Después de la ceremonia había sido momento de la fiesta, todo se había llevado a cabo en un jardín de eventos muy exclusivo, Pete no podía negar que era hermoso, todo parecía sacado de una película, era la boda perfecta.
Había mucha gente desconocida, pero al parecer era gente muy influyente por la forma en que su padre y ahora suegro, los trataban.
No se había separado de Vegas en ningún momento, no había tenido la oportunidad, pero tampoco quería alejar de él. Ambos habían estado saludando a muchas personas, ya le dolía el rostro de tanto sonreír y cuando pensaba que podía tomar un descanso, llegaban más invitados.
-Ya no siento la cara de tanto sonreír – le susurro a Vegas en un momento libre que hubo.
-Ni me lo digas a mí, creo que nunca en mi vida he sonreído tanto.
Involuntariamente a Pete se la salió una pequeña carcajada. El alfa tenía razón, desde que lo conoció, que para ser honesto no ha sido mucho, nunca lo ha visto sonriendo tanto y mucho menos agradeciendo y tratando bien a las personas tampoco se lo había imaginado.
Vegas volteo verlo con cara sorprendida que rápidamente cambio por una sonrisa sincera.
Le gustaba, su sonrisa, quería verla más seguido.
-Pensé que habías dicho que ya te habías cansado de reir – comento burlonamente el alfa.
Pete no contesto. Uno de los meseros paso con bocadillos, eran unas mini tartas de fresa con crema batida, sin pensarlo el omega tomo uno y lo acerco a los labios del alfa.
-Gustas? Recuerdo que te gustan muchos los postres – dijo nerviosamente con un leve rubor en las mejillas.
El alfa lo estaba mirando a los ojos, había duda en su mirada, que hizo que Pete apartara la suya y empezara a alejar el bocadillo.
-Perdón no debí...
La mano del Vegas se movió rápidamente, fue más un impulso de su alfa, que un pensamiento de él, pero cuando lo proceso mejor, ya probaba el bocadillo de las manos del omega mientras este lo veía con esos grandes ojos marrones.
-Adoro lo dulce – dijo el alfa viéndolo fijamente. Pete de seguro estaba alucinando, porque para nada eso había sonado con doble sentido. Verdad?
...
Ya había pasado la mayor parte del programa planeado de la boda. Pete estaba agotado y apostaba que Vegas también, después de sonreír varias horas seguidas, siguió una pequeña sesión de fotos, algo sencillo, nada relevante, solo el hecho de él y el alfa posando y sonriendo más.
Los primos de Vegas, Khun y Kim habían asistido junto a el novio de Kin y el hermano de este. Kin no había llegado a tiempo, en palabras de Porsche, porque había tenido que ir a cerrar un trato muy importante para la empresa de la familia.
Ellos y Arm, que andaba perdido por algún lugar del jardín con Pol, era las únicas personas en toda la fiesta que conocía y también eran los únicos con los que había tenido un momento genuino de convivencia.
-Pete no pude salvarte, perdóname – había dicho Khun mientras lo abrazaba y sollozaba.
-No tenías de que – contesto el omega. Las plumas de la chaqueta de Khun le estaban dando ganas de estornudar.
-Cómo de que no? Mi primo es un imbécil y no pude evitar que te casaras con él – sus sollozos fueron en aumento.
Aunque en verdad lo quisieras, no hubieras podido, pensó internamente Pete.
La mano de Vegas rodeo el brazo de Pete y lo alejo suavemente de los brazos de su primo.
-Aléjate de mi esposo y deja de meterle ideas locas en la cabeza – las miradas que el resto de los presentes les lanzaron a ambos era de diversión. Pete sintió que algo dentro de su pecho dio un vuelco al escuchar por primera vez la palabra "esposo" saliendo de los labios del alfa.
Sabía que estaba actuando, pero al parecer su lobo no.
Sus mejillas estaban muy sonrojadas y Porsche se lo hizo saber entre risas.
-Solo es el sol, hace mucho calor y no hemos tomado un descanso desde que inicio la ceremonia – contesto tímidamente el omega.
-Que por cierto escuche que fue muy conmovedora – Kin apareció detrás de la pareja de recién casados – hasta me enviaron una foto, mira nada más esas miradas – el recién llegado mostraba en su celular una foto de la ceremonia en donde Vegas y Pete estaban de frente tomados de las manos. Los rostros de ambos hombres en el altar eran resplandecientes, Pete no podía creer que en verdad se hubieran visto así.
-Kin – dijo secamente Vegas. Pete sabía que ellos no se llevaban también.
-En verdad me hubiera gustado estar presente.
-Sí, una lastima primo, pero dime, como te fue? – Vegas pregunto. Se noto el sincero interés en la pregunta.
-Bien, todo salió según lo planeado y se sostuvo lo acordado, el cliente estaba muy feliz – contesto el otro alfa.
Los demás también se notaron un poco sorprendidos por la conversación de los alfas, pero no dijeron nada y siguieron conversando por otro rato más.
...
-Necesito que me acompañen – el planeador de bodas llego a donde estaban – ya es casi hora de que bailen por primera vez como esposos y necesito hacer unos retoques, así que andando.
Los dirigió a ambos de nuevo a las habitaciones que estaban junto al jardín, en donde se habían preparado anteriormente, lo cual hizo que se separara de Vegas.
Afortunadamente no había tomado mucho tiempo, solo le acomodaron un poco el traje y el peinado, pero ahora tenía que esperar unos minutos a que le dieran la señal de que todo estaba listo para salir de nuevo.
Unos minutos para pensar.
A pesar de que todo era falso, no iba a negar que se la había paso muy bien, era como la boda de sus sueños, si hubieran sido otras las circunstancias, no cabría duda de que ahora estuviera brincando de alegría.
Su lobo lo hacia.
Pero de su mente no salía la palabra FALSO. No quería pensar de más, pero una parte de él, muy en el fondo, quería creer por un momento en que todo lo que estaba pasando era real, las miradas que Vegas le dirigía no podían ser falsas, ¿o sí?
Porque si lo eran, el alfa era un gran actor. Viendo en retrospectiva las ultimas horas, estaba seguro de que ahí había algo. Las miradas, las sonrisas, los toques de complicidad, sus manos tomando las suyas, no podía ser una alucinación.
No quería que fuera una alucinación.
Esos minutos bastaron para darse cuenta de que esto no podía ser tan malo, tal vez si hablaba con Vegas y dejaba las cosas en claro, si le confesaba como se estaba empezando a sentir y como su lobo maullaba dentro de él cada vez que lo tenía cerca, tal vez podían llegar a ser algo más.
Con esos pensamientos, una sonrisa boba en su rostro y pensando en cómo esa misma noche iba a hablar con el alfa, salió al balcón a refrescarse un poco.
Pero nada lo preparo para sentir como si alguien lo hubiera golpeado en el estómago y le hubiera sacado todo el aire de sus pulmones. Pues en la parte de abajo, frente al balcón, estaba Vegas besando a Tawan.

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Amor Obligado
RomancePete es un omega risueño y soñador, que todo su vida a esperado encontrar a su persona destinada, con la cual compartir la clase de amor que sus abuelos tuvieron y que su abuela le plática, ese amor que dicen, solo aparece en los cuentos de hadas. ...