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-No recordaba que tuvieses tanto dinero –le digo cuando ya no puedo contenerme

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-No recordaba que tuvieses tanto dinero –le digo cuando ya no puedo contenerme.

Hicimos una parada en un GS25, para comer ramen instantáneo, y tomar coca-cola.

-No lo tenía –dice no muy convencido de querer contarme-. ¿Recuerdas mis padres estaban divorciados? Bueno, mi madre volvió a casarse el año pasado. Con un chef tailandés que de hecho es muy famoso. Tenía un evento importante y llegó un día a la florería de mi mamá con una solicitud especial de doscientos centros de mesa y quince arcos de flores. Trabajaron en aquel proyecto durante meses... Y ahora tengo una hermanastra diez años mayor que yo.

Asiento en señal de entendimiento. Me imagino la diferencia de edad con su nueva hermanastra y no puedo evitar calcular que si la mayor tiene diez años más que nosotros significa que ya se graduó de la universidad, y por lo que recuerdo, la hermana menor de Haruto es inclusive un año más chica que Hwanie-chan... También me pregunto qué tan famoso será el chef si puede permitirse asignarle un chofer, una Carnival, y convertible del año a su hijastro, eso sin contar qué más lujos tiene su hija legítima.

-¿Qué hay de ti? –su pregunta interrumpe mis pensamientos.

Lo miro, nervioso.

-Tú ya sabes todo sobre mí. Mi madre murió hace unos años y mi padre sigue sin querer casarse de nuevo.

Creo que Haruto puede ver que el tema me incomoda un poco, por lo que carraspea, y se apura a preguntarme.

-Entonces, ¿quién más recibió una carta? Aparte de mí y Park Jihoon, claro está.

-Ah, pues...

-El primero, soy yo –dice Haruto, alzando un dedo-. El segundo es Park Jihoon... -levanta otro dedo más-. ¿Quién sigue?

-Pues... Noa Kazama.

-¿Quién? –pregunta confundido, pero no olvida alzar un tercer dedo.

-Noa Kazama –repito, y procedo a explicar-. Lo conocí en un campamento de verano al que acudí en Japón. Era un chico muy maduro y guapo...

-De acuerdo –me corta, antes de que me deje arrastrar por mis ensoñaciones-. ¿Qué dijo sobre la carta?

-No dijo nada. La carta fue devuelta sin abrir. Muy probablemente escribí mal la dirección.

-¿Quién más? –me urge sin tacto alguno.

-Kanemoto Yoshinori.

-¿Kanemoto Yoshinori? –repite-. ¿Del colegio? –asiento-. ¿Si sabes que no es gay? –niego a toda velocidad.

-Yoshi no es hetero.

-Claro que es hetero. ¡Le gustan las chicas!

-¿Y qué problema hay si le gustasen las chicas?

-Ninguno, pero... Bueno. ¿Te respondió algo?

-No –respondo velozmente-. Creo que es el único hetero que sigue siendo un caballero, y no quiere hacerme pasar vergüenza.

A Todos Los Chicos De Los Que Me Enamoré [Una Adaptación Harukyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora