34. Valor añadido

27 5 1
                                    

Te haré esta pregunta:

¿Cuánto vales?

No me refiero a lo que vales para tu familia porque desde la perspectiva de los demás puedes valer nada o muchísimo. No es lineal.

Aplastaré tu jodida cabeza para que quede adentro de tu pecho y puedas verte a ti mismo.

Le pregunté al doctor,
dijo que su valor no importaba
pues su trabajo lo amaba,
ayudar a la gente era su motor.

Un mecánico de cuerpos humanos,
con una llave mágica llamada bisturí
para salvar las vidas que llegan ahí,
y expresó: "se siente bien ayudarlos".

Y le dije: ni todos son buenos,
ni todos son malos,
ni todos valen poco,
ni todos valen tanto.

Le pregunté al influencer,
dijo que su valor se lo daban
los views y likes que sus follows le mandaban,
y un trabajo que amaba también podía ser.

Un espacio para el entretenimiento,
comercializando su contenido,
pues de eso vivía a costa, dijo,
de distraer masas y volverlos lentos.

Y lo mismo le dije: ni todos son buenos, ni todos son malos,
ni todos valen poco,
ni todos valen tanto.

La misma pregunta lancé al religioso,
quien dijo que para Dios todos valemos lo mismo, ¡ni modo!,
vale igual alguien no mundano,
un asesino y un lujurioso.

Un cristiano que reza por todos nosotros,
que ama a su prójimo y que no peca
y que sin faltar una sola noche reza,
aunque no conozca nuestros rostros.

Y desde mi boca lo mismo dije:
ni todos son buenos,
ni todos son malos,
ni todos valen poco,
ni todos valen tanto.

Y el mismo cuestionamiento al ateo,
que musitó una paradoja:
vale lo mismo el que anda en la cuerda floja,
como el que camina derecho.

Y dijo también que a Dios odiaba,
que no era omnipotente
y que en cambio Satán era fuente
de la libertad que pregonaba.

Y lo mismo volví a decir:
ni todos son buenos,
ni todos son malos,
ni todos valen poco,
ni todos valen tanto.

Y al homosexual pregunté también:
me observó sosteniendo una bandera,
"la que representa esta era",
dijo, "todos valemos para alguien".

Que así fueras árbol, zapato o perro
valdría lo mismo cada alma,
y que las marchas feministas no funcionaban con calma,
pues nadie hacía valer su derecho.

Nuevamente dije:
ni todos somos buenos,
ni todos somos malos,
ni todos valemos poco,
ni todos valemos tanto.

Y pregunté lo mismo al niño,
quien respondió con una sonrisa:
"si te contesto me iré de prisa
a jugar", respondí: sí, y un guiño.

"Valen todas las personas,
pero hoy tú y yo valemos mucho,
pues tú hablas y yo escucho,
y así la vida funciona"

Y repetí: ni todos somos buenos,
ni todos somos malos,
ni todos valemos poco,
ni todos valemos tanto.

Pregunté lo mismo al anciano,
y espetó: "¿cuánto vales tú?";
y dije: lo que la misma luz,
pues también tengo sus años.

"Tu respuesta ahí la tienes,
valemos lo mismo todos,
así nades en oro, así lo hagas en lodo"
dijo el anciano sin bienes.

Y nada le contesté.

Al filósofo pregunté, quien atento,
se dispuso a desgranar la pregunta,
dijo: "¿cuánto vale un alma burda?,
¿cuánto la que roza el tormento?".

"Si los valores morales se pierden,
si no hay civismo y discernimiento,
¿cuánto valdrá la persona si adentro
está en un desierto y no en pasto verde?"

"Valor/valentía, en sí mismo confía,
valor/modales, en otros piensa,
valor/dinero, fortuna inmensa,
valor/alma, vale mucho en demasía".

Y me dije a mí mismo:
¿Qué tanto te vale?,
¿qué tantos valores tienes?,
¿cuántos valores posees?
y, ¿cuánto vales?

<<Y entendí como persona que cada quien se da su propio valor, tengas o no tengas dinero, sean cuales sean tus creencias, idealismos, preferencias sexuales, razonamientos y los valores aprendidos en el trayecto vivido, siempre el valor que te des será importante para seguir, para ser mejor persona, para estar bien contigo y salir de la oscuridad, de la depresión y ansiedad.
Siempre en tu lucha, sin pisar a nadie ni dejarse pisar, marcando en la tierra tus huellas con los zapatos.

Ni todos somos buenos,
ni todos somos malos,
ni todos valemos poco,
ni todos valemos tanto.

Nadie es especial para el universo, mas somos especiales para las personas que nos quieren y nos aprecian, y que algún día debemos dejar en la tierra cuando nos
marchemos para siempre.
Y ese valor que en vida forjes, pienso te dará la vida más plena, las mejores amistades; y el mejor de los recuerdos quedará a los tuyos.
Tú te das tu propio valor, lo demás es...
Valor añadido.>>

Antipoesía dietética Donde viven las historias. Descúbrelo ahora