capítulo 29

1 0 0
                                    


Azael

-hola padre.-salude con tranquilidad.

-hola Azael,¿estas listo para lo que sea?

-por supuesto que si,padre,ahora dime,¿a cuantos que tendré que matar esta vez?.-dije y empezo a reirse a carcajadas.

claramente yo no entendía el chiste.

-en todo caso la que va a morir sera tú esposa.

frunci el seño.

-¿a que te refieres?

-a que en esta prueba que definirá si estas en perfectas condiciones para luchar contra dios.

-pero si ya me entrenaste no vez que puedo matar sin remordimientos.

-ahs,eres igual a Remial,en mi opinion deberias dejar de juntarte con angeles.

-primero compararme con Remial es caer muy bajo y segundo el solo un medio para mis fines.

-¿asumes que te ayudara a destruir a su amado? .-dijo mi padre y sonreí.

-¿de que te ries?

-Remial ya no anda detrás de ese ser,creeme yo he visto como mira a damaris.

-¿damaris,eh?interesante,acabas de ayudarme en algo que ni siquiera tenia planeado.

-no quiero saber.-respondí a mi padre.-ahora dime ¿cual es mi prueba? .-dije determinado a acabar con esto.

-voltéate.

voltee y vi una iglesia pero no cualquier iglesia,si no para la que la de que a penas había logrado llamar a belladona.

me quede embobado mirando hasta que sentí que me faltaba algo.

-¡mis alas!

-¿con que hora que ahora son tus alas,eh?tu prueba consiste en rescatar a belladona antes de que esta muera.

-¿pero?

-¿pero? .-repitio mi padre.

-tú siempre tienes un pero.

-ah cierto,no tendrás tus poderes ni tus alas ni podrás usar magia oscura como la que utilizaste aquella vez.

-pero,eso me convierte en..en un humano.-dije con repulsión.

-bueno tú sabrás.-dijo y como siempre se fue sin darme mucha mas explicación.

cuando entre a la iglesia,note el humo en mis ¿pulmones?¿desde cuando tenia unos?no importa,tenia que seguir.

empece a toser y ver hacia los lados,pero no la encontraba.

hasta que la vi.

mi error fue mirar hacia arriba,porque me encontré con el más profundo de los horrores.

era ella,clavada en aquella cruz,tal como a jesus le habian hecho.

"Azael..."

susurro y yo casi pierdo la conciencia de la imagen ta grotesca que tenia de mi esposa en estos momentos.

estaba atornillada de pies y manos y con una corona de púas en la cabeza.

y sangraba,sangraba mucho.

"sálvame."

así que mi primer instinto primitivo de humano fue intentar quitarle los tornillos,pero fue en vano,como humano no tenia la fuerza suficiente y lo que era aun peor,sus gritos,podía escucharla retumbar por todas partes.

Mi infierno contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora