Capítulo 11

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Pete trabaja en la empresa familiar. Si, la empresa estaba al filo de la banca rota, pero eso no hacía que hubiera menos trabajo. Toda esa semana había tratado de mantenerse enfocado en sus deberes, no quería pensar en otra cosa que no fuera trabajo, o más bien no quería pensar en cierta persona.

Después de la fiesta de compromiso y la discusión con Vegas, se había sentido muy triste. Su lobo estaba deprimido y no le gustaba la sensación de rechazo y culpa que sentía. Era tonto, el alfa y el no tenían nada que ver, pero aun así le dolía. Odiaba que de pronto su instinto predominara en él.

Además, la escena del alfa hablando con el omega de esa noche, se repetía infinitas veces en su mente. Podía ver a detalle como el omega tomaba su cigarrillo y lo llevaba a sus labios o como sus brazos rodeaban la cintura del alfa mientras posaba su mejilla en su hombro. Era muy contradictorio, su estado de animo estaba fatal, ni el mismo se comprendía. Por un lado, estaba triste, pero por el otro estaba furioso y lo peor de todo es que no sabia a ciencia cierta el por qué, pero realmente es que no quería aceptarlo.

Había sido un largo día, por fin pudo cerrar un negocio con el que había batallado bastante tiempo, pero después de ir a visitar a su abuela todo había mejorado significativamente.

-Pete

Escuchar ser pronunciado su nombre, por la persona que en esos momentos menos esperaba, lo sorprendió e hizo que su corazón diera un vuelco.

-Vegas

-Pensé que no vendrías, he estado esperando por mucho tiempo – Estaba recostado sobre su auto, la obscuridad no lo dejaba ver a detalle, solo podía ver su silueta, pero el tono de el alfa se escuchaba decaído.

-Es mi casa, ¿cómo por qué no vendría? – no esperaba escucharse tan resentido, pero todo lo que había estado sintiendo en esa semana se reflejó en su voz.

-Pensé que estarías con él – la forma en la que lo dijo hizo que su corazón se apretara. Había estado sorprendido que lo fuera a buscar que no había notado el aroma a tristeza que dominaba en el aire.

Vegas se acerco lentamente hacia su dirección. La farola que estaba cerca de donde se encontraba, dejo que lo viera más a detalle. Su corazón volvió a hacer ese movimiento extraño que hizo que le doliera. El alfa traía un hematoma bastante notorio en la mejilla izquierda.

-Fui a visitar a la abuela, no estaba con nadie – sintió la necesidad de explicar – ¿qué te pasó? – tomo su mejilla observando más detalladamente el golpe. Se podían percibir unos dedos y una línea gruesa que había provocado un corte. Se le hizo un nudo en la garganta.

-No es nada – evadió el alfa.

-Cómo no va a ser nada, tu mejilla está bastante dañada – el tono de preocupación con el que lo dijo hizo que Vegas apartara el rostro de su mano y lo viera directamente a los ojos con un pequeño tirón en las comisuras de su boca.

-Pensé que estabas molesto conmigo – dijo con voz baja el alfa – pero ahora te preocupas por mí.

A el omega se le sonrojaron un poco las mejillas, la forma en la que el alfa lo estaba mirando hacia que su lobo estuviera desinquieto dentro de él. El alfa tomo su mano, su toque se sentía como una descarga de electricidad por todo su cuerpo. Pete la alejo rápidamente.

-Sigo molesto, pero me inquieta ver personas heridas.

-Eso quiere decir que si te preocupas por mí? – el ánimo de el alfa había mejorado significativamente en los últimos segundos.

-Eso quiere decir que me preocuparía por cualquiera, no solo por ti – el omega estaba nervioso, el alfa lo ponía de esa manera – necesitas que te curen esa herida, tienes un pequeño corte que puede hacer que se te infecte o quede cicatriz.

Amor ObligadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora