Stormfyre || Fanfiction HOTD || Aemond Targaryen

Prólogo: el fin de las disputas.

La primogénita del Príncipe Daemon Targaryen con su hermana y primera esposa la fallecida princesa  Alysanne Targaryen fue prometida en su undécimo día del nombre con su primo el príncipe Aemond Targaryen, tan solo tres años mayor que ella.

Dicho compromiso fue hecho el mismo día que el príncipe Aemond perdió un ojo en una riña infantil con sus sobrinos Jacaerys y Lucerys Velaryon.

El rey Viserys I lo propuso en el instante en que su esposa la reina consorte Alicent trato de dañar a la heredera al trono la princesa Rhaenyra.
Todos creyeron que la reina Alicent se negaría a qué su hijo se casará con la princesa Daenerys, como lo había hecho en el pasado al negarse a concretar un matrimonio entre el príncipe Jacaerys y la princesa Helaena, pero su esposo conocía la profunda amistad y cariño que le tenía a su fallecida hermana Alysanne.

Una década había pasado de su trágica muerte en el parto, pero no había ni un solo día que la reina Alicent no rezará por su amiga de la infancia ante los Siete.

Quien se negó rotundamente para sorpresa de todos  fue la princesa y heredera al trono, Rhaenyra.

La princesa Alysanne había sido querida por todos sus allegados, excepto por su hermano y esposo el príncipe Daemon.

Todos sabían que aquel matrimonio fue una obligación que se consumo a la fuerza. La princesa Alysanne no apreciaba mucho más a su hermano y esposo que la abandonaba cada que una nueva guerra se desataba o que era exiliado por el Rey Viserys por haber cometido una de las clásicas acciones del príncipe canalla.

El propio Rey se lamento de haber casado a su querida y única hermana menor con su rebelde hermano.

Pero lo hecho, hecho estaba y de ese infeliz enlace nació la princesa Daenerys, a la que su madre había encargado fervientemente a sus dos amigas en su lecho de muerte.

Alysanne les hizo prometerles a Alicent y Rhaenyra que cuidarían de su hija ya que nunca podría confiársela a Daemon.

Aquella promesa se cumplió. Ambas actuaron cómo una madre para la pequeña Daenerys, que creció en la Fortaleza Roja lejos de su padre, que volvió a contraer matrimonio con Lady Laena Velaryon y vivía en Pentos con dos gemelas a las que Daenerys nunca había visto.

El príncipe Daemon le importo poco que el Rey Viserys no le permitiera llevarse a su hija con él, lo tomo como una oportunidad de rehacer su vida.

La princesa Daenerys supo de su padre y sus hermanas por cartas cada vez más escasas.

Al final cuando la situación en Kingslading se volvió insostenible y la princesa Rhaenyra decidió ir a Dragonstone, hubo una fuerte discusión sobre quién se quedaría con la princesa Daenerys.

La reina Alicent apreciaba a la pequeña como a una hija, pasaba tiempo con  Helaena y ella, la princesa Rhaenyra no había tenido hijas propias aún, por lo que trataba a Daenerys como a una.

Si algo había en común entre la reina y la princesa como lo hubo una vez en el pasado esa era la pequeña Daenerys Targaryen.

Al final el rey Viserys cansado de la discusión entre su esposa e hija, propuso que lo mejor era traer a la niña para que decidiera con quién quería estar.

La princesa Rhaenyra estuvo de acuerdo, pero la reina Alicent se encontró renuente. Ambas sabían que lo más probable es que decidiera irse a Dragonstone, pues la pequeña se aburría de la corte y la Fortaleza Roja, además para tristeza de Alicent por más acercamientos que había tratado que hubiera entre sus hijos y la princesa Daenerys, al final el único lazo de amistad que se había forjado era con su hijo Aemond.

Daenerys era quien más defendía a Aemond de las bromas de sus sobrinos y su hermano mayor el príncipe Aegon.

Sin embargo la princesa pasaba más tiempo con Jace y Luke Velaryon.

Alicent sabía cuál sería la decisión de la pequeña, una vez más Rhaenyra ganaba.

Pero ahora, unos días después la oportunidad de que su querida Daenerys regresara a la Fortaleza Roja del brazo de su hijo como futura esposa, le parecía una clase de premio, su esposo se lo estaba dando porque su hijo había perdido un ojo y los bastardos que lo habían hecho no iban a pagar por ello.

La propuesta se formalizó al día siguiente, el rey Viserys la anuncio ante todos en Driftmark, como un cese ante las disputas internas, algo por lo que celebrar después de tanto dolor.

La princesa Rhaenyra fue la primera en objetar, pero ella no tenía ningún derecho sobre esa decisión, en todo caso el padre era el príncipe Daemon, que lucía tan despreocupado cómo siempre.

Sus palabras quedaron grabadas en la historia, nadie había llegado a una conclusión así acerca de un arreglo matrimonial, cuando el rey Viserys le pregunto que pensaba sobre unir a sus dos hijos, el príncipe canalla dijo:

—Si ella quiere, me parece bien. Yo no la voy a obligar a casarse con nadie.

Rhaenyra volvió a protestar puesto que era solo una niña, no sabía que es lo quería.

   —Ella sabe perfectamente que es lo que quiere, cuando decidió ir a Dragonstone contigo te pareció bien que ella decidiera. Déjala decidir.  —intervino con firmeza la reina Alicent.

Entonces la princesa Rhaenyra dio un paso al frente con una propuesta más para el príncipe Daemon y el rey Viserys.

—Si es así es justo que la niña tenga más opciones. Propongo a mi hijo el príncipe Jacaerys, el heredero al Trono de Hierro.

— ¡No puedes hacer eso! — protesto Allicent roja de la ira.

— ¿Por qué no? Es justo que tenga elección.

— ¡No es justo cuando la elección es el trono de Hierro!

— No creo que a Daenerys le interese en absoluto el trono de Hierro, pero te aseguro que entre tu hijo y mi hijo, elegirá a mi hijo.

El príncipe Daemon alzó una ceja con una sonrisa burlona en el rostro, que clase de niña era su hija para que aquellas dos mujeres se pelearán por su mano. Debió haberse tomado la molestia de conocerla en esos diez años, pero la había ignorado tanto como había ignorado a su fallecida esposa y hermana. Estuvo a nada de soltar una carcajada inoportuna ante aquel circo tempranero pero su hermano hablo.

—Bueno, ¡Ya basta! ¡Esto es para que haya reconciliación, no más disputa! —Sentenció el rey. —Además hermano, si tú no vas a decidir sobre tu hija, lo haré yo como el rey. La princesa Daenerys se casará con mi hijo, el príncipe Aemond y fin de la discusión.