La primogénita del Príncipe Daemon Targaryen con su hermana y primera esposa la fallecida princesa Alysanne Targaryen fue prometida en su undécimo día del nombre con su primo el príncipe Aemond Targaryen, tan solo tres años mayor que ella.
Dicho co...
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Daenerys estaba aterrorizada, nunca había montado a Vhagar y el mal sueño que había tenido respecto a ella, no hizo más que empeorar su temor.
La princesa se aferraba a Aemond llorando. Él la había llevado a lomos de la dragón de guerra a la fuerza, Ser Criston Cole había tratado de razonar con él.
Aemond lo golpeó, Daenerys ni siquiera había podido ver el estado en el que estaba Ser Criston. La cargo en su hombro contra su voluntad, por más que grito, pataleó y se retorció había terminado en ese lugar.
Cerraba los ojos y se aferraba a Aemond, que ni siquiera le había dicho una sola palabra en el tiempo que llevaban en el aire.
-¿Dónde me llevas?
Por fin se atrevió a hablar pasado una hora, tenía frío por el aire y estaba oscureciendo.
-A Dragonstone. -respondió Aemond lacónico. -Deja de temblar, no te haré daño.
-Tengo frío. - se limito a responder.
Estaba aterrorizada.
El príncipe se quito el abrigo negro y se lo paso a Daenerys, ella lo tomo y se arropó con él, le quedaba enorme.
-¿Por qué vamos a Dragonstone?
-Porque si me quedo un segundo más en King's Landing mataré a Aegon.
Daenerys volvió a rememorar el hecho, si no fuera por Aemond ella hubiera sido enjuiciada y le hubieran cortado la cabeza.
-Gracias.
-¿Por qué? -se extraño Aemond.
Podía sentir el cuerpo de Daenerys sobre el suyo y sus brazos rodeándolo.
-Por no haber dejado que lo matará.
-Hablemos de otra cosa o juro que regresaré y quemaré la Fortaleza Roja hasta los cimentos...
-No vayamos a Dragonstone.
-¿Dónde quieres ir?
-Vayamos a las Ciudades Libres, a Lys o a Pentos.
-No tenemos que volver a Westeros, no tienes que volver a verlo nunca.
-Espera... Stormfyre, se quedó, ¡no podemos dejarlo!
-Te prometo que volveré por él cuando encontremos un lugar seguro y tú estés a salvó.
Daenerys se tranquilizó, Aemond siempre cumplía sus promesas y juramentos.
-Lamento todo esto Daenerys. El como te trate, mi comportamiento, mis celos y la ceguera irracional ante mi familia.
-Es nuestra familia, Aemond, no es tu culpa.
-No puedo creer que mi madre lo supiera y no haya hecho nada. -gruñó el príncipe. -Vi su rostro cuando él lo dijo, ella solo estaba preocupada por lo que los Lords pensarán.
Estaba conteniendo la ira y Vhagar rugió. Daenerys volvió a temblar, ese sueño tan vívido ahora nunca la abandonaría. Le tenía mucho temor a la dragón de guerra.
-Algo no está bien, hay otro dragón...
Antes de que pudiera terminar la oración, Vermax apareció en el aire.
