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Ayer se durmieron súper tarde y de nuevo se despertaron al mediodía, pero está bien, deben aprovechar sus días de descanso para desvelarse todo lo que quieran.

Beomgyu estaba lavando los platos sucios del desayuno, cuándo terminó, secó sus manos con su ropa. Antes de poder darse la vuelta, unos brazos muy conocidos se enrollaron alrededor de su cintura.

—Me gustó lo de ayer osito—susurró Yeonjun en su oído y depositó un beso en su hombro.

Beomgyu pasó sus manos por los antebrazos de Yeonjun; envueltos firmemente alrededor de su cuerpo, acarició cada una de las marcadas venas y soltó un jadeó cuándo Yeonjun comenzó a depositar besitos en su cuello.

Pronto; lo que parecía un abrazo inocente, se tornó más caliente cuándo el mayor deslizó sus manos por los costados de Beomgyu, tanteando con tocar debajo de su camiseta.

—Hyung...—jadeó—espera, los chicos podrían venir.

—Vayamos a mi habitación ¿si?—le propuso.

Yeonjun tomó su mano y lo guío hasta su habitación, Beomgyu está consciente de que no deben hacerlo porque no están solos, pero quiere ver hasta dónde pueden llegar.

Ir de puntillas por los pasillos hacía que se sintiera aún más incorrecto, pero por algún motivo, eso le gusta. Una vez en la habitación del mayor, éste le miró con su típica sonrisa coqueta.

—Ni creas que me vas a follar, eh—le dijo en cuánto lo tomó por la cintura.

—Sé que lo hicimos hace unos días, pero...

—Los chicos están en casa—le recordó.

—Seremos silenciosos, lo prometo—hizo un puchero.

Beomgyu sonrió, dejó al mayor sentado en la cama y él se sentó sobre sus piernas, Yeonjun rodeó su cintura con sus brazos.

—Yo no puedo prometer eso—tocó la punta de su nariz.

—Me gusta cuándo haces eso—confesó.

—¿Qué cosa?

—No importa...¿estás seguro de qué no quieres follar?—juntó sus manos a modo de suplica.

—Cien por ciento seguro—afirmó.

—Beommi...—se abrazó más a su cintura y enterró su rostro en el hueco de su cuello.

—Aunque...me sentiría mal por dejarte en éste estado—pasó una mano por la ya despierta erección del mayor.

—Puedes usar tu boquita, así no harás ruido más que cuándo te atragantes—susurró en su oído.

Todos los vellos de su cuerpo se erizaron, su miembro se endureció entre sus pantalones al imaginarse arrodillado frente a Yeonjun, como tanto le gusta.

Beomgyu relamió sus labios, no supo en qué momento fué que ya estaba de rodillas frente a su bulto, pareciera que su cuerpo se manda solo cuando se trata de Tae y Yeonjun.

Tragó saliva al ver Yeonjun sacarla del pantalón, casi con desesperación. Sonrío coqueto y Yeonjun negó con una risita, completamente duro por su descaro.

—Que quede claro que no lo hago porque me lo pediste, lo hago por el puro placer de tenerte en mi boca—dijo Beomgyu tratando de provocarlo.

—Si lo quieres tanto, entonces harás un gran trabajo ¿verdad?—frotó su miembro contra los labios de Beomgyu.

—Si hyung—sacó su lengua, tratando de rozar su glande.

—Abre tu linda boquita, cariño—pidió con necesidad.

dos para uno | yeongyu ; taegyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora