9. Protección

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Alexander sintió una enorme presión en el pecho cuando la angustia de que algo le estaba ocurriendo a Dahiana, esquivó a algunas personas hasta dar con el olor que la caracterizaba. En cuanto supo que se trataba de su amiga, respiró feliz y tranquilo, dejando de lado todo eso por unos minutos al fin de cuenta, no era su problema en sí.

— ¿Hablaste con Kang? —le preguntó a su primo Bahir, y este asintió—. ¿Por qué ese sujeto sigue libre?

— Es alguien con mucho poder, es por culpa de su familia, que tiene que vivir con miedo —Dahiana se dio la vuelta—. Regresaré a la habitación, debo hablar con mi madre.

— Dahiana, tenemos que hablar de algo serio...

— Alexander —habló con voz tan calmada que él temió hasta por su vida al escucharla hablar de ese modo—. Escúchame bien, porque todo parece indicar que a ti los cables se te van por donde no es —el alfa se quedó en silencio—. Esto que ocurrió es algo que simplemente se dio y punto. Ya tu familia sabe que estamos casados, que no nos soportamos, ahora lo único que nos queda es que me ayudes con mi hijo, seré tu buena esposa delante de todos tus socios y...

— Manada, tendrás que ir conmigo a mi manada a vivir —la interrumpió, y ella lo vio sin entender a qué se refería—. Un lobo milenario tiene que hacerse cargo de una manada, siempre y cuando no deje de lado sus obligaciones, yo soy el alfa de una manada. Yo tengo una y puedes quedarte al igual que Owen ahí sin ningún problema.

— Sí es un problema, mi hijo debe asistir a la escuela...

— Owen es un alfa que tiene sentidos muy desarrollados, tienes que tener en cuenta lo que harás de ahora en adelante, porque ese pequeño es una bomba de tiempo.

— No entiendo.

Miró hacia todos lados, la tomó del brazo y la llevó de regreso a la habitación para hablar con más calma y sin que nadie que no fuera de su familia escuchara.

— Los sentidos lobunos de Owen son similares a los de un milenario, no es que lo sea él, sin embargo, al ser un niño que no tiene una figura paterna es posible que pierda el control en algún momento de su vida y sea muy tarde para remediarlo.

— ¿Me estás diciendo que mi hijo puede ser un asesino?

— No lo pondría de ese modo, pero es posible —la ayudó a sentarse en la cama—. Owen es inteligente, te protege bastante, pero en cuanto sepa que su padre tiene otra familia es posible que su parte lobuna se descontrole y pierda los estribos.

— Jonathan no me lo quitará —dijo segura de sí misma—. ¿Qué pasará con mi madre?

— Tu madre puede venir con nosotros —se puso de cuclillas—. Escúchame bien, tu ex perdió todo el dinero con las apuestas, eso ya debes saberlo —ella negó con la cabeza—. ¿Qué no lo sabías?

— No, me decía que ese dinero lo usaba porque en su trabajo uno de sus compañeros tomaba el dinero y le echaba la culpa —jugó con sus dedos—. Entonces, perdió todo mi dinero en apuestas y se casó con esa mujer porque...

— Se casó con ella para seguir jugando —Alexander tomó con mucho cuidado las manos de la humana—. No tienes por qué sentirte triste o algo parecido, ten por seguro de que me haré cargo ahora de todo, pero tenemos que llevarnos bien...

— Llevarnos bien, nunca fue una opción para ambos y menos ahora que poseo tu marca en mi cuello como símbolo de que soy tu esposa y eso me tiene realmente molesta.

— Bien, vamos a tratar de llevarnos bien, porque es lo mejor que podemos hacer.

Dahiana se quedó mirándolo durante unos segundos, antes de ponerse de pie y caminar junto con él hasta dónde se encontraban los demás, no vio a Bahir por ningún lado y supuso que estaría haciendo hasta lo imposible por rescatar a su amiga. Los padres de Alexander no aparecieron más durante el día, por lo que se sintió un poco más cómoda que antes.

Una esposa para el alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora