Capítulo veintiuno

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Darren se levanto y tomo mi mano ayudando a incorporarme, me guió a la parte trasera de la casa con pasos rápidos y firmes, el montón de escombros levantó polvo en exceso y era lo único que lográbamos ver.

«Ellos están bien, estas viva y Darren también, ellos tienen que estar vivos »

Antes de llegar a los ventanales de cristal, alguien salto del techo, cayendo grácilmente sobre el pasto, un chico de tez blanca, y delgado con el cabello casi rapado, rasgos duros pero atractivo, demasiado.

—Vengan conmigo —su voz era potente pero al mismo tiempo suave—, Vengan conmigo y nadie saldrá lastimado —repitió sonriendo.

Sonreí también y di un paso en su dirección, Darren tomo mi brazo y me puso a su espalda.

—¿Qué haces? ¿Qué no ves que no nos quiere lastimar? —lo reñí, me sentía tan molesta con Darren, aquel chico solo quería ayudarnos— por favor— Lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos como si fuera una niña pequeña.

Teníamos que ir con él.

Lo único que miraba era su ancha espalda, mis lagrimas se derramaban una tras otra, ese chico quería ayudarnos, sentía que a su lado todo estaría bien, pero Darren no lo permitía ¿por qué?

—Ya basta, por favor —mi voz sonaba distorsionada, suplicante.

Con un movimiento rápido, empujé a Darren a un lado pero logro sujetarme antes de que diera un paso en dirección al chico, comencé a dar patadas y jalones, debíamos ir con aquel chico.

—Basta May, ¿no te das cuenta que está jugando contigo?

Darren sujetaba mi cintura con fuerza, lastimándome, no me importaba.

—Es suficiente —dijo una voz femenina en la oscuridad, cuando se acerco lo suficiente a la luz pudimos observarla mejor; morena, delgada y atractiva al igual que el chico, su cabello estaba recogido, era la misma joven de aquel día del incidente en el centro comercial, traía a Luci sujeta por el cuello y a esta le sangraba su nariz —¿Ya te divertiste? — dio una mirada al chico y después a mí.

Él le sonrió.

—Nos dirán en donde están los demás —ejerció fuerza en el brazo de Luci— y después todos vendrán con nosotros o ella muere.

—No hay nadie más —contestó Darren.

—Andrew trae a la chica.

Todo paso tan rápido, Darren me dio un fuerte empujón tirándome al suelo, caí sobre mi costado lo que me causo un dolor sordo, él se lanzo contra él chico, los movimientos de ambos eran tan rápidos que en algunas ocasiones únicamente veía borrones.

No podía moverme, el miedo me tenia paralizada, los latidos de mi corazón sonaban contra mis odios cada vez más fuertes, le di una mirada a la chica, ella se veía aburrida, posó sus gigantes ojos negros en mi y sonrió con malicia, entonces lo supe. Me levante tan rápido como mi patético cuerpo me lo permitió, pero no era lo suficientemente rapida, la chica morena llevo ambas manos al cuello de Luci e hizo un movimiento limpio y rápido, un crujido recorrió todo el jardín junto con mi grito, el cuerpo de mi cuidadora cayo al pasto.

Mis lagrimas caían al pasto, mi grito había distraído a Darren dándole ventaja al chico, ahora lo tenía sometido como hacia un momento la chica tenia a Luci.

—¿Qué carajo has hecho Violeta? —dijo Andrew jadeante y sudado. Uno de sus pómulos amenazaba con hincharse.

Ella se encogió de hombros, como si no tuviera importancia.

—Iremos con ustedes, suéltalo por favor —me sorbí la nariz y me acerqué a Darren despacio, temía que le hicieran lo mismo que a Luci.

La asesina camino en mi dirección y tomo mi brazo.

—Tus manos —pidió con voz hastiosa.

Yo las extendí, ofreciéndole mis muñecas.

Me dio una bofetada con tanta fuerza que me sorprendió que no fuera a parar una vez más al suelo.

—Deja de llorar que me fastidias.

Darren se removió en su lugar y su respiración se volvió más pesada.

Levante el mentón y me trague las lagrimas lo mejor que pude, no por ella, no por miedo, no deseaba llorar.

—No tienes porque hacer eso Violeta —dijo su compañero viéndome.

—Tú tampoco tenias porque jugar con su cerebrito y lo hiciste —Le dio una mirada a su compañero y sonrió tan dulcemente que dio miedo.

El no dijo nada y ella coloco una especie de pulseras en cada una de mis muñecas, parecían estar hechas de cristal pero lo dudaba mucho.

Darren

El cuerpo de Luci cayó al suelo y al mismo tiempo lo hice yo. El grito de May me distrajo por un segundo y eso basto para que el tal Andrew me sometiera, la persona a la que amaba estaba sufriendo tanto y no podía hacer nada para evitarlo.

Imperceptiblemente pude ver una sombra en el techo, podían ser más de ellos o bien era Jaden, sentí un poco de alivio, solo un poco.

—¿Qué carajo has hecho Violeta? —preguntó el idiota que me tenia sometido con un poco de sorpresa y fastidio en el tono de su voz.

Y la muy maldita sólo elevo los hombros en respuesta.

—Iremos con ustedes, suéltalo por favor —la voz de May sonaba tan jodida, que deseaba abrazarla.

Estaba casi seguro de que sentía culpa por todo esto. Se acerco a mí, con una mano extendida como si quisiera tocarme, la chica camino tras de ella y le pidió sus manos, May ofreció sus brazos entre pequeños gimoteos y sorbidas de nariz.

Mi mandíbula estaba tan apretada que dolía, la morena alzo una mano y la impacto con la mejilla de May con tal fuerza que sus dedos quedaron marcados en su piel, esto fue demasiado, moví involuntariamente los hombros intentando liberarlos de las garras del rubio.

—Deja de llorar que me fastidias.

Y al igual que el golpe de la chica me sorprendió, lo hizo la fuerza y valentía de May, que levantó la barbilla y paro de gimotear en seguida.

Arrancaría el cabello de esa chica uno por uno si volvía a hacer eso.

si tu no lo haces lo haré yo, dijo una voz furiosa en mi cabeza pero. . . no, no era la mía.

¿Jaden? pensé esperanzado.

Esa fue la voz de Jaden o me estaba volviendo loco.



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