La primogénita del Príncipe Daemon Targaryen con su hermana y primera esposa la fallecida princesa Alysanne Targaryen fue prometida en su undécimo día del nombre con su primo el príncipe Aemond Targaryen, tan solo tres años mayor que ella.
Dicho co...
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Jacaerys estaba nervioso, en menos de dos días vería a la chica con la que había intercambiado correspondencia en los últimos años.
No podía concentrarse en nada más y las largas sesiones para aprender Alto Valyrio no ayudaban. Su madre Rhaenyra desde luego lo noto, al finalizar la sesión se lo dijo directamente.
— Jace, no creas ni momento que no se que es lo que te ocurre, he permitido este amorío desde hace años porque sé cómo se siente estar enamorada de alguien con el que no puedes estar, pero quiero que recuerdes que iremos a Kingslading a su boda. Ella se va a casar y eso no lo puedes cambiar, ¿Comprendes?
¿Que si lo comprendía? ¡Claro que lo hacía! Era lo único en lo que pensaba últimamente por las noches, a veces imaginaba que la secuestraba y la llevaba a Dragonstone para que los casarán en secreto según los ritos de la Antigua Valyria justo como su madre lo había hecho con su padrastro una vez había muerto su padre Laenor.
Si consumaban el matrimonio nadie podría separarlos. Ni siquiera el rey. A veces fantaseaba con enfrentarse a Aemond para salvar a Daenerys, sabía por la correspondencia que ella no era feliz en Kingslading y mucho menos a lado del tuerto. Jamás se quejaba de él, de hecho las partes más amargas de aquellas cartas eran cuando Daenerys le contaba algo acerca de su prometido. Casi todo era bueno.
Pasaban mucho tiempo volando juntos con sus dragones Vhagar y Stormfyre.
Era habitual que Daenerys observará a su prometido entrenar en el patio de armas mientras leía o tejía algo.
Daenerys ya dominaba el Alto Valyrio y le aseguraba que si necesitaba ayuda podía contar con ella o con Aemond, quien también sabía hablarlo a la perfección. Deseaba que pudieran verse pronto ya que los extrañaba a todos, en especial a él.
¿Eso era un amorío? Realmente dudaba que Daenerys sintiera algo por él. Ojalá fuera un amorío, pero todo ocurría solamente en su cabeza.
—No creo que esto sea un amorío, madre. Pero si comprendo perfectamente que ella se va a casar y que la voy a ver en su boda, hubiera querido verla en otras circunstancias.
—Una boda son las mejores circunstancias en las que puedes ver a alguien, la otra opción es un funeral. —intervino Daemon con su característico tono burlón.
En eso tenía razón su padrastro.
Daenerys estaba viva y hasta donde sabía Aemond la trataba bien, desde niños siempre había sido así, sabía que Aemond la amaba y él la había tenido al final.
En otras circunstancias, si Daenerys hubiera tenido elección sabía que lo hubiera escogido a él sobre Aemond y a veces le bastaba saber eso. Otras tantas la idea del secuestro lo tentaba.
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