Capítulo 17

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-así que lo sabias. -le dije mientras cenábamos a Azael.

-lo sospechaba que no es lo mismo. -contesto con la misma seriedad con la que yo le pregunte.

- ¿y por qué sospechabas?

-porque este...mi...media hermana. -hizo una mueca de asco. -es capaz de todo por tener poder y tu hermano, Belladona, es muy ambicioso por lo que estoy seguro que si es un ángel no es solo por la "generosidad" de dios.

-entiendo que mi hermano busque poder y busque venganza, lo que no entiendo es porque Damaris apareció totalmente ebria en la torre, sí lo que debería andar haciendo es estar tras mi hermano.

-yo me pregunto lo mismo más porqué tiene que estar encerrada en nuestra habitación. -dijo recalcando la palabra "nuestra".

- ¿Qué nunca has oído el dicho de mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más cerca?

-paso de los dichos humanos.-dijo haciendo una mueca que me causo gracia.

-además solo esta encadenada al sillón.

-sí, al sillón, solo hace falta que saque su fuerza sobrenatural, nos mate y luego salga corriendo. -dijo Azael.

-hechizare las cadenas ¿contento?

-sí y hay algo más que debería hablar contigo.

-dime.-conteste irritada.

- ¿no crees que es momento de que me devuelvas el resto de mis poderes?

-el resto de tus...ah cierto.

- ¿Qué?

-no sé cómo...no sé cómo hacerlo.

-oh vamos es muy sencillo solo debes localizarlos muy dentro de ti y besarme para pasar el poder.

-si...¿y exactamente cómo?...¿los localizo?

Azael suspiro.

-ven aquí, siéntate en mis piernas.-eso hice.

-cierra los ojos te será más fácil. Eso es...ahora imagina que dentro tuyo hay algo...parecido a un alma ¿vez algo?

-veo dos esferas.

-muy bien ¿están muy juntas o separadas?

-juntas.-respondí

-bien. ¿de qué color son?

-veo...una morada y otra naranja y amarillo, parece fuego.

-bien...la morada es la mía. Cuando te besé, intenta sacarla con tu respiración, como si estuvieras suspirando, con cuidado, de no dañar a el otro color fuego ¿de acuerdo? -asentí.

Me beso y entonces como si se me fuera un pedacito muy pequeño de mí, suspire y le pase la esfera que tanto brillaba por fin a su dueño.

Cuando abrí los ojos, vi al verdadero Azael no la forma humana a la que estaba acostumbrada, esta forma tampoco era muy distinta a las De mas, tenía los ojos violetas y unos cuernos no tan grandes como los de su padre.

Por lo De mas, estaba segura que era el mismo ángel/demonio que conocía y del que me había enamorado.

- ¿te sigo gustando?

-claro que sí. -dije para que luego ver su cabeza dar un giro de trecientos cincuenta grados y volver a verse como el mismo de siempre.

- ¿no querrás que asuste a nadie?

- ¿a-ah? sí, sí, claro. -dije impactada por lo que acababa de hacer.

-vamos, tenemos que ir a la cama antes de que algo pase con la psicópata de mi media hermana cuando despierte.

Mi infierno contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora