capitulo IV

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Dos años después>>>

- Y bueno mi rey, ¿Que opina?

- Rose, por milésima vez no voy a comprometer a mi hijo con tu hija. El debe elegir a su amada cuando tenga la edad suficiente.

- Pero mi señor esto ayudará a usted y a mi...

- ¿A mi? Soy el rey de Mobius y gracias a mi general lo soy de otros pueblos así que no me vengas con ese cuento, mi hijo se casará con quién él quiera.

- Comprendo mi señor. - el hombre le lanzó una mirada a la Reyna y se retiró.

- Pero que fastidio, acaso no entienden nunca.

- Jules creo que debiste aceptar.

- Eleena tu también, es nuestro hijo que no te importa su felicidad.

- ¡Claro que me importa! Pero el será el rey y tiene que velar por el Reyno entre más mejor, entre mas poderoso mejor.

- ¿Solo te importa eso? Las riquezas.

- Jules. - el rey se paró de su trono.

- Olvídalo, iré a ver a MI hijo. - dijo remarcando el mi. La Reyna negó ante la actividad reciente de su esposo.

- ¡Quiero salir! - gritaba un erizo azul mientras batallaba por salir de los brazos de su niñera.

- Pero príncipe tengo órdenes de su madre no dejarlo salir.

- Estoy rodeado de guardias... ¡Tengo seis años puedo cuidarme solo!

- Ya déjalo Aurora, mi hermano es un ¡Maleducado y apestoso! - Sonic se detuvo.

- ¡Ey! Puedo ser todo menos un ¡apestoso! Tu eres la que apesta con tantos perfumes que te hechas.

- ¿¡Como osas!? Yo soy una princesa y siempre huelo rico. ¿No es así Manic..? ¿Manic? ¿En donde está Manic? - Sonic suspiro.

- Seguro se arto de ti, ¡Así como yo! - grito para salir corriendo aprovechando la distracción de la chica.

- ¡Príncipe no! - salió tras de el.

- Ash, hombres. - se quejó la pequeña.

[•••]

- ¡Oh no, general Manic! ¡Se lo suplico no me mate..! Si lo hare, tú me has traicionado de la forma más horrible posible. - jugaba con su espada de madera el pequeño Manic por los pasillos del palacio. - Nooo. - balbuceaba cosas.

El pequeño Manic seguía jugando con su gran imaginación hasta que se topó con alguien.

- ¡Ay! - se sobo su mejilla, había chocado con alguien.

- Príncipe que hace aquí. - se agachó.

- Knuckles. - festejo feliz. - estaba jugando con la espada que me regaló mi papá, ¡Mira! Tiene una esmeralda aquí ve. - le mostró. El mayor río.

- Es muy linda, es una buena espada hasta que llegue a tener esta. - saco su enorme espada de hierro. El pequeño veía maravillado la espada casi le brillaban los ojos. - Ahora si me disculpa príncipe debo irme.

- ¿A donde vas Knuckles?

- Voy a dejar a este pequeño a la cocina. - el príncipe vio quién se ocultaba detrás de él era un erizo verde, un poco más bajo que el.

ℜ𝔢𝔶... 𝑆𝑜𝑛𝑎𝑑𝑜𝑤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora