La primogénita del Príncipe Daemon Targaryen con su hermana y primera esposa la fallecida princesa Alysanne Targaryen fue prometida en su undécimo día del nombre con su primo el príncipe Aemond Targaryen, tan solo tres años mayor que ella.
Dicho co...
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El bastardo Strong fue el primero en atacar. Derribo a Aegon. Se escucharon los golpes, el crujir de los huesos y los cartílagos, todos observaban horrorizados como la sangre manchaba el suelo.
La reina y la princesa gritaron.
En un momento Aegon logro zafarse y con la nariz sangrando, tomó al príncipe Jacaerys por detrás, le inmovilizo el brazo contra la espalda sin permitirle levantarse del suelo y de un movimiento se escuchó un terrible crujir y el alarido de dolor más lastimero.
El príncipe Aegon le rompió el brazo a su sobrino.
No pasó medio segundo cuando se escuchó a la princesa Daenerys gritar. Le había quitado la daga al príncipe Aemond y se había abalanzado contra Aegon, que aún estaba arrodillado en el suelo lamentándose por su nariz rota.
La princesa Daenerys lo apuñaló en el hombro, cuando iba a sacar la daga para volver a dañarlo o quizá matarlo, el príncipe Aemond la tomo de la cintura y la alzó cómo si no pesara nada.
La princesa gritaba, lloraba y pataleaba cómo una niña pequeña.
—¡Suéltame! ¡Déjame! ¡Te odio!
Aemond se la llevó fuera del salón. Jacaerys se levantó tan rápido como su brazo se lo permitió y corrió detrás de ellos.
Rhaenyra fue la primera en seguir a los tres jóvenes, el Lord Comandante Ser Harrold Westerling le siguió junto con Ser Criston Cole.
Fue cuando Alicent se acercó a su hijo herido.
—¡Esa zorra me apuñalo! —se quejó Aegon haciendo presión en el hombro que le sangraba profusamente.
—Escoge bien las palabras que uses, sobrino, es mi hija. —amenazo Daemon con la mano en el mango de Hermana Oscura.
—¡Basta! Fue suficiente, príncipe Daemon, nadie más saldrá herido. —grito la mano del Rey.
—Si, tío, nadie más saldrá herido. —repitió burlón Aegon.
Alicent lo tomo de la cara y le enterró las uñas en la mandíbula.
—Cierra la puta boca o te cortaré la lengua yo misma. —siseó Alicent.
Aegon tragó saliva y bajo la mirada.
—¿Dónde llevó tu hijo a mi hija? Si él le hace algo…—advirtió Daemon.
—Mi hijo nunca le haría nada a Daenerys, él la ama. —aseguró Alicent completamente furiosa.
Antes de que el príncipe le respondiera a la reina, se escucharon unos rugidos y aleteos pesados que retumbaron todo el salón.
Alicent conocía esos rugidos, Aemond había tomado a Vhagar. Su hijo se iba de la Fortaleza Roja.
Su criada Thalya llegó corriendo al salón, asustada. Detrás de él venía el Lord Comandante de la Guardia Real Ser Harrold Westerling ayudando a un malherido Ser Criston Cole. Finalmente apareció la princesa Rhaenyra sumamente preocupada.
—Mi reina, el príncipe Aemond se fue y se llevó a la princesa Daenerys.
—Ser Criston Cole trato de detenerlo, su majestad, la princesa Daenerys solicito nuestra ayuda, la estaba obligando a ir con él.
—No pude detenerlo, mi reina. —se lamento Ser Criston con el labio y la ceja sangrando.
—Daemon, Jace se llevó a Vermax, ¡Está persiguiendo a Aemond y Daenerys! ¡Tienes que detenerlo antes de que todo salga mal! —pidió la princesa con lágrimas en los ojos a su marido.
—Si tu hijo daña a mi hija, lo mataré. —declaró Daemon contra Alicent. La mano de Rey finalmente intervino, detrás de la reina.
—Si usted toca un solo cabello platinado del príncipe Aemond, tenga por seguro que será enjuiciado. —advirtió Otto—Controle a su hijo y a su esposo, princesa Rhaenyra o iniciará una guerra.
—Que así sea. —siseó Daemon saliendo de la sala del trono.
—¡Guardias, desarmen a ese hombre ahora mismo! —grito Otto Hightower a Ser Harrold Westerling y Ser Criston Cole.
Ninguno de ellos movió un solo dedo.
—¡Es su deber proteger al príncipe! —gruñó Alicent, desesperada porque Daemon lastimará a su preciado hijo.
—No de otros príncipes. —respondió retador Ser Criston Cole escupiendo sangre al suelo.
Alicent sabía que Ser Criston había soportado en silencio que su hija fuera mancillada y ultrajada, ya no lo permitiría por más tiempo.
—Rhaenyra, por favor, no dejes que Daemon haga esto. —suplico la reina a la que fue su amiga de la infancia. —Provocará una guerra, tienes que evitarlo.
—Dijiste que Aemond ama a Daenerys, ni Jacaerys ni Daemon harán algo si Dany se encuentra bien. —dijo Rhaenyra tratando de tranquilizarse a sí misma.
—No supliques Alicent, no es necesario. Aemond tiene a Vhagar. —dijo Otto Hightower tomando a su hija del hombro.
Más que una amenaza, era la verdad y la princesa Rhaenyra lo sabía.
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