Capítulo 17

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Después de dejar a Pete en su casa, Vegas se reunió con Ken, su asistente, para afinar los últimos detalles de la boda de mañana. Tenia que reconocer que el joven había hecho un buen trabajo.

-El traje lo traen por la tarde, ya listo con los arreglos que había pedido, ya solo queda que desembarquen las flores para comenzar el arreglo del salón, pero eso se hará mañana por la mañana para que las decoraciones no se arruinen – explico el asistente.

-Perfecto, entonces esta todo listo, mandas el traje a la casa y esperemos a mañana el gran día – Vegas se levantó de su escritorio y salió con dirección a casa.

Tal vez una boda no era su sueño y mucho menos con una persona que apenas conocía, pero tenia que admitir que no todo era malo, jamás en su vida había sido optimista, el siempre buscaba el lado malo de las cosas, pero se alegraba de saber que por lo menos no tendría que pasar por todo este proceso solo, Pete era una buena persona y estaba seguro de que podrían soportar toda esta farsa por el tiempo que tenga que durar.

A veces le asustaba de sobremanera ver el cambio de su forma de pensar que tuvo en solo unas semanas y le asustaba más el acostumbrarse a esa calma sabiendo que al final todo podría terminar mal, como siempre le pasaba.

Estaba haciendo algo de comer cuando su padre llego. Al ver su cara sabia que esto no terminaría bien.

-El cliente que le designe a Kinn me marco esta mañana – Vegas levanto la vista de la comida que estaba preparando para ver la expresión de su padre, Kinn había dicho que no le diría nada a su padre respecto a que fue él el que siguió negociando con el cliente, cuando tenía prohibido hacerlo.

-A sí? ¿Te dijo algo? – se hizo el desentendido.

-Me felicito – el mayor se acerco a su hijo y lo clavo su mirada en él – me dijo que debería estar orgulloso de tener un hijo como el que tengo.

Vegas sonrió al escuchar eso, por fin su padre se había dado cuenta de todo el esfuerzo que siempre ponía, por fin iba a estar orgulloso de él.

-Lastima que Kinn no es mi hijo – la sonrisa de Vegas desapareció de su rostro al escuchar aquello – Kinn hizo un excelente trabajo, tanto así que quieren firmar el contrato mañana mismo.

El menor dejo de escuchar lo que su padre dijo al final, no sabia si se alegraba de que su primo no lo hubiera traicionado al no contarle la verdad a su padre o si por esa misma razón estaba enojado, ya que su padre seguía creyendo que fue Kinn el que cerro el trato con el cliente, cuando fue él el que hizo todo el trabajo. Por primera vez en su vida alguien había felicitado su esfuerzo y como siempre su primo se llevaba el crédito.

Quería gritarle a su padre que estaba equivocado y que del que debería estar orgulloso era de él, pero sabia que eso solo molestaría al mayor y de todas formas buscaría una manera de culparlo del algo.

-En verdad no se que hice mal al criarte, te he dado todo, los mejores estudios, todas las comodidades, todos los lujos que has querido y tu que me has dado a cambio, ¿he? – grito furioso el mayor mientras tomaba el plato de comida recién preparada que se encontraba sobre la mesa y lo arrojaba al piso – solo vergüenza, eres un bueno para nada, jamás has hecho nada bien, te he dado miles de oportunidades y siempre las has echado a perder.

Vegas solo guardo silencio, quería responderle a su padre, decirle que había dado su vida por la empresa y que había logrado grandes cambios en el negocio, pero ya estaba cansando, por más que tratara nunca haría que su padre viera el esfuerzo que ponía.

-Nunca serás como Kinn, el siempre tiene que venir y limpiar el mugrero que dejas, ¿por qué no puedes ser como él? – Khan estaba fuera de sí, cuando veía el rostro de su hijo solo podía ver a su difunta esposa y eso lo hacía enojar más, lo tenía tomado de los brazos, solo quería que su rostro desapareciera de su vista – Por eso mismo nunca nadie te va a querer, no sirves para nada, no tienes nada que dar, eres una porquería de persona y por eso siempre todos huyen de ti, por eso tu madre nos dejó. Ni tu ni Macao merecen ser mis hijos.

Las ultimas palabras dichas por el alfa salieron cargadas de veneno. Vegas al escuchar el nombre de su hermano y como nombraba a su difunta madre no pudo contener más su ira.

-Tu crees que a nosotros nos gusta ser tus hijos? –grito Vegas – nosotros no pedimos tener un padre como tú y mamá fue la única valiente que prefirió acabar con su vida que seguir soportándote – un ardor familiar recorrió su mejilla derecha.

Se aparto del agarre de su padre con la intención de salir de ahí, pero nuevamente la mano del mayor estaba apretando su muñeca.

-Eres un mal agradecido y no vale la pena discutir contigo, no vales la pena – escupió Khan – pero espero que mañana por una vez en tu vida no me decepciones, tu único trabajo es firmar esa acta de matrimonio, es una tarea sencilla solo tienes que llevar las cosas en calma por lo menos un año y después podrás hacer lo que quieras y si es lejos de mi vista mejor.

Vegas tenia sus sospechas, no sabía porque su padre había accedido tan fácilmente a casarlo con el omega, por lo que Pete le había contado el señor Saengtham salía ganando con la unión de ambas familias, de su lado también había beneficios, pero no era una gran ganancia. Había tratado de investigar al respecto, sabía que debía de haber algo más, Khan era demasiado ambicioso y jamás aceptaría un trato que deje poco, pero no encontró nada y la boda ya era al día siguiente por lo que de todas maneras a estas alturas no podía hacer nada.

No dijo nada y subió a su habitación.

***

Sabía que su padre tenía razón, jamás encontraría a alguien que lo quisiera por lo que es, porque no era nada.

No había podido hacer nada en su vida, no había podido enorgullecer a su padre, no había podido ser como su primo, no había podido salvar a su madre.

No podía negar que cuando era niño siempre soñó con formar su propia familia. Veía a su madre y lo amorosa que ella era con él e imaginaba como seria tener hijos para cuidarlos y quererlos como lo querían a él, pero todo eso acabo cuando su madre descubrió todas las infidelidades de su padre. Todo eso desapareció y dejo solamente el cascaron de lo que una vez fue su hermosa mamá.

No le gustaba recordar esa fase gris de su vida, pero cada vez que su padre se empeñaba en hacerlo sentir menos esos recuerdos se alojaban en su cabeza y no le permitían olvidar. Jamás podría olvidar.

Una vez en su vida trato. Trato de con todas sus fuerzas de dejar el pasado atrás y decidió creer. Creer que su vida podía ser mejor, que podía encontrar personas a las que le importara, que lo amaran. Y cuando creyó encontrarlo, cuando creyó que por fin su destino cambiaria, lo traicionaron. Rompieron su corazón en mil pedazos. Le costó mucho recuperarse, pero cuando lo hizo, cuando estuvo un poco mejor, juro que jamás volvería a confiar en nadie. Amar a nadie y cerro su corazón para siempre. Su corazón no servía, solo para bombear sangre y nada más.

Se recostó en su cama y se puso a pensar, a tratar de encontrar razones por las cuales seguir ahí, seguir soportando a su padre, sus órdenes, sus reclamos, sus regaños, todo.

Macao.

Su hermano era la única razón por la cual seguía aguantando todo eso. Lo único que quería ahora es que su hermano no pasara por todo lo que ha tenido que pasar él. Por eso mismo siempre trato de mantenerlo lejos de su padre. Todas las escuelas a las que ha asistido han sido lejos de casa. Al principio le costo alejarse de el menor, pero comprendió que era lo mejor para él. no le veía tan seguido como le gustaría, pero se conformaba con verlo de vez y cuando y saber que estaba bien.

Por eso mismo sonrió cuando su teléfono sonó y vio el rostro de su hermano en la pantalla.

Todo lo malo desapareció. Era por él.

-Qué te parece? – pregunto el menor a través de la pantalla mientras modelaba un traje café.

-Por qué tan elegante Homero? – Bromeo Vegas.

-Es para tu boda, estoy más que listo.

-Por cierto, en donde estas? Se supone que te dejé aquí anoche y hoy ya no te vi.

-Estoy en casa de Che, el hermano de Porsche, le dije que me acompañara a la fiesta así que salimos a compra algo decente para el gran día de mi hermano.

-Te ves muy bien, no cabe duda de que te pareces a tu hermano.

Entre risas y bromas siguió charlando con su hermano un rato más. Solo eso bastaba para olvidar todo y seguir.

Amor ObligadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora