosa? No entiendo nada.

Siento como voy perdiendo fuerzas hasta que todo se vuelve oscuro, lo ultimo que escucho es a Samael hablándome al oído.

—Descansa preciosa, estas a salvo en mis brazos, te adoro.

Pov Samael

Preparo unos sándwich para comer con mi mujer en la playa, es increíble estos maravillosos días en la playa, tendremos que repetirlos mas adelante.

En cuanto Regresemos a la casa nada cambiara entre nosotros, en unos días tenia pensado pedirle que se case conmigo, pero por amor antes le confesaría lo que siento.

Sonrió con lo que pienso hasta que comienzo a escuchar el dije de Alina, dioses no.

Sin  importarme nada atravieso la ventana y al divisarla la veo media parada y frente suyo a la escoria que se logró escapar queriendo llevársela.

Hasta que ella hace algo sorprendente.

Forma una escudo con sus manos y el bastardo explota.

¿Que mierda?

Llego justo a tiempo cuando me dice que no entiende nada y cae en la inconsciencia, la sostengo a tiempo cuando se desvanece.

—Mierda Cariño, vas a estar bien te llevare a la casa.

Con ella en brazos y desmayada observó a mi alrededor y no hay nadie,  con un chasquido nos transporto a la casa, mas precisamente los sillones.

La recuesto y agarro la escoba y la pala de basura y limpio el desastre que ocasioné.

Mierda que quilombo.

Luego de ordenar todo, decido preparar las valijas, volveremos antes a casa, necesito protegerla y tenerla a salvo y acá ya se han acercado dos veces a ella es demasiado el riesgo que a corrido.