Capítulo veinticinco

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—No puedo creerlo —dijo Kyle sonriendo— Esto es fantástico.

Al terminar de darme un baño abrí una vez más los archivos de mis padres y encontré un apartado que contenía infinidad de planos que seguramente serían de las instalaciones, claro estaba que de mi casa no eran.cf

—Muéstrame el maquetado —ordené en voz alta y la libreta en seguida recreo las instalaciones en una especie de figura azul en 3D

—Al parecer son niveles profundos —dije señalándolo.

—Solo uno por encima —completó mi amigo— los conductos de ventilación puede que nos sirvan necesitamos memorizarnos todo.

Efectivamente hacía abajo se encontraba diez pisos por encima se alzaba uno solo, supongo que para despistar, tenía la certeza de que poca gente tenía el conocimiento de los niveles inferiores.

—¿Ves estos números de aquí?

Él asintió.

—Son coordenadas.

De esta manera llegaríamos hasta los laboratorios.

Una semana más y todo terminaría.

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Recostada en mi cama jugaba con la caja azul que contenía la delgada jeringa, mantenía mis ojos cerrados, la caja apareció en mi cama sin duda era importante.

Un pensamiento llegó a mí, ¿que había dicho Darren?

"si funciona pero no tuvimos oportunidad de usarla en verdad."

Todo este tiempo tratando de llegar hasta mis padres. Estaba a punto de lograrlo pero de una forma me llevaría a Leen, si algo me pasaba a ella también, sí yo moría ella igual. Necesitaba evitar eso a toda costa. Abrí los ojos con brusquedad y busque la vena en mi brazo, coloqué la jeringa encima de ella, estaba a punto de inyectarme cuando Darren entro al cuarto, la jeringa se me callo y rodo abajo de la cama.

—¿Cómo te sientes? —dijo sentándose a mi lado.

Su mera presencia me hacía sentir mejor pero él se veía agotado.

—Todo bien —intenté no sonar nerviosa, sí él notaba la jeringa se daría cuenta de que tramo algo.

—Pregunte como te sientes, no ¿cómo va todo? —dijo tomando mi mano y enlazando sus dedos con los míos.

Con su mano libre tomó mi cara para que lo viera a los ojos.

No quería mentirle así que lo bese, un beso real, como aquella noche en el cumpleaños de Leen, necesitaba sentirlo más cerca, me recosté sobre la cama y lo atraje a mí. No recordaba la primera vez que lo vi; no aquella vez que entro en mi casa, sino la primera, en los laboratorios. No recordaba la primera vez que mi corazón brinco de emoción al verlo, ni la primera vez que me tocó, no recordaba nada de eso, pero ahora estaba segura de que lo amaba y era tan injusto que tuviéramos que despedirnos tan pronto, una lagrima se deslizo por cara y la elimine antes de que pudiera notarla.

Se alejo un poco de mi para verme mejor, paso su dedo pulgar por mi mejilla y sonrío, entonces yo lo besé de nuevo porque era la única manera de que dejara de sentirme infeliz.

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Su pecho subía y bajaba, sus latidos eran fuertes y reconfortantes para mi, podía quedarme aquí acostada junto a él con la cabeza recargada en su pecho, toda la vida.

El despertó y dio un beso a mi cabello como era su costumbre yo cerré los ojos.

No quiero levantarme.

—No lo hagas —dijo Darren con voz ronca.

Maldición había pensado en voz alta.

Mi estomago gruño.

—Pero yo si lo haré, te traeré algo de cenar.

—No —dije aferrándome a él— por favor no.

—Te traeré algo de cenar y volveré a recostarme contigo.

Dio un último beso a mi cabello, se levanto de la cama y tomo su ropa del piso.

Lo deje ir.

Extrañaría momentos como este.

Ya casi estábamos listos Kyle y yo solo faltaba una pequeña cosa. ¿Cómo haría para que Jaden, Leen y Darren se quedaran aquí?

Aun no se me ocurría cómo iba a solucionar esto.

Darren entro con una charola de sándwiches y los dejo en la cama.

Comimos sin decir mucho.

—Deberíamos de poner una televisión en la habitación ¿no crees? —dijo observando la pared vacía en donde ciertamente quedaría a la perfección una tele— Podríamos solamente acostarnos todo el día viendo películas o lo que fuera.

—Supongo que sí —dije sintiéndome miserable.

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—Necesito de tu ayuda —entré a la habitación de Hank, disponía de poco tiempo para hablar con mi "primo" así que iría al grano

—Me voy, tengo que encontrar a mis padres y no pienso volver sin ellos —vi como se estremecía— encontré la manera de llegar a ellos pero necesito que me cubras.

Alguien tenía que distraer a mis amigos para preparar todo y mi única opción era Hank, no contaba con nadie más.

—Tus padres no se sacrificaron para que fueras directo a la muerte, y aunque no fuera por eso, si te atrapan serias peligrosa para nosotros, tus poderes vienen de la ira eres más fuerte que ninguno y sabes en donde nos encontramos, ellos ya lavaron tu cerebro una vez ¿lo recuerdas? lo harán de nuevo —su rostro no mostraba expresión alguna al hablar.

—Por eso no pienso volver, se lo que soy y sé que puedo causar daño no puedo vivir siendo esto.

—Al fin, estamos de acuerdo en algo —cruzó los brazos sobre su pecho y aunque no esperaba algo más de Hank sus palabras me hirieron un poco.

Se detuvo un momento meditando antes de hablar

—¿Y Darren no lo amas? ¿qué hay de Leen y Jaden?

Pase saliva.

—Quiero aclarar Maybret que no te odio, en realidad me agradas y que no es por ninguna de las dos cosas anteriores por las que te puedo dejar ir.

Y así es como todo nuestro plan no tan bien elaborado se iba a la mierda.

Quiera golpearlo me tomo todo de mí no hacerlo.

—Lo que no entiendes es que no te estoy pidiendo permiso, me voy a largar con tu ayuda o sin ella —hablé casi gritando.

—Haz lo que quieras entonces sin embargo y debes de entender que con mi ayuda no cuentas.

Salí de su habitación y caminé al primer piso mientras imaginaba mil formas de torturarlo, mi cabeza estaba a punto de explotar me senté en el último peldaño de la escalera y mordí mi labio hasta que este sangro, me sentía como una pequeña haciendo una rabieta pero esto era peor que aquello, mi vista se nublo, y el dolor de mi cabeza se hizo insoportable.

—¡Basta! —grité— ¡Basta!

Caí de rodillas en el suelo.

Lagrimas se derramaban sin control.

Y entonces así como todo el dolor llego de la misma manera se fue.

Me sorbí la nariz y me levante del suelo, fue cuando me di cuenta de que no estaba sola.




Transgénesis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora