capítulo 8

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Cuando abrí los ojos lo menos que espere fue encontrarme con esto.

Verán, resulta que estaba en un sillón algo incomoda con una almohada en la cabeza, mientras maetzy le preparaba un té a un Azael muy tranquilo charlando, con la madre de mi hermano.

-ohhh ¿miren quien despertó? ¿quieres un té querida?

Ahogue un grito.

Agrande mucho los ojos, seguramente me iba a envenenar por a ver "matado" a su hijo.

Pero ¿Qué rayos estoy soñando? ¿la madre de Lorcan tomando tranquilamente con el asesino de su hijo?

-creo que estas confundida esta amable señora te salvo y te curo. Al parecer sabe mucho sobre curar heridas, se hace llamar curandera. -hablo Azael, claro ¿Cómo iba recordarla? Tal vez verla desde un espejo provoco que la viera distorsionada o algo así.

-así es. -dijo y traté de levantarme, pero aún no se me había curado la herida, por lo cual sentí un fuerte dolor. -ten cuidado bella, esas vendas no hace mucho están puestas además has sangrado mucho, deberías comer algo, ¿quieres alguna galleta?

- ¿Por qué me salvaste?¡eres la madre de Lorcan! ayyy....-dije a lo último por el dolor y el mareo ¿acaso me había envenenado? posible, si muy posible.

- ¿unas galletas? -dijo y yo estaba por perder la paciencia.

- ¡yo sí! Por favor. -dijo contento Azael y vi cada vez con más desconfianza como maetzy le servía algunas galletas en un plato y Azael tomaba con gran elegancia su té ¡incluso se había quitado sus guantes negros!

-¿vas a responder a mi pregunta? -pregunté una vez más y fruncí el ceño mientras Azael tomaba su terminaba su té.

-porque.... No soy la madre de Lorcan, cariño.-dijo y suspiro.

.-¡¿que?!-dije y Azael por un momento dejo su té y contesto por ella.

-exacto, ella no tiene hijos. -dijo y se mordió un pedazo de galleta.

-de hecho, si tengo un hijo, una hija, en realidad...-dijo maetzy y yo me tranquilice poco, pero seguía confundida.

-ah. -dije y me callé, ya no sabía que decir, por lo menos no iba a matarme, pero si Lorcan no era hijo de maetzy ¿de quién era en realidad?

-es una larga historia, pero, mi hijo, no es lorcan. En cambio, Damaris, ella...si es mi hija. -casi me caigo del sillón cuando oí decir esa última frase, mientras Azael se atragantaba con un pedazo de galleta.

Está bien, éramos ree dramáticos, pero....

- ¿Qué Damaris, no es de la realeza o algo así?

-verán...antes incluso de llegar a Damaris, pasé por muchas otras relaciones...entre ellas, tú padre quien tuvo una aventura con una sirvienta llamada Cordelia, si no me equivoco. La mando a la horca después de parir y se apresuró para buscar esposa, ahí es donde me encontró un día comprando flores cerca del palacio me las compro y todo sucedió, muy rápido, tuve que fingir ser la madre de Lorcan hasta que cumplió 5 años y tú lo atacaste accidentalmente en una pelea de hermanos, la verdad, apenas podía verte y nunca pude agradecértelo además de lo ridículo que sonaría agradecerte por atacar a un niño mimado de 5 años, pero gracias, bella. ¿tu padre a veces solía llamarte así cierto? -si era cierto, pero diciéndolo ella sonaba mucho mejor que cuando lo hacia mi padre era solo porque decía que no merecía ninguna clase de título. -justo gracias a esa situación pude ser libre y escapar con un herrero llamado Darek, si, ese que te ataco, es el padre de Damaris.

-pero...¿cómo nunca Damaris me conto de esto?

-creo que, de cierta forma, sé avergonzaba de mí y de las muchas relaciones que había tenido. Soy más vieja de lo que aparento. -y ahora que por primera vez la veía de cerca, si se notaba cierto gran parecido con Damaris ambas tenían el cabello negro y ojos marrones.

Lo que si no eran muy parecidas era en la vestimenta, por lo visto a maetzy le gustaba mucho el color morado debido a que su vestimenta y tazas de té tenían morado oscuro, incluso el doble de su vestido tenía bordado algunas mariposas en tonos morados más claritos.

-me gusta.-señale el bordado de mariposas lilas en su vestido.

- ¿te gustan? Lo hice yo misma.

-se nota. -dije y me miro raro. -oh no lo digo por eso, lo digo por mi corta experiencia, yo también hago mis propios vestidos, aunque me cuesta un poco la acción de bordar.

-bueno, si me prometes que comerás algunas galletas, té explico cómo hacerlas ¿vale?

Mire a Azael quien me a su vez me mira y me pone su dedo pulgar hacia arriba como diciendo "todo bien".

Aunque descubrir que en realidad nunca conocí a mi mejor amiga me dolía.

Acepte quedarme en su casa esa noche una vez aclarado que su actual esposo Ansel a quien realmente amaba, resultó ser el panadero, que hoy conocimos, nos cayó más que bien y luego nos ayudó a salir del bar, aunque eso no allá salido bien del todo para el dueño del bar, que resulto ser el también.

Era buena persona. Resulto ser el creador de esas galletas tan deliciosas.

Recuerdo que hablamos mucho esa noche y nos empachamos a té de limón con miel y galletas de chocolate.

Hasta que nos fuimos a dormir arriba donde tenían tres cuartos y todos equipados con camas muy cómodas gracias a los trabajos de Ansel panadero/dueño de un bar y el de Maetzy como costurera, se podían permitir una casa así.

El problema fue que cuando me acosté a dormir entre adolorida y cansada, tuve unos sueños aterradores en donde me veía a mí misma bailando con Azael, pero esta vez no solo estaban siendo llevados al mismo infierno los cadáveres de abajo, si no que bajo mis pies se abría un agujero negro cada vez más grande donde se podía ver a Damaris mirándome con el cuerpo cada vez más destrozado de Lorcan y su mirada de perdida, así como de decepción para luego el agujero hacerse más y más hondo mientras mi padre gritaba, pero esta vez en vez de gritar "mi hijo" no dejaba de gritar como en trance "¡bruja,bruja,bruja!" y cada vez que lo hacia una parte del cuerpo se le quemaba como si de sus palabras salieran fuego, hasta que por último se consumió su cabeza en cenizas.

Y el sueño se repetía una,

Y otra,

Y otra,

Y otra,

Otra vez, intento dormir.

Otra vez, me giro hacia el otro lado de la cama,

Otra vez, me giro hacia otro lado, me caigo de rodillas y me empiezo a arrancar la pielcita de las piernas mientras sollozo.

No sé cuándo empecé, ni cuando pare.

Solo recuerdo ver borroso unos ojos celestes como el cielo en los días de verano aproximándose y luego un cuerpo fornido abrazarme fuerte y susurrándome

"vas a estar bien, tú eres fuerte."

"vas a estar bien."

Pero lo que realmente me calmaba era cuando repetía

"yo estaré aquí."

"yo estaré aquí siempre, mí reina."

"ya nadie podrá separarme de ti."

Y en algunas de esas frases, frases que funcionaban como medicina, qué me dormían.

De esta manera llegue a pensar con miedo de que esas frases fueran mentiras, que solo las dijera para que me calmara y el pudiera dormir.

Pero no fue así porque se quedó toda la noche, susurrándome palabras bonitas para luego dormirse a mi lado.

Creo que llego alguien de la casa esa noche y la puerta se abrió y se cerró lentamente es probable para ver si estábamos ya bien, pero yo ya me había dormido y me sentía a salvo así que estaba bien,

Ya nadie podrá separarme de ti, Azael. 

Mi infierno contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora