Capítulo veinte.

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Para la Aileen de mi vida. 


Mi querida Luci llego un poco después que Hank, la notaba un poco extraña y cansada, hablamos muy poco, me dio un fuerte abrazo y se fue a descansar, los entrenamientos con Jaden seguían y el mensaje de Hank fue que el abuelo nos quería en su casa dentro de dos semanas, nuestras maletas ya estaban listas gracias a Darren.

—Mañana es el cumpleaños de Leen —Jaden corría en una de las caminadoras plateadas y yo en otra.

Me detuve y por poco me caigo.

—¡¿Qué?!, y me lo dices justo un día antes —detuve el aparato—. Debes de estar bromeando.

Él puso cara de disculpa.

—Ella siempre se despierta hasta tarde, podrías comprarle algo rápido por la mañana o puedes fingir no recordarlo en absoluto, lo cual sería cierto pero ella espera que uno de los dos te dijera que era su cumpleaños podrías hacerle una fiesta sorpresa, lo vi en una película una vez.

Solté una carcajada al escuchar lo que decía, sonaba tan inocente y pequeño, me dio una mirada de enojo.

—Gracias por los consejos, los anotare en mi libreta de ideas extra originales.

Puso los ojos en blanco y siguió corriendo.

—Detente, detente —exigí— Ayúdame, si haremos la fiesta necesitamos cosas para ella, Darren no me dejara salir—Hice un puchero.

El no redujo la velocidad si quiera.

—Habla con él—fue su respuesta

No tenía otra opción.

Oprimí el botón de la caminadora de Jaden hasta su máxima velocidad y salí del lugar sin esperar el resultado de mi maléfica broma, eso le pasaba por no ayudarme.

La plática con Darren fue rapida y algo complicada, mi corazón latía desenfrenadamente y cada una de mis terminaciones nerviosas estaban a flor de piel, lo odiaba. Me dejo salir con la única condición de que fuera él, quien me acompañara a comprar las cosas.

Al día siguiente me desperté a una hora estándar, Leen ya estaba despierta, me costó mucho trabajo fingir al ver sus ojos esperanzados.

Darren y yo salimos en el automóvil de Leen, el viaje fue silencioso y en ocasiones me permití darle un vistazo de reojo, su cabello rubio oscuro había crecido mucho y ya casi le llegaba a la barbilla, bajo sus perfectas cejas estaban esos ojos color ambarino que me gustaban bastante, pero no estaba segura si el color de ojos original era el de Darren o el de Jaden, ya que ellos estaban vinculados de la misma forma que Leen a mí, sus labios formaban una línea y al ver que lo observaba formaron una sonrisa y tomo mi mano, halé de ella intentado arrebatársela pero el apretó más y no la soltó, siendo sincera no quería que lo hiciera, su mano tibia le transmitía calor a la mía.

—¿Puedes comprar globos y cosas que suelen usar en las fiestas? —pregunté una vez que estuvimos dentro de la plaza.

La última vez que vine en busca de los libros, la compra no nos salió tan bien, casi me arrepentí de venir.

—Claro —me dio una mirada extraña— no tardes tanto y en cuanto acabes vuelves conmigo.

Camine por los pasillos de las tiendas observando los aparadores. No recordaba los gustos de mi mejor amiga, lo cual complicaba las cosas. Entre a una tienda de ropa, observe las telas y los colores. Encontré un vestido azul que le quedaría a la perfección a Leen, detrás del vestido azul estaba un vestido de gasa color rosa perfecto para mí, conté el dinero que me sobraba, no era suficiente, ahora solo tenía para los regalos de Leen. Pague el vestido y salí de la tienda chocando con Darren.

Transgénesis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora