La primogénita del Príncipe Daemon Targaryen con su hermana y primera esposa la fallecida princesa Alysanne Targaryen fue prometida en su undécimo día del nombre con su primo el príncipe Aemond Targaryen, tan solo tres años mayor que ella.
Dicho co...
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Recibió la visita de la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon en sus aposentos, dónde el maestre la había mandado a descansar.
Daenerys estaba durmiendo cuando escucho revuelo afuera, se levanto y abrió la puerta.
Era Ser Criston Cole y el príncipe Daemon, estaban discutiendo.
—Princesa. —reverencio Ser Criston.
—Hija, Rhaenyra y yo queríamos verte, nos dijeron que te encontrabas indispuesta, pero Ser Crispin no nos deja pasar.
—Es Ser Criston, padre. —corrigió Daenerys, algo irritada. —Pueden pasar.
Daenerys se aparto de la puerta dejándolos entrar a ambos, venían con una nodriza que cargaba a un bebé rubio platinado.
La joven princesa intercambio una mirada con Ser Criston Cole. Estaba enfadado, Daenerys le sonrió, este suspiro, apaciguando su ira. Daenerys cerro la puerta tras de sí.
Le hubiera gustado mantenerla abierta pero no quería causar más conflictos entre el príncipe Daemon y Ser Criston Cole.
Sabía de su rivalidad gracias a los diarios de su madre, rivalidad que había iniciado en aquel torneo en el que la princesa Alysanne conoció a Ser Criston Cole y el príncipe Daemon a pesar de que no le importaba su esposa, era lo suficientemente arrogante cómo para soportar que alguien le ganará en una justa y se atreviera a coquetear con su mujer frente a su cara.
—¿Qué te paso en la mano Daenerys? —cuestiono Rhaenyra acercándose a ella para ver el vendaje de cerca.
—No es nada, me mareé y caí. —se apresuró a responder.
No había funcionado, ambos intercambiaron una mirada.
—Pero ¿Quién es este bebito?
La joven princesa se acercó al pequeño para verlo de cerca tratando de cambiar de tema. Su cabello platinado brillaba. Claro que era Targaryen de cepa pura. A diferencia de ella, que su cabello era dorado.
—Tus hermano Aegon. —respondió Daemon con una sonrisa.
—Y pronto tendrás otro hermanito o hermanita. —añadió Rhaenyra frotándose la barriga.
Daenerys se alegraba por ellos, pero ahora que gracias a los diarios de su madre sabía lo que Daemon le había hecho a Rhaenyra, ya no le parecía tan idílica su relación.
—Felicidades, me alegro por ambos.
—Claro que sí, mi pequeña y yo me alegro por ti. Mañana es tu boda, ¿No estás emocionada? —Rhaenyra le tomo la mano que no estaba vendada.
—Si, espero recuperarme pronto.
Trato de sonar alegre, pero realmente estaba muy decaída. Solo pensar en la boda y en Aemond la hacía querer meterse en la cama y no salir nunca.
—Claro, hija, te dejamos tranquila para que te recuperes. —abrió la puerta el príncipe canalla. —Seguro no es nada o quizá en un par de semanas anunciaras que estás encinta. Te sugiero que no le pongas el nombre de su abuelo, no queremos que la gente se burle de él, ¿No es así, Ser Crispin? Oh cierto, Ser Criston. Una disculpa, hija.
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