Capítulo 6

6 0 0
                                    

parte 2 

"el precio de la libertad"

- ¿casarme contigo?¡a penas te cono tendría que contarme la verdad completa, porque si algo he aprendido de los libros, es que la confianza, SIEMPRE, es primero.

Y aunque mi lealtad a él será eterna, mi amor por él se siente confuso.

¡Ay dios! ¡demonios! ¿por qué las relaciones de amor siempre eran tan complicadas?

No sé qué sea este sentimiento, pero no quiero enamorarme de una persona que no entiende que la libertad no es solo estar fuera de una torre, si no de poder tomar mis propias decisiones y lo que quiero ahora. -bostezo mientras llego a mi habitación y cierro la puerta y la hechizo por si acaso.

Y ya quitándome el maldito corsé y dejándome en lencería, por fin pude conciliar el sueño.

..................

Cuando desperté y recordé lo sucedido me vino algo de nostalgia de aquellos días en los que Damaris soñaba con ser reina y yo soñaba con bailar un vals y disfrutar de mi reino, las flores, el sol.

Me vestí con ropa cómoda no tan de reina, pero no tan de campesina. Digamos que de clase media.

Un vestido blanco con un corsé negro y un cinturón para mi espada, ya que ahora sabía que nunca sabía lo que podría suceder.

Abrí la puerta y me dio un pequeño sobresalto ver a Azael.

Pero o al Azael burlón y sarcástico de todos los días que yo conocía.

Se le notaba cansado, se notaba que no había dormido bien y no me miro de buen humor una vez salí del cuarto.

Aunque debía admitir que con su cabello negro revuelto se veía adorable.

-hoy no desayunare aquí. -anuncié y me iba a retirar, pero no pude evitar preguntar. -¿Dónde dormiste toda la noche?

- ¿A dónde vas?

-es de mala educación contestar a una pregunta con otra pregunta. -respondí tal cual el me enseño el protocolo y educación.

-dormí en la puerta ya que alguien ni siquiera quiso dejarme el sillón.

-pero ¿y las demás habitaciones?

-están siendo reparadas porque cierta señorita hizo un berrinche ayer. -fruncí el ceño, pero no dije nada. Ahora te toca ¿A dónde vas?

-al pueblo, ¿Por qué? ¿ahora tienes problemas también con mi vestimenta?

- ¿al pueblo que casi destrozas ayer? Sí buenísima idea.

- ¿Qué acaso no ves ridículo nunca salir del castillo siendo ahora la reina? Oye si no me quieres acompañar está bien, yo....

-lo siento. -me interrumpió. -a veces olvido lo poderosa que eres y aunque te falta práctica, peleando te vez muy sexy. -dijo y por din me regalo una de esas sonrisas que tanto extrañaba, una sonrisa picarona pero sincera.

-bien, prepara el carruaje. -nos vamos.

.........

En el camino al pueblo de mi reino, que fueron unos 10 minutos.

Yo iba maravillada mirando cada árbol cada especie de flor distinta, cada nube en el cielo despejado.

Cuando bajamos del carruaje, la mayoría de la gente nos miraba con temor, debido a la situación de ayer.

Durante ese día, hicimos muchas cosas. Ayudamos a la gente del pueblo a recuperar sus cultivos con un poco de magia.

Fuimos a una panadería cercana y desayunamos allí y hablamos sobre lo sucedido o al menos lo intentamos ya que Azael no quería decirme nada hasta el final del día.

Ya anocheciendo, nos estábamos tomando unas cervezas en un bar cuando oímos.

-he oído que esta por aquí, está la reina ¿puedo verla?.-esa voz era inconfundible.

Es Damaris...-le hable mentalmente a Azael sabiendo que si me veía iba a solo traer guerra.

Sentí una mano en mi hombro que casi me da un infarto, por suerte era el panadero ¿Qué hacia el panadero en un lugar como este? No lo sé y no tuve tiempo de razonar, pero me susurro al oído.

-váyanse lentamente por la puerta de atrás, procuren hacer silencio.

Y eso hicimos, mientras al calzamos a escuchar a una Damaris muy diferente a la que conocí, la que quería mi libertad a toda costa ahora quería matarme.

Sorprendentemente atrás de lo que sería el bar había un pequeño granero con algunos animalitos como vacas, pollos ¡y caballos! Enseguida entendimos la indirecta.

Azael y yo nos subimos a los caballos he empezamos a cabalgar en dirección al palacio, pero para nuestra mala suerte un tercer caballo apareció de frente.

Frenamos de golpe. 

Mi infierno contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora