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5 noviembre

Sonó el despertador y perezosamente lo apagué.

-Venga Sarah, hoy tienes que ir a clases-. Me dije a mí misma.

Los dos últimos días he faltado, ya que no tenía clase con Lenox y tampoco me apetecía quedarme mirando un parque durante 6 horas. Pero hoy sí tenía clase con ella y no la iba a desaprovechar.

Me levanté y camine hacia el baño. Hice lo de siempre, lavarme los dientes, ducharme y ponerme el uniforme.

Al salir me puse un poco de rímel y bajé a desayunar.

****

Estaba llegando al instituto, cuando ví un coche negro pasar por mi lado. Juraría que era el de Lenox.

Así que giré la cabeza en su dirección y efectivamente, ella se encontraba dentro. Estaba tan concentrada conduciendo que no se dió cuenta de que a pocos metros me encontraba yo observándola.

A primera hora me tocaba con ella, así que tuve que acelerar un poco más el paso, ya que no quería llegar tarde a su clase.

Entré al centro y caminé a mi clase. Al llegar todos estaban sentados en parejas de dos y como era de esperar nadie estaba sentado a mi lado.

-Ohh que pena, la bollera se ha quedado sola-. Dijo una voz bastante conocida al fondo de la clase y yo miré en su dirección.

Se trataba de Marta, su pareja era David y este no paraba de reírse.

Y a mí me empezó a hervir la sangre. Esta vez no iba a pasar de ella.

-Te vas a enterar hija de puta-. Susurré lo bastante alto para que la gente que estaba alrededor mia se enterase.

Después fuí hacía mi mesa y tiré mi mochila en esta, para después caminar hacía Marta.

Por el camino cogí un carpesano de una mesa aleatoria y al llegar a la mesa de Marta, le estampé este en la cara.

Fue el momento más satisfactorio se mi vida, pero duró poco.

Después de golpearle tiré el carpesano al suelo y a Marta le empezó a sangrar la nariz de una manera exagerada.

De un momento a otro todos estaban alrededor de Marta y Lenox estaba entrando por la puerta.

-¿Qué ha pasado aquí?-. Preguntó sobresaltada al ver a Marta sangrando.

Rápidamente se la llevó a enfermería y el grupito de Marta se me acercó.

-Como le haya pasado algo a Marta te juramos que no vuelves a hablar en tu vida-. Dijo David.

-Yo os juro que como me hagáis algo vuestros padres no vuelven a trabajar en la vida-. Respondí yo.

No me dió tiempo a decir nada más, ya que Lenox entró y me cogió del brazo para sacarme de la clase.

Me llevó casi a rastras a su despacho y al entrar cerró la puerta.

-¿Qué coño has hecho?-. Me preguntó enfadada.

-Lo que tenía que haber hecho desde hace un tiempo-. Respondí sería.

-¿Te das cuenta de la que acabas de liar? Si el director se entera no vuelves a pisar el centro en un mes-. Dijo con fastidio.

-No me importa si se entera, o si me echan de aquí un mes. Yo volvería a hacer esto mil veces, se lo merecía-.

Lenox iba a decir algo, pero llamaron a la puerta.

Segundos después esta se abrió y mi cara cambió de enfado a terror. Se trataba del director.

-Hola, Cla-. Paró en seco al ver que yo estaba presente.

¿Cla? ¿Su nombre empezaba así? No me dió más tiempo a meditar esto ya que el director abrió la boca.

-Hombre señorita Moore, ¿qué hace usted aquí?-. Preguntó extrañado.

-La señorita le acaba de romper la nariz a su compañera-. Dijo Lenox en un tono de voz bajo.

-Sarah, no me esperaba esto de usted. Venga inmediatamente a mi despacho-. Dijo el director con decepción.

Minutos más tarde nos encontrábamos en su despacho.

-Mire señorita, no le voy a expulsar del centro porque soy amigo de su padre. Pero tendrá un castigo, limpiará unas aulas que se le asignarán todas las tardes durante dos semanas-. Me comentó.

-No es justo, se que he hecho una cosa horrible. Pero no se imagina lo que ha hecho ella-. Respondí.

-Cuenteme-.

-Hace unas semanas le conté un secreto muy íntimo. Y ella se subió en una mesa y lo gritó-. Expliqué intentando que me quitaran el castigo.

-Esto me lo tendría que haber comentado antes, no ahora que le acabas de romper la nariz. Así que lo siento mucho, pero tendrá que cumplir el castigo-.

-Pero-.

-No hable más, el castigo ya está puesto y lo tendrá que cumplir-. Me cortó.

Yo salí de ahí dando un portazo. Ya sé que lo que he hecho no está bien, pero también la podrían castigar a ella.

Entré a mi clase y todos me miraban con horror. La peor cara que pusieron fue cuando me senté, ya que no me habían expulsado.

I Hate You, I Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora