Capítulo 6 "El secreto"

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Estaba acostada en cama mientras esperaba la cena, había llegado a casa
con los ojos muy hinchados de tanto llorar, recuerdo que cuando salí del
baño ya la clase había terminado, no conseguí mi bolso así que me desesperé, hasta que vi a Jack entrar al salón con la respiración agitada

FLASHBACK
—Joder, Celeste, ¿estás bien?— preguntó Jack destilando preocupación en
su rostro, yo estaba confundida,
—si, estoy bien, me entregas mi morral, por favor—
no quería ser descortés con él, pero solo quería el morral y largarme de aquí
—sí, claro, ten, llevo horas buscándote, Steffi me comentó lo que te hizo Isabella y me preocupe, vi tu morral pero tú no regresabas, realmente ya
Isabella está cruzando
los limites—
decía, mientras pasaba su mano por su cabello y suspiraba de frustración, él realmente se veía preocupado
—tranquilo Jack, ya estoy acostumbrada a toda la mierda de Isabella—
dije para tranquilizarle
—además, tú has contribuido en sus juegos para humillarme, así que no sé de qué te preocupas— agregué destilando cierto veneno en mis palabras porque era cierto el muchas veces confabuló con ella para burlarse de mí, de mi físico de mi forma de ser, así que no pasaría eso por alto, él también era el
enemigo
—si, Celeste, tienes razón, pero me arrepiento tanto, haber sido un idiota inmaduro y un cobarde, y por eso perdí lo que realmente deseaba, a ti—
me tense, mis mejillas se calentaban, y estoy segura que me ruboricé ante sus palabras, el me miraba con esos ojos color gris que secretamente me enloquecían, se acercó un
poco más a mí, acaricio mis mejillas, acercó su rostro al mío y yo no podía moverme, rozó su nariz con la mía, su mano pasó a acariciar mi cabello, levantó su rostro y aspiro de el, bajo nuevamente su cabeza y unimos nuestras frentes, nos quedamos viendo fijamente a los ojos, yo intentaba procesar, que carajos estaba pasando, pero no lo quería averiguar, su cercanía, me hacía sentir bien, nos separamos un poco pero no era
incómodo
—Isabella debe parar sus abusos contigo Celeste, una cosa es el bulling, el cual supiste llevar muy bien, y te admiro por eso, y otra el maltrato físico, te puede lastimar irremediablemente— dijo Jack con excesiva
preocupación
—tranquilo Jack solo faltan unos meses para que acabe la escuela, y luego ya no veré su bello rostro más nunca, así que solo soportaré un par de
meses más—
contesté para que se tranquilice, él solo asintió, no muy
convencido
—vamos a casa Celeste— dijo finalmente, tomando mi mano para empezar a caminar.
FIN DEL FLASHBACK

Suspiré recostada en mi cama, me levanté para bajar a cenar, me dispuse a calzar mis pies helados por el frio y baje las escaleras hacia el comedor
en silencio, pero una conversación de mis padres llamó mi atención, así que decidí bajar mis paso para evitar el mínimo ruido y así poder escuchar, no era muy curiosa, pero no sé porque tenía afán de escuchar lo que hablaban secretamente con tono de voz muy bajo
—hay que decírselo, no podemos seguir ocultándoselo Griselda— hablaba mi padre a mi madre, mientras ella estaba nerviosa, y él molesto, yo fruncí el ceño, decir ¿Qué, a quién?
—no Richard, ya te dije que no, esa no es opción, que acaso ¿no te conduele? no es correcto que me estés sugiriendo eso, le romperíamos el corazón—
decía mi madre, con las lágrimas amenazando su rostro, y yo
aún más confundida, pensando de quien estaban hablando
—Griselda, ella ya es grande, y bastante inteligente, pienso que eso lo podrá afrontar, está decidido, se lo diremos, es muy importante que sepa
la verdad— decía mi padre mientras le daba un manotón a la mesa, mi madre negaba con la cabeza, y dos lágrimas corrían por sus mejillas, yo no aguanté más la curiosidad y ver a mi madre en ese estado de nervios me molestaba en sobremanera
—decir ¿ que a quién?— pregunté decidida, mi madre puso los ojos como platos de la sorpresa y mi padre se puso pálido carraspeó un poco su
garganta
—nada Cielo, es una conversación de adultos que las jovencitas no deben escuchar, es de muy mala educación escuchar conversaciones
ajenas—
dijo mi madre mientras colocaba los platos en la mesa, mi padre la miraba como intentando hablar con la mirada, y mi madre solo negaba,
¿de que me estaba perdiendo que estaba pasando aquí, porque sentía que esto tenía que ver conmigo?
—me pueden decir ¿ qué está pasando? y quiero la verdad—
dijé, mi padre solo veía a mi madre y ella terminaba
de servir la comida con un semblante preocupado, y cada vez más pálida, mi padre puso sus manos en su rostro suspiro con frustración y pasaba
sus manos por su cabello repitiendo la acción una y otra vez como si aquello calmara su tan nervioso estado de ánimo, mi mamá se sentó, llamo a Charlotte, a lo que mi pequeña hermana de inmediato bajo y se sentó en la mesa, ¿de verdad me estaban ignorando?
—Me están ignorando— pregunté bastante irritada, ambos se miraron fijamente, mi madre negaba y mi padre suspiro cansado
—hija, esta es una conversación que no te concierne, además tu hermana es muy pequeña y estas conversaciones no son para niños, puedes estar
tranquila, no es nada de qué preocuparse—
dijo mi padre con una voz
neutra, yo solo lo veía mientras él seguía consumiendo su cena, molesta porque sabía de sobra que esa conversación fue bastante acalorada, me puse de pie
—ya no tengo hambre—
dijé, mi madre , me miro y luego bajo su rostro mi padre no dijo nada solo asintió, y mi pequeña  hermana ponía cara de confusión, me retiré de la mesa, subí las escaleras y entre a mi habitación, ¿Qué
demonios estaba pasando? me pregunté.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora