XIV

7 1 0
                                    

Pasaron los días, los cuales se hicieron semanas y estas se convirtieron en meses, un poco mas de 3 meses para ser exacta y yo seguía con mi matrimonio, seguía sin atreverme a decirle la verdad a Dan y Emily se molestaba cada día un poco mas conmigo por no enfrentar la situación. Mis días pasaban de gris a gris oscuro, mi propia casa me recordaba a aquel hombre al cual le rompí el corazón y por el cual seguía llorando desconsoladamente. El sofá, la cocina, la ducha, mi cama, la cocina, todo, él lo había cambiado todo.

Comía poco y dormía menos. Me tomé algunos de mis días de vacaciones del trabajo para poder recuperar mi ánimo, pero no sirvió de mucho. Un día cualquiera decidí levantarme de la cama y poner un poco de orden en mi vida. Leo pasaba poco y nada en casa y eso de verdad lo agradecía. Mi pequeño se había percatado de mi estado de ánimo y aunque le dije que estaba enferma, no me creyó, aún así dejó de preguntarme que me pasaba.

Uno de esos días en los cuales estaba saliendo del pozo de la desolación, decidí hablar con Dan. Llegó a mi habitación y se sentó en mi cama.

—Hijo, tengo que hablar contigo de una cosa.

—Ya se de que es.

—¿Ah si?— pregunté un poco asustada.

—Si, Leo y tu se separaran, los padres de una compañera hicieron lo mismo, dormían en cuartos separados y después se terminaron divorciando.

—¿Ah si?

—Si.

—Bueno hijo, no era de eso de lo que te quería hablar, exactamente.

—¿Ah no?

—No, verás… hace algunos meses… ¿Recuerdas a Jake?

—Si… lo recuerdo… ¿me hablarás sobre el día que estabas llorando en casa de tía Emily?

Abrí los ojos, claro que se dio cuenta que estaba llorando.

—No es exactamente de ese día del que te quiero hablar hijo.

—Yo quiero saber porque llorabas mamá, ¿te lastimó?

—No hijo, Jake jamás haría eso.— Se quedó en silencio esperando a que le explicara. —Llegaré a aquel día hijo, pero primero debes saber porque estaba así ese día, verás… Jake y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo.

—Sí, eso lo sé.

—Cierto. Bien, nosotros nos dejamos de ver por muchos años.

—Eso también lo se mamá.— me dijo impaciente.

—Si hijo, solo quería… olvídalo…

—No mamá, yo quiero saber que pasa, no me iré hasta saber lo que tienes que decirme.

—Bien… no te conté exactamente todo respecto a Jake, él y yo estuvimos juntos cuando éramos jóvenes.— espere para ver si diría algo, pero solo me quedó mirando para que continuara, así que lo hice —fuimos algo así como novios, pero sin ser exactamente novios, como sea, hubo amor entre los dos, lo amé.— creí que eso lo había dicho solo para que mi hijo entendiera el contexto y no me juzgara muy duramente, pero una vez aquellas palabras abandonaron mis labios, me di cuenta que en realidad lo había amado, sentí como mi corazón se liberaba de un gran peso. Respiré profundo y seguí. —Y cuando nos volvimos a ver, sentí cosas por él, intenté deshacerme de esos pensamientos porque estoy casada con Leo-

—Pero a él no lo amas— me interrumpió. —Se nota mamá y él tampoco te ama a ti. Nunca he entendido bien su relación, solo he podido notar que ustedes solo se acompañan, pero no se aman en realidad.

Eso fue cono una bofetada, mi hijo de 11 años me estaba diciendo las cosas tal cual eran, él, que era un niño inocente se daba cuenta de la realidad.

InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora