CAPITULO 35

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JACK

Llegué a la cabaña, estoy exhausto -tomaremos un baño y nos toca esperarla, no creo que esté muy lejos nunca sale de aquí, tal vez fue a cazar- comenta mi lobo, asiento dándole la razón, entre a la ducha y me destensè un poco bajo la regadera, respire profundo frente a la pared pensando en Celeste, es lo único que me da calma en este momento, Celeste, pensar en sus caderas y su cintura hizo que tuviera una enorme ereccion -rayos realmente me tiene loco hasta pensandola- lleve mi mano a mi miembro y comencé a darme placer pensando en ella, sus caderas sus labios, sus piernas y esa mirada que dice mucho y poco al mismo tiempo, esos labios que me enloquecen y que me gustaría morder en este momento, acelerè el ritmo entreabiendo mis labios y mordiéndome al mismo tiempo el inferior llegando al clímax solo imaginando los labios de Celeste; terminè de lavarme y estaba sentado comiendo un sándwich cuando escucho que abren la puerta, dirijo mi mirada hacia la entrada y veo a Jana sonreír cuando me ve su cara pierde el color y comienza a ponerse nerviosa dejando la puerta abierta para que entré alguien más, mis ojos van hacia la persona que esta entrando, esa cabellera esas caderas que me llevan al infierno y me suben al cielo ¡Mierda! Es Celeste.

CELESTE

-Ya vamos a llegar nena- me dice Jana -vale pero me tendrás que contar como hicistes para ocultarte ¿has estado sola todo este tiempo?- pregunté -algo asi, digamos que alguien me ha ayudado un poco, me encontro vagando por el bosque luego que mi cuerpo se reestablecio y desperté decidí volver al bosque y esta persona me vio, me auxilio me ayudó a construir el refugio donde me estoy quedando, me viene a visitar esporadicamente, se ocupa de que yo esté bien- contestó con una sonrisa en los labios -¿te has enamorado de tu amigo secreto?- pregunté sonriendo, ella de inmediato dejo de sonreír volteó a verme y su rostro se torno serio -jamás me enamoraría de él, siempre he estado embobada por alguien más y este amigo tiene su corazón muy ocupado desde hace mucho tiempo, es un buen amigo que me tendió la mano en un momento duro para mi entendió mi situación y me ayudó a no hundirme en la depresión, ha sido como un hermano- dijo Jana de forma calida, asentí en aprobación -bueno nena hemos llegado a mi humilde morada- dijo haciendo señas con sus brazos extendidos hacia la cabaña que estaba en frente, Jana se dispuso a abrir la puerta y cuando entró su rostro perdió color y cambió a una de asombro y temor entré con ella y me dispuse a ver hacia donde ella estaba viendo de inmediato los colores se subieron a mi rostro, mi temperatura comenzó a cambiar a una calida estoy segura que todo el rojo cubría mis pómulos, nuestras miradas se cruzaron, se fundieron y se perdieron en la del otro, Jack, solo él mueve mi mundo de esta manera.

JACK

Ella se perdió en mi mirada y yo en la de ella, no existía nada a nuestro alrededor solo ella y yo, era como si pudiéramos comunicarnos mediante nuestras miradas, derrepente comencé a sentir un olor a vainilla tremendamente fuerte y allí lo supe -Celeste es nuestra mate- dijo Rik, pero ¿como? Para sentir esto ella tiene que ser una loba, mis ojos comenzaron a abrirse demasiado en asombro -¿sienten ese olor?- dijo Celeste con ansias, comenzó a ver a todos lados -¿que olor sientes?- pregunté emocionado -mi sabor favorito chocolate, pero con canela es un olor fuerte- me levanté del mueble y lentamente me acerque a ella, Jana entendió y nos dio espacio haciéndose a un lado, a medida que me iba acercando la respiración de Celeste iba aumentando, la mía era errática, nuestras miradas se volvieron a fundir -tu- dijo ella, asentí lentamente hasta que nuestras caras estuvieron un milímetro de distancia, la besé, la besé como nunca la había besado, la besé plasmando todos mis sentimientos, la besé con posesión, con amor, con deseó, y ella me respondió de la misma forma.

JANA

Al ver la escena de Jack y Celeste me di cuenta que el tenía razón, siempre dijo que Celeste era su mate, que lo sentía en su corazón y pues allí esta, lo confirmó con su olor, me retiré hacia la cocina dándole espacio a ambos, se veían tan perfectos juntos, me serví un poco de jugo y me senté en el taburete, hace tiempo que no lo veo a él, siempre lo ame, pero se que nunca seré correspondida por su condición, desearía verlo, pero el rencor no me deja, desde aquel día que supe que él fue quien me hizo me pedazos en el bosque decidí mantenerme alejada, nunca más lo vi, solo lo llevo en mi corazón y en las noches hormonales que pienso en el, en sus manos, su mirada, sus labios y esos ojos que desarman cada parte de mi

JAMES

Estaba sentado frente a este imbecil con cara de superioridad, si él supiera quien soy no tendría ese rostro de mierda conmigo -¿que quieres James?- preguntó encendiendo su habano -¿para que mierdas estas siguiendo a Celeste?- pregunté ofuscado -esa chica me esta dando problemas, tiene al futuro alfa bastante perdido y no conoce la lealtad a sus deberes por esa chica- respondió de forma simple, hice mis manos puños por la ira que causaron los celos al escuchar esto -te dije que me la llevaría lejos de aquí- contesté, tratando de mantener la compostura, él sonrió de forma sinica dejando su habano a un lado -no veo que lo estés haciendo- respondió -lo haré, dame más tiempo, ella no es confiada y tiene un tío bastante metiche- dije -esta bien te doy 72 horas para que te la lleves, si, no lo haces me veré obligado a aniquilarla, nadie se mete en mis planes- contestó algo tenso, respire profundo, se que mis ojos habían cambiado de color por la forma en que Kay me miraba, cerré los ojos y asentí, ni quería enfrentarme a este tipo, estoy cansado de guerras, por eso quiero alejar a Celeste de él, sentí que abrían las puertas y una chica rubia alta con ojos grandes y verdes llenos de lágrimas entraba por la puerta, parecía una diosa, tenía piernas tonificadas y su piel era suave, otra mujer rubia venía con ella y la estaba empujando -hablaremos en otro momento James, aunque espero que no, espero que estés bien lejos con la chica en unas horas, buena suerte- dijo Kay, asentí y salí por la puerta, pensando en como iba a hacer para alejar a Celeste de toda esta mierda

ISABELLA

Ellos me miraban con odio, estaba sentada en el despacho del asqueroso amante de mi madre mientras el fumaba su habano, este hombre me daba repulsión, sin descaro me veía de arriba abajo, voltee mis ojos hacia un punto del despacho, la pared, quería pensar en otra cosa que me hiciera olvidar que estaba en las garras de estos maniáticos
-entonces elaborastes un plan con Jack y les salió, mal, Jack se fue te dejo aquí sola y desamparada y fin de la historia, eres tonta muchacha, no tienes visión no tienes aspiraciones ni sentido común - dijo el cerdo de Kay, intentando hacerme sentir miserable, pero estaba muy equivocado conmigo, recibí tanto de mi madre que aprendí a ocultar mis emociones y la tristeza la convertí en odio -esta muy equivocado señor Whalker yo no soy como usted, no me interesa tener a mi lado a una persona a la fuerza, prefiera idear un plan para que el se decepcione de la chica y no tenga otra opción que estar en mis brazos así no tendría que estar como usted buscándolo como a un fugitivo ni pasando vergüenza con sus súbditos- al decir esto sentí un sonoro golpe en mi mejilla que me hizo estremecer y caer de la silla, conocía esos golpes conocía esas manos que me golpeaban día a día ya estaba acostumbrada al dolor, sentí como el carmesí rodaba por mis labios, lami mi propia sangre y sonreí a mi madre, pude divisar que Kay le hacía señas con las manos a mi madre de que parara -basta Amelia, la chica tiene razón en lo que dice, es estúpido seguirlo todo el tiempo, esta demasiado ciego como para cumplir con su deber- dijo Kay, mi madre estaba asombrada -y como piensas que el va a volver a los brazos de esta idiota si aún está fuera del territorio- dijo mi madre -deja de ofenderla- dijo Kay dando un sonoro golpe al escritorio haciendo saltar a mi madre de su sitio -ya eso esta en proceso pronto Jack estará aquí buscando a Isabella, ya lo veras- afirmó aquel hombre fumando de su habano con una sonrisa en los labios.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora