PRÓLOGO

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—NOOOOOO! no por favor déjame en paz, no me toques!— así gritaba y repetía una y otra vez ese sueño que no me dejaba
respirar, y me hacía sentir un miedo y una curiosidad irracional al mismo tiempo haciendo que mi cuerpo se quedara totalmente
estático, todas las noches la misma pesadilla, sentada en la banca de un parque aspirando el aire fresco a plena noche viendo las estrellas en una paz inimaginable y un silencio tétrico, pero todo se
volvía aún más tétrico cada vez que sentía unas manos sobre mí y al voltear allí estaba, unas manos peludas estrechaban mi hombro, y al levantar la vista un hombre con su rostro peludo y una sonrisa siniestra que me hacía erizar la piel y me daban ganas de correr, pero eso no era lo peor, lo peor era que con esa sonrisa siniestra y una mirada atemorizante me decía “serás mía y doblegare cada parte de tu humanidad, serás tan despreciable como soy yo” y eso
realmente me atemorizaba, calaba en lo más profundo de mis miedos, se que soy una chica nerd pasada de kilos y con algo de inocencia aunque quisiera mostrar lo contrario, y tal vez, si , me atraía en sobremanera aquel mundo sobrenatural desconocido, pero jamás desearía ser, un ser despiadado que pueda hacer daño a
otras personas, jamás me perdonaría si llegara a lastimar a alguien de mi familia.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora