Capítulo 3 "la tienda misteriosa"

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Volví a la realidad, dejando los recuerdos a un lado mientras llegábamos con mi madre al centro comercial para comprar el maldito vestido, imagino que mamá me compraría un vestido color rosa o azul cielo, algo bien chillón y llamativo para ridulizar mi vida
—Celeste, hija ve a la tienda mientras yo voy con tu hermana al supermercado a comprar unas hortalizas que me faltaron para la cena—
dice mi madre entrando al centro comercial
—Está bien madre—  dije con cara de fastidio, definitivamente odiaba la idea, odiaba salir a comprar y probarme un sin fin de vestidos, pero ya no tenía opción ya estaba aquí, mientras caminaba hacia la tienda de ropa, una tienda en especial llamo mi atención, fije mis ojos en el cartel “royal mystery” no se porque el nombre de aquel sitio me llamó tanto la atención, hasta el punto de caminar hacia allá, entré a la tienda sintiendo
el olor a incienso penetrar mi cavidad nasal, todo a mi alrededor era un misterio, estrellas y lunas colgaban de este lugar, una escultura de un lobo blanco llamo mi atención, el estaba aullando y a sus pies un lobo negro haciéndole reverencia, era extraño ya que en mis libros el lobo negro tenía un poder de alfa, pero claro el lobo blanco era insuperable, me acerqué y acaricié  cada centímetro de esa escultura, realmente era hermosa
—¿Te gusta?—
preguntó un hombre de unos 50 años, tenía ojos cansados, un cabello largo y plateado, tenía aspecto de nativo, pero algo
en sus ojos llamó mi atención, era un destello dorado, y comencé a sentirme como en una nube flotando, no presté más atención a esa sensación extraña de mi cuerpo, y decidí responderle
—Si es una escultura muy hermosa y llamativa señor—
él me observó de forma interrogariva
—¿Conoces la leyenda?— preguntó  mirando la escultura, a lo que yo, instintivamente, negué, así que el procedió a contármela
—Se dice que esa loba blanca es una descendiente de la diosa luna, y ese lobo negro es Licaon, el primer hombre lobo de la historia, según la leyenda era rey de Arcadia, era un rey sabio y religioso, pero detrás de esa
bondad se escondía un demonio que sacrificaba a humanos con engaños diciendo que era en honor a Zeus, así que el mismo Zeus se disfrazó de mendigo para probar aquellos rumores, pero licaon le jugo una broma a Zeus la cual le costaría caro, asi que convirtió a licaon en lobo por toda la eternidad hasta que encontrara realmente el amor; hasta que la vió a ella, esa loba blanca hizo que licaon conociera realmente el amor, pudo ser
hombre y lobo nuevamente, por eso esta escultura, licaon le rinde
pleitesía a aquel amor que lo salvo de su maldición—
me quede observando al lobo negro, realmente se veía su devoción en esta imagen
—¿Y que paso con ellos?— Pregunté un poco curiosa
—Nadie sabe, dice la leyenda que el volvió a ser ese salvaje asesino que algún día fue, y simplemente rompió el corazón de su amada, tal parece no eran mates después de todo— contesto el hombre, con una deje de tristeza en su rostro y sus labios surcaron una mueca de lastima, yo quede estupefacta por la información, me pareció de lo más triste su final, pero
de igual forma agregué
—Desearía ser una mujer lobo — dije más para mí, que para él, realmente si deseaba convertirme en algo tan especial y único como estos seres
eternos, que compartían almas gemelas y que eran libres frente a la naturaleza, o al menos eso pensaba yo
—No sabes lo que deseas jovencita, el mundo misterioso permanece en el anonimato y la obscuridad por una sola razón, es tan peligroso, que al vivir
en él, desearías tanto la muerte, como a la vida misma—
Respondió aquel hombre viéndome fijamente sin despegar su mirada, se me erizo la piel y me sentí un poco intimidada
—A veces jovencita, es mejor vivir en la ignorancia, que abrir las puertas del infierno al diablo y dejarlo pasar, pronto Celeste sabrás a que me refiero—
Abrí mis ojos como platos, con un miedo calar desde el fondo de mi ser, sentía cada bello de mi cuerpo erizarse por las palabras de aquel desconocido, mi cerebro no reaccionaba estaba totalmente helada, cuando iba a preguntar cómo sabía mi nombre, mi madre hizo su grandiosa aparición
—Celeste? Llevo 2 horas buscándote—
dijo mi madre con un deje de preocupación, mirando a aquel hombre por el rabillo del ojo
—Mi mamá siempre tan exagerada— 
dije porque realmente exageraba
las cosas y agregué
—Hay mamá no exageres por favor fueron solo unos
minutos—
dije ofuscada por su cara de molestia, genial había pasado de ser una madre preocupada a una totalmente enojada
—No celeste, de verdad tengo dos horas buscándote ve la hora en tu teléfono hija—
dijo mi madre viéndome como si me hubiera salido otra
cabeza y nuevamente con cara de preocupación, a veces no entendía los estados de ánimo de mi madre, decidí constatar lo que ella decía, cuando vi mi celular me percate que estaba sin batería, mi reloj de muñeca se había detenido, me acerque con el ceño fruncido, recordaba que mi celular estaba al 100% cuando salí de mi casa, me acerque a mi madre vi
su celular y ciertamente habían pasado 2 horas, ¡no! , espera, ¿ cómo? Si solo tenía minutos hablando con este sujeto extraño de la tienda, era imposible, a menos… voltee mi rostro, encare a aquel hombre que me soltó una sonrisa ladina, y pensé, ¿ y si este hombre sabe más de lo que cuenta? , mi madre me saco de mis pensamientos
—Vamos hija, que esperas hay que comprar la ropa, ya estoy tarde para hacer la cena amor— mi madre jalaba de mi brazo de forma nerviosa y asi me di vuelta sin mediar más palabra con aquel extraño, saliendo de la tienda con un deje de curiosidad y mi cerebro funcionando a toda velocidad ¿Qué está pasando? Pensé.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora