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Beomgyu entreabrió los ojos cuándo su celular comenzó a sonar, pero se detuvo antes de que pudiera siquiera tratar de buscarlo. Miró a su alrededor aún medio adormilado, tratando de ubicarse.

Una gran migraña le invadió y todos los recuerdos de la noche anterior le llegaron de golpe, se examinó a si mismo, notando que está desnudo y tiene muchas marcas de su encuentro con sus compañeros.

Se sonrojó hasta las orejas cuándo cayó en cuenta de lo que habían hecho anoche, pero no le dió tiempo ni de avergonzarse de sí mismo, pues se percató de que es la única persona en la habitación y ya es bastante tarde.

Se supone que hoy tienen una prueba de sonido y van a ensayar desde temprano para el concierto que darán por la noche.

Saltó de la cama directo a buscar su ropa; la encontró con dificultad pues la habitación está hecha un desastre, se quejó al sentir un dolor en su parte baja y no pudo evitar sonreír al recordar a qué se debe.

Cuándo se vistió por completo, comenzó a buscar entre la desordenada habitación su celular que comenzó a sonar de nuevo, suspiró nervioso cuándo al fin lo encontró y vió que se trata de su manager.

Tragó saliva y contestó, preparándose mentalmente para un interrogatorio y un fuerte regaño.

—Hola hyung, b-buen día—le saludó.

—Beomgyu buen día ¿cómo sigues?—preguntó preocupado.

Beomgyu abrió amplio los ojos « ¿acaso el sabe? » pensó con terror.

—¿Ah?

—Soobin me dijo que te sentías mal en la mañana y por eso faltaste a la prueba de sonido—le explicó—necesito saber cómo sigues ¿crees que podrás dar el concierto más tarde?

—A-ah eso...si, si, estoy mejor hyung—tragó saliva avergonzado—creo que solo debo descansar un poco más antes de la noche.

—Bueno, de todos modos enviaré a un médico a examinarte para estar seguros—le avisó.

—¿Médico?, ¡no es necesario...!

—¡Tonterias! no nos podemos arriesgar, en unos quince minutos llega, hablamos más tarde, descansa—sentenció y cortó la llamada.

Beomgyu miró una vez más el desastre que hay en la suite; bufó sintiendo pena por la persona de limpieza, tomó cualquier pertenencia suya que quedara por allí y regresó a su habitación.

Al llegar fué directo al baño para tratar de verse presentable. Debajo de sus ojos se pintan unas leves ojeras, está todo despeinado y su camiseta no alcanza a cubrir las marcas de mordidas que adornan su cuello y clavículas.

Por supuesto no son las únicas, en todo su cuerpo hay éste tipo de marcas. Fué entonces que Beomgyu tuvo cinco minutos para pensar realmente en lo que habían hecho ayer.

Miles de preguntas pasan por su cabeza alborotando aún más su migraña, pero su principal cuestionamiento es: ¿en qué estarán pensando Tae y Yeonjun? justo cuándo se han arreglado sucede ésto.

« ¿Eso cómo nos deja? » se preguntó con angustia.

No tuvo más tiempo de pensar en ello, pues él médico tocó su puerta. Beomgyu mojó un poco sus rebeldes mechones, tratando de no parecer recién despierto y fué a abrir la puerta.

—Buen día, adelante—hizo una reverencia y dejó entrar al hombre de mayor edad.

—Buen día, puede sentarse en la cama por favor, tomaré sus signos—le pidió.

Tomó asiento y dejó al médico escuchar su ritmo cardíaco y respiración. Mientras le tomaba la temperatura, no pudo evitar sentir culpa, ya que realmente nada de ésto es necesario.

dos para uno | yeongyu ; taegyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora